domingo, 23 de octubre de 2022

Premios a la investigación


El reconocimiento más importante de España en el ámbito de la investigación científica ha sido este año para el veterano biólogo Mariano Barbacid, pionero en el campo de la oncología molecular, y para el filósofo Daniel Innerarity, con su teoría de la democracia compleja, se ha llevado el de humanidades. Además, los premios reconocen este año, por primera vez, a otros diez talentos jóvenes de la ciencia y de las humanidades.

Este año los Premios Nacionales de Investigación para Jóvenes, en España fueron creados para distinguir el mérito de investigadores que han alcanzado logros relevantes en las primeras etapas de sus carreras (todos tienen 40 años o menos) y fueron dotados con 30.000 euros para cada una en las diez modalidades. Estos premios tienen el nombre de mujeres investigadoras ilustres de España, como Matilde Ucelay o María Moliner. En esta edición, de las 83 candidaturas admitidas, un 78% fueron de hombres y un 22% de mujeres. La edad media de los premiados es de 62 años.

En Ingenierías y arquitectura:Íñigo Javier Losada, por sus trabajos en favor de un uso sostenible de los recursos del océano y las zonas costeras. En Medicina y ciencias de la salud, se ha impuesto la defensa de la dieta mediterránea de Miguel Ángel Martínez-González. Fernando Tomás Maestre, estudioso de los impactos del cambio climático y la desertificación; José Cernicharo, pionero de la astrofísica molecular; Antonio María Echavarren, por sus contribuciones a la química orgánica sintética de impacto en el campo de la catálisis; Ana Martínez Gil, por el desarrollo de fármacos para enfermedades neurodegenerativas e infecciosas; Antonio Ros, experto del análisis geométrico; Luis Moreno, en investigaciones sobre ciudadanía e identidades colectivas. Belén Riveiro ha sido reconocida por sus trabajos en ingeniería estructural; María Victoria Llorens, por su estudio de la capacidad regenerativa del cerebro humano; Manuel Delgado Baquerizo, por sus estudios del bioma del suelo como elemento clave para la salud; Andrés Castellanos explora nuevos materiales de espesor atómico y Guillermo Mínguez estudia nuevos materiales bidimensionales análogos al grafeno. Carlos Gómez Rodríguez al desarrollo de algoritmos que incorporan el lenguaje natural a entornos digitales propios de la inteligencia artificial. Diana López-Barroso ha destacado por abordar el problema de las diferencias individuales en las funciones cognitivas complejas.

Daniel Innerarity es catedrático de filosofía política y social, investigador IKERBASQUE en la Universidad del País Vasco y director del Instituto de Gobernanza Democrática. Es profesor a tiempo parcial en el Instituto Universitario Europeo en Florencia.   Doctor en Filosofía, amplió sus estudios en Alemania, como becario de la Fundación Alexander von Humboldt, Suiza e Italia. Ha sido profesor invitado en diversas universidades europeas y americanas, como el Robert Schuman Centre for Advanced Studies del Instituto Europeo de Florencia, la Universidad de la Sorbona (Paris I), la London School of Economics and Political Science, la Maison des Sciences de l'Homme en París, la Universidad de Georgetown o el Max Planck Institute de Heidelberg.

Entre sus libros cabe destacar Un mundo de todos y de nadie; La democracia del conocimiento, Premio Euskadi de Ensayo 2012; La humanidad amenazada: gobernar los riesgos globales (con Javier Solana); El futuro y sus enemigos; El nuevo espacio público; La sociedad invisible, Premio Espasa de Ensayo 2004; La transformación de la política, III Premio de Ensayo Miguel de Unamuno y Premio Nacional de Literatura en la modalidad de Ensayo 2003; Ética de la hospitalidad, Premio de la Sociedad Alpina de Filosofía 2011 al mejor libro de filosofía en lengua francesa; La política en tiempos de indignación (2015); La Democracia en Europa (2017) y Política para perplejos (2019), Premio Euskadi de Ensayo 2019. Algunos de sus libros han sido traducidos en Francia, Portugal, Estados Unidos, Italia y Canadá.

