jueves, 5 de julio de 2018

Las 3 Guerras médicas, en dos partes (2)




Las 3 Guerras médicas, en dos partes (2)
 
Mis lectores cinéfilos se estarán preguntando si será que los recuerdos del quinto grado de primaria difuminaron en mi memoria filmes relativamente recientes sobre el tema que nos ocupa… Pues no y antes de seguir adelante, mencionaré a “300” la película estadounidense dirigida por por Zack Snider en 2006 en la que se describe la historia de Leónidas (Gerard Butñer) y sus 300 guerreros espartanos que pelearon a muerte en el desfiladero de Las Termópilas contra el "dios-rey" persa Jerjes I y su armada de más de 100.000 soldados. Y es que la Segunda guerra médica, se originó tras la muerte de Darío, cuando su hijo, Jerjes subió al poder. Durante los primeros años de su reinado, Jerjes  se ocupó de reprimir algunas revueltas, mientras se preparaba para atacar a los griegos. Había enviado a Grecia embajadores a todas las ciudades para pedirles tierra y agua, símbolos de sumisión, y muchas islas y ciudades aceptaron, pero no Atenas y Esparta. Se cuenta que los espartanos, al igual que sucedió en Atenas, ignorando la inmunidad diplomática, respondieron a los embajadores: «Tendréis toda la tierra y el agua que queráis», y los tomaron y arrojaron a un pozo. Era una declaración definitiva de intenciones hostiles.

El poderoso ejército de  Jerjes, que se estima en alrededor de 500.000 hombres, mejor equipados que aquellos bajo el mando de Darío, partió el  en vez de escudos de metal portaban escudos de mimbre; tienen lanzas cortas, arcos grandes, flechas de caña de aljabas y puñales pendiendo de la cintura"(Plutarco).  En el Estado Mayor de Jerjes muchos eran parientes cercanos del rey. Para cruzar el Helospomto. Heródoto cuenta cómo se construyó un imponente puente de barcas por el cual el ejército de Jerjes debía atravesar el mar, pero una tormenta lo destruyó, y Jerjes culpó al mar ordenando a sus torturadores que dieran mil latigazos como castigo a las aguas. Este relato me trae de nuevo la entusiasta imagen del padre José María relatando aquellos hechos como si fuese el mismo quien hubiese vivido los impresionantes sucesos. Finalmente Jerjes cruzó el mar, y siguiendo la ruta de la costa se adentró en la península. La flota avanzaba y las tropas helenas, que conocían estos movimientos, decidieron detenerlos el máximo tiempo posible en el desfiladero de las Termópilas (que significa “Puertas Calientes”). Buscando el tiempo suficiente para asegurar la defensa de Grecia en el istmo de Corinto. El rey espartano Leónicas I situó a unos 300 soldados espartanos y 1000 más de otras regiones y Jerjes les envió un mensaje exhortándoles a entregar las armas. La respuesta fue: “Ven a tomarlas”. Tras cinco días de espera, y viendo que su superioridad numérica no hacía huir al enemigo, los persas atacaron.

El ejército griego se basaba en la infantería pesada de los hoplitas, soldados de infantería con un gran escudo (hoplon), una lanza, coraza y cnémidasde protección. Formaban en falange, presentando un muro de bronce y hierro con el objetivo de detener a los enemigos en la lucha cuerpo a cuerpo. Los persas tenían una infantería ligera, sin corazas y con armas arrojadizas, además de la famosa caballería de arqueros y carros. El único cuerpo de élite persa eran los llamados "Inmortales",  soldados de infantería pesada que constituían la guardia personal del rey persa. Sin embargo, en aquel desfiladero tan estrecho los persas no podían usar su famosa caballería, y su superioridad numérica quedaba bloqueada, pues sus lanzas eran más cortas que las griegas. La estrechez del paso les hacía combatir con similar número de efectivos en cada oleada persa, por lo que no les quedó más opción que replegarse después de dos días de batalla. Pero ocurrió que un traidor llamado Efialtes condujo a Jerjes a través de los bosques para llegar por la retaguardia a la salida de las Termópilas. La protección del camino había sido encomendada a 1000 focidios en posiciones defensivas, pero ante el avance persa, estos huyeron y entonces Leónidas decidió dejar partir a los que quisieran marcharse, quedándose él, y su ejército de 300 espartanos y 700 hoplitas de Tespias, firmes en sus puestos. Atacados por el frente y la espalda, los espartanos y los tespios sucumbieron después de haber aniquilado a 10 000 persas. Posteriormente se levantaría en ese lugar una inscripción (Heródoto VII 228):«Extranjero, informa a los espartanos que aquí yacemos obedeciendo a sus preceptos». Con el paso de las Termópilas, vencido, toda la Grecia central estaba a los pies del rey persa. 

