“El Master”
El 18 de mayo de 1926 nació en Maracaibo Jorge Alberto
Quintero Atencio, el hijo menor de cuatro varones del Dr Guillermo
Quintero Luzardo y doña Emilia Matilde Atencio de Quintero. En julio de 1930,
al fallecer su padre, su madre Emilia, viajará a Europa con sus hijos y el niño
Jorge Alberto estudiará primaria en Suiza y en Francia y el bachillerato ya
mudados a los Estados Unidos, en Baltimore y en la Academia Militar La Salle de
Long Island, Nueva York. En septiembre de 1942 Jorge Alberto comienza a estudiar
Medicina en la Universidad de Columbia y en 1945, se graduará de Médico en el
Columbia College. En abril de 1948 se casará con su compañera de estudios y
colega Jean Louise Gimbert Hager y entre 1949 y 1953 harán la residencia en
Medicina Interna en el Jefferson Medical College de la Universidad de
Pennsylvania. A partir del mes de marzo de 1954, deciden regresar a Venezuela
para establecerse en Maracaibo.
La
Universidad del Zulia (LUZ), ese mismo año lo aceptará como profesor de Clínica
Semiológica y Propedéutica I para trabajar en el hospital Central Dr Urquinaona.
En abril de 1955, Jorge Quintero revalidó su título de Médico, y el año 1956 es
nombrado Profesor Agregado en LUZ y recibiría el doctorado en el año 1960. Los
estudiantes de Medicina que iniciábamos nuestra formación en 1957 supimos de la
llegada de un maestro quien venía de los Estados Unidos y con gran respeto,
cariñosamente le conoceríamos como “el Master”. Cuando le iniciábamos el tercer año visitando las salas del
hospital Central, lo vimos y aprendimos de su apacible manera de enseñar con un
lujo de conocimientos impresionante del que se beneficiaban sus enfermos, y en el
aprendizaje de la Semiología que era vivido con cada paciente cuando escuchábamos
la precisión de sus diagnósticos y las enseñanzas que nos aportaba a nosotros,
noveles estudiantes de Medicina, deseosos de absorber como espongiarios todo el
saber de “el Master”.
Se caracterizaba especialmente por su trato humano, de hablar pausado, amable
con los pacientes y con los estudiantes, y de esa manera, inicialmente en el
Central y luego en el hospital Universitario donde ejerció la jefatura del
Servicio de Medicina Interna, fue creando una verdadera escuela de internistas.
José Zabala, Rolando Benítez, Luis Soto Pirela, Pedro Páez Bermúdez, con Manuel
León y José “Pepe” Ordoñez se consolidarían en su entorno como sólidos baluartes
de la Medicina Interna de nuestra Universidad. En aquellos comienzos cuando los
estudios de medicina se apoyaban en una comunicación franca con los pacientes
pues no existían las sofisticadas complejas técnicas actuales y para escudriñar
los diagnósticos, y era la semiología, palpar, percutir, y escuchar en detalle,
lo que decía el enfermo según nos enseñaba “el Master”; aquello era lo que
privaba en esos lejanos días...
El avezado clínico y amable maestro, era un estudioso de la historia y
de la filosofía, y con la gran sencillez que le caracterizaba supo plasmar en
letras sus ideas para dejarnos muestras de sus profundos conocimientos sobre el
ser humano; escribiría sobre Pierre Charles Alexander Louis, sobre Guillermo
Osler y Claude Bernard a quienes admiraba y publicaría trabajos, no solo sobre
“El
Equilibrio Ácido Básico”(1971),
sino “Laws Theories and Values”(1976), que expandiría después y en
español en “Materia y Mente. Metaidealismo Dialéctico” en 1982, para
publicar en Astrodata de Maracaibo en 1990 “Biología de la Mente”, con una
segunda edición en 1991, que reunía conceptos de sus publicaciones del 76 y del
82 en la que el autor dejaba clara su visión epistemológica y ética de la
existencia. Al revisar el pensamiento de Descartes y Spinoza, de aspectos del
psicoanálisis y de la teoría de Darwin, discutía igualmente las ideas de
Heidegger, Sartre, Russell, Wittgenstein y Popper condensando su experiencia
ante la historia de la filosofía occidental y profundizando en los problemas
éticos que se derivan de las acciones humanas.
Como
queda señalado en la portada del libro que su hijo mayor, Jorge Alberto
Quintero Gimbert, publicó en 2013, “el Master” fue un “ Médico, Maestro y Filósofo” y el recuerdo de su persona y de sus
estudios perdura en quienes han continuado aplicando sus enseñanzas en el ejercicio
de la Medicina Interna. En particular, su obra “Biología de la mente”
sigue siendo examinada en profundidad por muchos de sus seguidores estudiosos de
la historia de la filosofía y de su visón sobre el universo, de los estoicos y de
la unidad física-lógica-ética y sus conexiones con la neurofisiología hasta
lograr una total reconciliación con el ser humano.
Vaya pues
este breve resumen sobre un gran médico maracaibero para iniciar con buen pie,
este año 2020.
Maracaibo jueves 2 de enero del año 2020.
2 comentarios:
No imagino mejor momento para leer sus historias mi querido general.
Feliz 2020.
Besos miles
"El Master" nos invita a retomar la semiología como base fundamental de la Medicina Interna. Por las escaleras del Hospital Universitario han subido y bajado los padres de la Medicina y la Cirugía Latinoamericana. Un honor y una responsabilidad enorme merecer esos mismos escalones.. Dios nos guie siempre. Gracias a "mi Master" el Dr. Jorge García Tamayo por recordarme siempre de donde venimos.
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