El lunes 17 de junio de 2019, publicamos en este blog (lapesteloca) una semblanza del doctor Mariano Barbacid (https://bit.ly/2WLnkTD) que aprovecharé para revisar brevemente su actividad como líder en el campo de la oncología molecular en todo el mundo, ganador este año del Premio Nacional de Investigación Santiago Ramón y Cajal, en el área de biología.
El biólogo Mariano Barbacid (Madrid, 1949) ha contribuido al desarrollo de la investigación del cáncer en su país y a la formación de una nueva generación de investigadores. Mariano es hijo de un zapatero del madrileño barrio de Chamberí, y se doctoró en bioquímica por la Universidad Complutense de Madrid en 1974. Realizó su tesis doctoral en el Instituto de Biología Celular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y fue becado para estudiar e investigar en los Estados Unidos.

En 1974 trabajó en el Instituto Nacional de Cáncer de Bethesda, donde realizó investigaciones que le llevaron a aislar el H-RAS, un gen oncogénico humano mutado, implicado en el tumor de vejiga (1981). Sus trabajos le valieron el premio Juan Carlos I de investigación. En 1988 pasó a dirigir el departamento de Oncología del Instituto Squibb de Princeton. A fines de los años noventa regresó a España y desde 1998 es el director del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas de Madrid, Carlos III.

Barbacid es en la actualidad autor de más de 200 publicaciones en prestigiosas revistas, y es miembro de numerosos comités asesores y de los consejos editoriales de más de quince revistas científicas. En 2007 fue nombrado editor adjunto de la revista Cancer Research, que edita la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer (AACR). A lo largo de su carrera ha sido distinguido con numerosos premios por la comunidad científica internacional.

El proceso de investigación y reconocimiento ha sido largo y se tuvieron que combinar las técnicas de ingeniería genética con las de transfección (inoculación del gen cancerígeno en células), metodologías aprendidas por Barbacid junto al doctor catalán Angel Pellicer, profesor en la Universidad de Columbia. Se investigaba sobre el cáncer del páncreas y se conocía que en más del 95% de los casos, la mutación iniciadora de los tumores humanos en el páncreas aparece en un gen que en condiciones normales evitaría precisamente la proliferación celular. El KRAS.

Desde su descubrimiento en 1982, la comunidad científica había publicado más de 36.000 investigaciones sobre dicho gen y su relación con el cáncer, pero todavía no existía ningún fármaco para inhibir su actividad cuando se desboca. La proteína de KRAS carece de lugares obvios a los que un fármaco de moléculas pequeñas pueda unirse para así afectar su funcionamiento. Aunque esto es un hecho conocido, las perspectivas estaban cambiando, a medida que los científicos avanzaban hacia la meta de actuar sobre las proteínas RAS mutantes. La proteína KRAS-mutante produce señales de crecimiento continuas que pasan de una proteína a otra como una reacción en cadena denominada vía de señalización.

Esta complejísima modificación genética, impensable en humanos, ha logrado inducir el cáncer y luego eliminarlo en seis de los ratones tratados. “Hasta ahora, nunca se había observado la desaparición (regresión completa) de cáncer de páncreas avanzado en ningún modelo experimental”, ha asegurado el CNIO en un comunicado. La investigación, publicada en la revista Cancer Cell, muestra además que este enfoque experimental también sirvió para bloquear el crecimiento de nueve de los diez tumores de páncreas humanos implantados y cultivados en otros ratones inmunodeprimidos. Según Barbacid, la aplicación de esta estrategia a personas no llegaría antes de cinco o diez años, si llega…

El inmenso reto era “conseguir en los pacientes, lo que Mariano (Barbacid) consigue en sus ratones”. El oncólogo del CNIO había detallado la magnitud del enemigo. Las personas con cáncer de páncreas presentan síntomas muy poco específicos, como las náuseas, la pérdida de peso y el dolor abdominal o lumbar. “Es muy frecuente que el paciente lleve con dolor de espalda un año y no se le diagnostique el cáncer hasta que se pone amarillo. Es una realidad que llegamos tarde al diagnóstico”. . .

Maracaibo, domingo 23 de octubre del año 2022






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