Camus, el escritor
“extranjero”.
“Hoy, mamá ha muerto. O, quizás, ayer. No sé”. Así
comienza El extranjero, la
primera novela del escritor argelino-francés Albert Camus (1913-1960), quien siempre se
sintió extranjero y de cuya
muerte se cumplieron 60 años el pasado sábado 4 de enero de este año 2020. Camus nació en Argelia, en 1913, en el seno de una
familia de colonos franceses, conocidos en Francia como los “pieds noirs”. En 1914, cuando estalló la
Primera Guerra Mundial, perdió a su padre, por lo que creció con su abuela y su
madre en un barrio pobre, sin libros ni revistas y con un tío como única figura
paterna. Camus fue aficionado al
deporte, práctica que tuvo que abandonar cuando enfermó de tuberculosis.
Camus tenía una doble ascendencia, de su madre
española y de su padre descendiente de franceses de la Lorena y se educó con
programas de Francia. Aunque Camus había nacido cuando Argelia era una colonia
de Francia (desde 1830), aquella nación
ya había trasladado su cultura tanto agrícola como intelectual, a los nativos
árabes y a los emigrados franceses e hispanos; aun así, en El primer hombre, Camus otorgaba mucha importancia a sus
orígenes argelinos, tan apreciados, a los que consideraba “la fuente única y entrañable que
alimenta lo que uno es y dice”.
Camus ubicado entre los intelectuales, contaba su
enemigo íntimo, Jean-Paul Sartre, a quien a comienzos de los años 50 enfrentó
filosóficamente con un trasfondo político. Aunque ambos pensadores en los comienzos
de la Guerra Fría reivindicaban “la izquierda”, luego de la Segunda Guerra,
Camus denunciaría los crímenes del estalinismo y reflexionó negativamente sobre
las revoluciones y el ideario comunista. Este tema lo trabajó en El
hombre rebelde (1951), contrastando con Sartre quien defendía la
violencia como herramienta válida para la revolución social. "Me decían que eran
necesarios unos muertos para llegar a un mundo donde ya no se mataría”,
le azuzaba Camus en 1957, el mismo año, cuando a sus 44, ganaba el Nobel
de Literatura.
Tras ganar el Premio
Nobel de Literatura, Camus fue
acusado por sus compatriotas de imperialista y tildado de absurdista, de
existencialista y de nietzschiano, aunque él renegó de todo. En propias palabras del autor: “No,
yo no soy existencialista. Sartre y yo siempre nos sorprendemos de ver
asociados nuestros nombres. Sartre y yo habíamos publicados nuestros libros
antes de conocernos. Cuando nos conocimos, fue para constatar nuestras
diferencias. Sartre es existencialista”. Sartre y Camus quienes
fueron íntimos amigos, una disputa surgiría entre ellos en “Les temps modernes” cuando Camus acusó a Sartre de ser
inmoral por identificarse con el comunismo; Sartre acusaría a Camus de ser un
iluso y un romántico al verse contrariado por la afirmación camusiana de
la “naturaleza humana” en El hombre
rebelde y, probablemente también, porque habiéndose acercado a grupos
literarios pro-marxistas, Sartre marcaba una diferencia con Camus, quien
habiendo entrado en Argelia al Partido Comunista, lo abandonó pronto al
comprobar que no compartía para nada ni su praxis ni su teoría. Sartre, como
director de “Les temps
modernes”, eligió a un joven principiante Jeanson para demoler el ensayo
de su amigo y esto fue tomado como un desprecio por Camus. Así llegó el final
de la amistad entre ambos, si bien Sartre, tras la trágica muerte de Camus, le
dedicó un elogio póstumo.
Albert Camus entendía que el sinsentido de la vida, su gratuidad,
lejos de ser una instancia conclusiva, era un punto de partida para la
reflexión y la creación. Se basaba en la convicción de que, por fuera de una
búsqueda de la trascendencia, existe una verdad misteriosa y huidiza que debe y merece ser siempre
reconquistada. Camus se considera el padre de la llamada "filosofía
del absurdo" y es el referente del existencialismo francés, y pese a que
él rechazaba esta etiqueta. El escritor desplegó bajo esa certeza una obra
humanística multifacética que lo erigió entre los clásicos contemporáneos en el
campo de la narrativa.
Tanto
El extranjero como La peste, sus novelas más
célebres, son consideradas clásicos contemporáneos y su vitalidad se acrecienta a la luz de los
regímenes totalitarios. En El extranjero, su primera y más celebrada obra maestra,
Camus expresaba, la profunda nostalgia ante la pérdida de una vida plena de sentido
humanitario. El protagonista Mersault, un francés argelino
indiferente
a la realidad por resultarle absurda e inabordable, se niega a
mentir… Mentir no es sólo decir lo que no es. Mentir es también, y sobre todo,
decir más de lo que es y, en lo que concierne al corazón
humano, decir más de lo que no se siente. Albert Camus
al referirse al personaje de la obra, se enfoca en la historia de que, sin
ninguna actitud heroica, el protagonista morirá por la verdad.
Oscar Wilde murió en 1900 y Camus nació en 1913,
ambos fueron autores geniales, Wilde, helenista exquisito, encarnó el culto del
arte por el arte. Camus, se caracterizó por la seriedad desde los duros años de
su infancia; fue un humanista que siempre predicó los valores de la libertad y
la justicia. En su
artículo El artista en prisión,
Camus acepta solamente al Wilde de las agonías, aquel del De Profundis y la Balada
de la cárcel de Reading, el Wilde del dolor y la compasión. De profundis, escribiría Camus,
es “uno de los libros más bellos que haya
nacido del sufrimiento de un hombre”. Como el
poema de Wilde, El extranjero,
de Albert Camus, es también una obra dedicada a la ejecución; su personaje,
Meursault, terminará en el cadalso. La muerte viene a ser la triste solución a
la que recurre la sociedad cuando enfrenta a algo que le repugna.
La peste en su momento, narra la historia de unos médicos que
descubren el sentido de la solidaridad en medio de su labor humanitaria en la
ciudad argelina de Orán, mientras ésta es azotada por una plaga, y esa epidemia
de peste bubónica le servirá al escritor
para presentar cual es el sentido de la existencia cuando se carece de Dios y
de una moral universal. Estos planteamientos le sirvieron al escritor, tras el
Holocausto, para utilizarlo como una metáfora y alegoría de la condición
humana, azotada diversos males.
Sobre el accidente que
ocasionó la muerte de Albert Camus, se sabe que el auto lo manejaba el editor
Michel Gallimard, que iba muy rápido, pinchó un neumático y que el vehículo
perdió el control, estrellándose contra un árbol. En su momento se dijo que
podría haber sido un atentado, situación que se ha planteado seriamente. Al parecer fue un accidente automovilístico, que
volviendo de las Fiestas en la Provenza, ya cerca de París, sucedería el 4 de
enero de 1960, cuando a los 46 años, tras habérsele otorgado el Premio Nobel de
Literatura dos años antes, es decir a los 44, “por su obra completa”,
fallecería el escritor.
Maracaibo, sábado 18 de enero, 2020
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