El origen
de la vida
Todos los seres vivos que podemos ver a simple vista están hechos de las
mismas células complejas con orgánulos internos llamadas eucariotas. Una
persona posee un conjunto de 30 billones de células eucariotas. Todas las
plantas, animales y hongos son eucariotas.
Existen otros dos grandes dominios de la vida en la Tierra, el de las
bacterias y el de las arqueas. Estas últimas, son más primitivas, sin orgánulos internos, son
el dominio más misterioso e interesante, y desde hace unos años se piensa que
hace unos 2.000 millones de años una arquea se tragó a otro microbio, lo
asimiló y se transformó en la primera célula compleja. Fue el primer paso hacia
nosotros, y aún no se sabe cómo sucedió.
En 2015, científicos escandinavos que rastreaban las profundidades del
océano descubrieron las
arqueas de Loki, a las que bautizaron en honor
al dios nórdico. En este blog nos referimos a ellas (http://bit.ly/2jx2WSY ), destacando que tenían, nada más que su ADN, pues resultaba imposible aislar y criar en
el laboratorio estos microbios que viven a más de 3.000 metros de profundidad
bajo el mar. Sus genes indicaban que estas arqueas eran los parientes más
cercanos de todos los eucariotas y que tenían genes esenciales para realizar
funciones básicas de la vida eucariota, aunque en teoría no los necesitaban.
Tras casi 15 años de trabajo, científicos japoneses han conseguido por
primera vez sacar del fondo del mar y criar en cautividad arqueas de Asgard, el
misterioso organismo que puede explicar el origen de todas las formas de vida
complejas de la Tierra, incluidos los humanos. En 2006, el equipo de Hiroyuki
Imachi, del Instituto de Ciencia y Tecnología del Mar y la Tierra de Japón,
extrajo sedimento marino de la fosa de Nankai, frente a la costa sur de la
principal isla de Japón. Era un hábitat a 2.500 metros de profundidad, con dos
grados de temperatura, en completa oscuridad, un territorio más hostil y
desconocido que la superficie de Marte. Al analizar las muestras los
científicos se dieron cuenta de que contenían arqueas de Asgard. Tenían en su mano
ser los primeros en criar y observar a una de estas criaturas viva.
Hiroyuki Imachi y Masaru Nobu, autores del estudio, usaron un
biorreactor para criar las arqueas (un
aparato que reproduce su hábitat natural y aporta nutrientes y que funciona
parecido a las máquinas de café por goteo, en palabras del propio Imachi).
Desde entonces se han descubierto otras arqueas similares (Thor, Odin, Heimdal,
Hel) que manejan genes eucariotas y a las que se ha agrupado en la
familia de Asgard, el hogar de los dioses vikingos. Hasta ahora nadie sabía qué
aspecto tienen estos probables descendientes de nuestro primer ancestro.
Durante cinco largos años intentaron que crecieran en un biorreactor. Después pasaron otros siete años
engrosando las comunidades hasta poder aislarlas y mirarlas al microscopio.
Esta semana, el científico y el resto de su equipo publica el estudio en el que
relatan su éxito al haber conseguido ver por primera vez uno de estos
organismos vivos. La clave, dice Imachi, ha sido dejar que las arqueas
creciesen junto a otros microbios de su entorno y añadir un ingrediente
inusual: leche de fórmula para bebés. “Aunque aún no lo hemos confirmado, es muy
posible que estas arqueas estén usando alguno de los ingredientes de la leche
en polvo para bebés como alimento”, explica Imachi.
Las arqueas de Asgard miden una diezmilésima de centímetro y se
reproducen muy despacio para los estándares de un microbio, más o menos una vez
al mes. Lo más llamativo son sus largos tentáculos entrelazados. Los
científicos aún no saben para qué los usan, pero creen que son esenciales para
explicar cómo surgió la vida compleja a partir de organismos muy parecidos a
estos.
Según su teoría, expuesta en Nature, el ancestro de los eucariotas
era una arquea similar a la de Asgard. La vida compleja surgió así : Primero la
arquea enredó a una bacteria con sus tentáculos, después la engulló, y por
último la endogenizó, es decir, estableció con ella una relación de cooperación
para intercambiarse nutrientes conocida como sintrofía. La bacteria, hasta entonces era un organismo independiente,
pero se transformó en una mitocondria, un orgánulo para aportar energía a su
huésped. Imachi le ha dado un nuevo nombre a los organismos que sacaron de la
fosa de Nankai: arquea
Prometeo (Prometheoarchaeum
syntrophicum), por el ser mitológico que robó el fuego -la energía- a los
dioses para dárselo a los humanos. 2.000 millones de años después, las
mitocondrias siguen presentes en todas las células eucariotas con idéntica
función. El origen de la vida compleja fue la cooperación.
La hipótesis de Imachi concuerda
con lo que teorizó a finales de los sesenta la bióloga Lynn Margulis, que dijo
que las mitocondrias y los cloroplastos que ayudan a las plantas a alimentarse
de luz nacieron por simbiosis. En 1999, la bióloga española Purificación
López-García teorizó que los eucariotas aparecieron por una alianza de sintrofía
con bacterias. Los científicos japoneses han observado que las arqueas
descubiertas se alimentan de aminoácidos y que para poder digerirlos establecen
alianzas sintrofícas
con las bacterias de su entorno, que les aportan pequeñas cantidades de
oxígeno. Por eso Imachi solo fue capaz de criarlas cuando les dejó vivir y
cooperar junto a sus compañeras.
Tal vez esa necesidad de oxígeno bacteriano fue mucho mayor hace 2.000
millones de años, cuando la Tierra comenzó a llenarse de este compuesto, según
apuntan Christa
Schleper y Filipa Sousa, expertas en arqueas de la
Universidad de Viena, en un comentario al estudio. Para entonces es probable
que las arqueas ya tuviesen parte de la maquinaria genética para leer y
transcribir ADN que necesitaban para transformarse en células complejas. “No me parece correcto decir que este
organismo es el eslabón perdido entre la vida sencilla y la compleja, pero
tiene todo el sentido que algo muy parecido a lo que describe este estudio
fuese el inicio de todo”, opina Iñaki
Ruiz-Trillo, investigador del Instituto de
Biología Evolutiva de Barcelona (CSIC-UPF), dijo: “Este trabajo tiene un mérito brutal”.
Maracaibo, martes 20 de enero, 2020
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