Polítiquerías del “backyard”
Ahora, que está iniciándose
el año de la visión óptima (2020), sabemos que de nuevo estamos presenciando una
“guerra fría” y los Estados Unidos de Norteamérica (EUA) ya no cuentan con su
eficiente, despiadado pero eficiente instrumento regulador de la política
exterior, aquella Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) que en desde 1947
había pasado a denominarse la CIA. Desde el momento cuando una Comisión del
Senado de EUA reveló en el año 1975 el listado de personajes nominados para su
eliminación por la CIA que incluía a Fidel Castro, Lumumba, Ngo Dinh Diem,
Rafael Leonidas Trujillo y Rene Schneider, se supo sobre el poder de aquel
organismo. La autorización de las acciones por el presidente Eisenhower, le
daba carta blanca al señor Allen Dulles (https://bit.ly/2MzB2Xk) director de la CIA, quien ya se
mostraba como el cerebro de futuras conspiraciones intestinas que seguirían
dando la hora en EUA y en otras naciones del mundo.
Aún, después
del desastre de “Bahía de Cochinos”, Allan Dulles todavía se mantuvo incólume y
formó parte de la Comisión Warren para investigar el asesinato de JFKennedy, un presidente y su hermano quienes “habían
quebrado la hegemonía de la Guerra Fría”; unos jóvenes sin experiencia, “que estaban poniendo al país en peligro”,
y aunque fuese doloroso, debían ser “retirados”,
y de nuevo le tocaría a Dulles desde la CIA, ser el ejecutor del ala de
seguridad del “establishment americano”. Todas estas cosas y más están escritas
en el libro de David Talbot, El
tablero de ajedrez del diablo: Allen Dulles, la CIA y el aumento del gobierno
secreto de Estados Unidos, sobre
el que ya hablamos (https://bit.ly/2SJEp23) el año 2018 en este blog.
Ahora, iniciándose el año 2020 ya
parecen lejanos los tiempos cuando la CIA apoyó el golpe de estado contra
Allende, o cuando subscribió la orden para darle muerte a Patricio Lumumba, o
antes, ya en el 54 con la solución planteada para Mussadegh en Irán, o el trágico
final del presidente Jacobo Arbenz en Guatemala recientemente revisado por
Vargas Llosa en su novela “Tiempos recios”(https://bit.ly/358LKdN); la CIA era
la CIA, y actuaba descaradamente, tanto en un “Irangate” como en la “guerra de
los contras” en Nicaragua en aquellos días con el decidido apoyo del presidente
Regan, aunque hay que señalar que ella de por sí, no fue capaz de llevar
adelante “in toto” sus planes sin contar con el apoyo indispensable de fuerzas
internas de los diferentes países, bien fuese de militares como Castillo Armas
o de civiles organizados en una revolución como la del FSLN en Nicaragua.
En aquellos
tiempos, no era “la derecha norteamericana” la que se interesaba por los
asuntos de la política exterior de los EUA, por el contrario, eran “los
liberales” muchachos de Harvard quienes consideraban la necesidad de
inmiscuirse en la política interna de otros países. No puede negarse que una
visión imperialista de Norteamérica siempre prevaleció en la mente de los
presidentes Woodrow Wilson, Franklin Delano Roosevelt y JF Kennedy quien
decidiría meterse en Vietnam, decisión respaldada por Lyndon B Jhonson y el
pentágono, donde continúan latiendo “los perros de la guerra”, y aunque los
5.000 millones de dólares del presupuesto de la CIA y sus 150.000 funcionarios
parecían no importar mucho con el cambio y para aparentar ser blancas palomas,
la administración decidió decir que iban a centrarse en el espionaje, y
tratarían de no revolver ni sus “patios traseros”.
Tras haberse -aparentemente-
apaciguado aquella sed de inmiscuirse en la vida de las naciones vecinas, ahora
en 2020, en esta nueva “guerra fría”, con otras amenazas, como el avance del
islam en el mundo y el calentamiento global, preocupa la toma de decisiones de
EUA alrededor de sus “patios traseros”. Cuando se tienen tantos conejos en el
asador, alguno humea mientras siguen cada vez más cuestionadas las posibles
movidas del ajedrez. Ellas serán vistas por algunos, quizás como una cándida
falta de visión hacia un futuro incierto por cuanto la hegemonía numérica china
y soviética es evidente que pesan más allá del “maltusianismo”.
La política del
actual presidente de los EUA, bien sea para consolidarse en su enclave presidencial
muy “empicheado” por los demócratas, o para recordarnos que el pentágono sigue
conservando su hegemonía guerrera, hace un par de días le mostró al mundo el
espectacular sorpresivo asesinato del líder iraní Qassem Soleimani, una leyenda
en aquella nación; hecho éste que ha sorprendido a muchos, particularmente a quienes
por estas calles han venido insistiendo en los últimos años, en que la doctrina
de Monroe ya no vale para mucho y la imaginan difuminándose, como “una
comiquita” de cine mudo… Amanecerá y veremos, dirán otros, quizás los más
osados, o quienes padecen de elucubraciones pitonísicas (?)...
Maracaibo, domingo
5 de enero, 2020
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