Tras la derrota de Leónidas, la flota griega abandonó sus posiciones y evacuó Atenas, buscando refugio para las mujeres y los niños en las cercanías de la isla de Salamina. Desde ese lugar presenciaron el saqueo e incendio de la Acrópolis por las tropas dirigidas por Mardonio. A pesar de ello, Temístocles aún tenía el plan de atraer a la flota persa y entablar batalla en Salamina, con una estrategia que lograría vencerles. Se cuenta que Temístocles envió a su esclavo Sicino ante el rey de Persia, haciéndose pasar por traidor, para contarle que parte de la armada griega escaparía de noche, incitando de este modo a Jerjes confiando en que dividiera su flota enviando parte de ella a cerrar el canal por el otro lado. Sin embargo Jerjes decidió entablar combate naval, utilizando un gran número de barcos, muchos de ellos de sus súbditos fenicios, por lo que quizás la flota persa no tenía coordinación al atacar, mientras que los griegos tenían perfilada su estrategia: sus alas envolverían a los navíos persas y los empujarían unos contra otros para privarlos de movimiento y su plan resultó. El caos cundió entre la flota persa, sus barcos se obstaculizaron y chocaron entre sí,  caer al mar podían nadar hasta la playa. La noche puso fin al combate, tras el cual se retiró destruida la otrora poderosa armada persa. Jerjes presenció impotente la batalla, desde lo alto de una colina. 

La batalla de Salamina, se considera da final a la segunda guerra médica, pero en realidad, la guerra continuó al volver el ejército persa para invadir el Ática en el  479 A.C., comandado por Mardonio bajo las órdenes de Jerjes I. Mardonio ofreció la libertad a los griegos si firmaban la paz, pero el único miembro del consejo de Atenas que votó a favor fue condenado a muerte por sus compañeros. De esta forma, los atenienses hubieron de buscar refugio nuevamente en Salamina, y su ciudad fue incendiada por segunda vez. Temístocles quiso llevar la guerra a Asia Menor, enviar allí la flota y sublevar las coloniasa jónicas contra el rey de Persia, pero Esparta se opuso, por el temor de dejar desprotegido el Peloponeso.. Al enterarse de que el ejército espartano, se dirigía contra ellos, los persas se retiraron hasta Platea, donde los griegos, espartanos y atenienses, lograron otra importante victoria sobre los persas, (La batalla de Platea, el 27 de agosto 470 A., C.). Poco tiempo después el hundimiento de la flota persa en Mícala, fue además la señal para el levantamiento de los jonios contra sus opresores. Los persas se retiraron de Grecia, poniendo así fin al conflicto bélico.

La tercera guerra médica: Tras el final de la segunda guerra médica, atenienses y espartanos fundaron la Liga Ático-Délica, totalmente comandada por Atenas, que se convierte en el mayor pueblo de Grecia política, económica, social, cultural y militarmente, sobrepasando a Esparta. Temístocles mal visto por el pueblo ateniense y exiliado, huye a las fronteras del Imperio Aqueménida y allí se pone bajo el mando del nuevo soberano persa, Artajerjes I, que junto al acérrimo odio que ambos sentían por la cultura griega, se decide avanzar hacia las costas griegas para someterlas bajo el dominio persa. Pero Cimón  hijo de Milcíades. enterado de las intenciones de Artajerjes I, avanzó hasta la actual Turquía y derrotará  al ejército persa en la batalla del río Eurimedonte en 467 a. C. Cimón insistirá en que se debe de nuevo hacer la paz con el pueblo espartano, pero los atenienses, de igual manera  lo destierran por orden de Efilates, cuyo mandato no duró mucho y fue sucedido por Pericles, que dominó Atenas hasta su muerte en el 429 A., C.  Pericles continuará la guerra contra Persia, y le pidió a Cimón su regreso y firmó un tratado de paz con Artajerjes I, llamado Paz de Calias  en el 448 A,C., , ya en el año que Cimón había muerto de manera que las guerras médicas llegan a su fin mediante las condiciones impuestas por los griegos a los persas; desistir definitivamente en su conquista y expansión a Grecia y no volver a navegar por el mar Egeo. 
Maracaibo 5 de julio 2018

1 comentario:

Armando Rodríguez dijo...

Excelente resumen histórico. Me recordó mi primer contacto con ese evento histórico allá por 1964, cuando en 5° grado vimos en el colegio una versión cinematográfica de la epoca denominada "Los 300 heroes".