Edward
Hopper
Edward Hopper
(1882 - 1967) fue un pintor estadounidense, célebre
por sus retratos de la soledad en la vida norteamericana contemporánea. Se le
considera uno de los pintores de la escuela Ashcan, la cual a
través de Arshile Gorky después de la Segunda Guerra
Mundial
llevó al expresionismo
abstracto.
Una nueva vanguardia comenzando la década de 1940, surgió en Nueva York, donde un grupo de artistas
introdujo cambios radicales en el arte. Hicieron obras a
escala monumental reflejos de sus psiques,
intentando con espontaneidad e improvisación acceder a fuentes universales. Su trabajo ponía énfasis
en el gesto dinámico y enérgico, en contraste con un enfoque cerebral
reflexivo en campos de color más
abiertos. Este movimiento se denominó expresionismo
abstracto, aunque el término ya había sido utilizado por primera vez en Alemania por el artista ruso Wassily Kandinsky en el año 1919, más
tarde se asoció el arte estadounidense de la posguerra. En 1929 Alfred Barr fue el primer estadounidense en
usar el término de expresionismo abstracto y Robert Coates popularizó el
término aplicándolo a artistas como Arshile Gorby, Jackson Pollock y William de
Kooning.
Edward Hopper
había nacido
en una pequeña ciudad a orillas del río Hudson en una familia burguesa. A la edad de 17 años Hopper comenzó a estudiar pintura por
correspondencia, lo que pronto derivó en su ingreso en 1900 a la Escuela de Arte y Diseño de Nueva York.
Hopper en ese instituto coincidirá con otros futuros protagonistas del arte
estadounidense de principios de los años cincuenta, pero en realidad, los
contactos que resultaron fundamentales para su desarrollo como pintor serían tres
de los profesores de la escuela de Arte; William Merrit Chase, quien lo animó a examinar en detalle y a copiar lo que veía en los museos;
Kenneth H. Miller, que lo educó en el gusto por una pintura nítida y limpia, organizada
en una composición espacial ordenada y Robert Henri, quien contribuyó a liberar el arte de la época
del peso de las normas académicas, ofreciendo un ejemplo activo al joven
Hopper. Tras conseguir su título, Hopper obtuvo su primer trabajo como
ilustrador publicitario.
En 1906, viajó a Europa por primera vez, y estando en París, experimentó con un lenguaje formal cercano al de
los impresionistas. Posteriormente, en 1907, viajó a
Londres, y visitó Berlín y Bruselas. El estilo personal e inconfundible de Hopper,
formado por elecciones expresivas precisas, comenzó a forjarse en 1909, durante
una segunda estancia en París de seis meses, llegando también a pintar en Saint-Germain y Fontainebleau. Mientras en Europa se daban el cubismo, el
fauvismo y el arte abstracto, y se consolidaban el fauvismo, Hopper se siente más atraído
por Manet, Pissarro, Monet, Sisley, Courbet, Daumier, Toulouse-Lautrec y por un pintor español anterior
a todos los mencionados, Francisco Goya y Lucientes.
Hopper fascinado con los
impresionistas aprenderá de los ellos el manejo virtuoso de la luz, que su obra
logra esa tensión dramática con sofisticados juegos de claroscuros, o con luces
frías, cortantes, artificiales, y así en cada cuadro vemos su carácter sombrío
y melancólico, su austeridad y su paciencia. Justamente esa idea de la
imposibilidad de comunicación, la frustración de no poder ser comprendidos por
el otro, o por los miles que tenemos al lado, llegará al punto que el mismo
artista dice al final de su vida, con tono melancólico: “Nunca pude pintar lo que me había propuesto”. Su pintura se
caracteriza por un peculiar y rebuscado juego entre las luces y de sombras, y por la descripción de los
interiores, que aprendería admirando a Degas y que perfeccionará en su tercer y último viaje al
extranjero en 1910 a París y a España. Entonces comenzará a aparecer en su pintura como
un tema central, la soledad.
Mis cuadros
(ver)
Cuando Hopper regresa
definitivamente a los Estados Unidos, se estableció y permaneció en su país hasta su muerte. Hopper
abandonó las nostalgias europeas que le habían influido hasta entonces y
empieza a pintar sobre temas relacionados con la vida cotidiana estadounidense.
Entre sus pinturas, abundarán sobre todo las representaciones de imágenes urbanas
de Nueva York y de los acantilados y playas de la
cercana Nueva Inglaterra. En 1918 se
convirtió en uno de los primeros integrantes del Whitney Studio Club, el centro más dinámico de los
artistas independientes de la época. Entre 1915 y 1923 abandonó
temporalmente la pintura, dedicándose a nuevas formas
expresivas como el grabado, usando la punta seca y el aguafuerte, con los que obtuvo numerosos premios y
reconocimientos, incluso alguno de la prestigiosa National Academy.
El éxito conseguido con una
exposición de acuarelas (1923) y otra
de lienzos (1924) hicieron de Hopper el autor de referencia de los
realistas que pintaban escenas estadounidenses. Su evocadora vocación
artística evolucionó hacia un fuerte realismo, que resulta ser la síntesis de
la visión figurativa unida al sentimiento poético que Hopper percibe en sus
objetos. Como es por ejemplo Habitación
en Nueva York. A
través de imágenes urbanas o rurales, inmersas en el silencio, en un espacio
real y metafísico a la vez, Hopper logra proyectar en el espectador un
sentimiento de alejamiento del tema y del ambiente en el que está fuertemente
inmerso. La esmerada composición geométrica de los lienzos de Hopper, con un
sofisticado juego de luces intencionadamente artificiales, frías y cortantes y
logran una extraordinaria síntesis de los detalles. La escena aparece casi
siempre desierta; en sus cuadros casi nunca encontramos más de una figura
humana, y cuando hay más de uno, destaca por la alienación de los temas y la
imposibilidad de comunicación resultante, que agudiza la soledad. Un ejemplo de
este tipo de obras es Nighthawks o Despacho en una ciudad pequeña (1953).
Nighthawks (Noctámbulos,
en español), el cuadro más famoso de Edward Hopper.
Se ha dicho que su obra puede
definirse con una única frase. “Hopper pinta la soledad del hombre
actual”. Sus cuadros destacan
por la alienación, la pérdida de la identidad de los personajes, la
imposibilidad de comunicación y la angustia que ello provoca. Se podría decir
que
Hopper pinta el silencio. Pinta ciudades que son un desierto. Espacios
reales que se convierten en escenarios que parecen parte de un sueño.
Escenarios misteriosos, e inquietantes, como de pesadillas silenciosas. Climas
que por momentos nos hacen recordar a los climas de la pintura metafísica de
Giorgio de Chirico. Se considera a Hopper como parte de la escuela de Ashcan.
Chop Suy (ver)
La Escuela Ashcan se llamó retrospectivamente a un
grupo de pintores estadounidenses, activos entre 1908 y 1918 en la ciudad de Nueva York e interesados en representar la
vida urbana cotidiana. La primera referencia como escuela de Ashcan apareció en 1934 en el libro Art in
America in Modern Times, y se presentaba a Robert Henri (1865-1929) como su líder artístico. La escuela de Ashcan emana de una agrupación
anterior y con un significado más preciso: el llamado grupo de los Ocho, creado en 1908 por Robert Henri y secundado
por William Glackens (1870-1938), George Luks
(1867–1933), Everett Shinn (1876–1953) y John French Sloan (1871-1951). Esos cuatro "centuriones",
antes de instalarse en Nueva York, habían trabajado juntos como ilustradores en
la sección de arte del periódico "Philadelphia Press". Esta
especie de lema "ideológico" de Robert Henri, está muy lejos de las
consignas de lo que años más tarde daría cuerpo al realismo social americano, el
conjunto de artistas englobados como escuela
de Ashcan se movieron en una disyuntiva difícil de negociar: por una
parte su técnica y su estilo seguían de cerca las pautas académicas de su
época, pero por otro lado, una especie de naturalismo pintoresco les llevaba a registrar a menudo temas suburbiales o marginales por los que serían tachados de "pandilla de
revolucionarios negros".
Algunos autores, propusieron que
la filosofía de los de Ashcan
se sintetizaba en una rebelión contra el
impresionismo americano imperante en la época. En contraste
con el énfasis de la luz de éstos,
en la obra de la escuela de Ashcan dominaban los tonos oscuros, y frente
a la vitalidad de los temas impresionistas oponían sus escenas brutales de
boxeo, sus prostitutas, borrachos y paisajes urbanos fríos.
Maracaibo, martes 28 de enero, 2020.
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