María Gaetana Agnesi
En los siglos XVII y XVIII, hubo en Italia un
resurgimiento de las mujeres de ciencia: Elena Cornaro Piscopia, profesora de matemáticas en
1678 en la Universidad de Padua; Diamente Medaglia escribió sobre la importancia del estudio de las
matemáticas para las mujeres; María
Angela Ardinghelli estudió matemáticas y física en Nápoles; Laura María Catarina Bassi se doctoró en filosofía en la Universidad de Bolonia en 1733,
ocupó la cátedra de física y publicó trabajos sobre física cartesiana y newtoniana. La mujer que alcanzó mayor fama
fue María Gaetana Agnesi (1718-1799), una matemática italiana cuya obra más importante, Instituciones
Analíticas, fue traducida a varios idiomas y utilizada para aprender
matemáticas durante más de cincuenta años en muchos países de Europa. Es
considerada una de las mujeres de ciencia más capaces del siglo XVIII. Un
cráter de Venus lleva su nombre en su honor.
María Gaetana Agnesi nació en Milán en mayo de
1718. En su país, al contrario que en otros países europeos, sí se aceptaba que
las mujeres recibieran educación, y ella
tuvo una esmerada formación. Fue una niña precoz, con cinco años hablaba
francés, y con nueve, conocía siete lenguas: italiano, latín, francés, griego,
hebreo, alemán y español, por lo que recibió el apelativo de “Oráculo de siete idiomas”. Su padre, era
profesor en la Universidad de Bolonia. María fue afortunada pues dirigieron sus
estudios profesores de la universidad, sabios, eruditos e intelectuales
locales, quienes empezaron a asistir al salón de los Agnesi para oír las
disertaciones de María sobre temas filosóficos, científicos y matemáticos. A la
edad de nueve años María estuvo durante una hora, hablando en latín sobre el
derecho de la mujer a estudiar ciencias y sobre cómo las artes liberales no
eran contrarias al sexo femenino.
En la habitación había unas treinta personas de
todos los países de Europa, colocados en círculo, y María Agnesi, sola, según
relató el conde Belloni, quien hizo una hermosa arenga en latín a la dama, que
ella contestó con presteza y habilidad en el mismo idioma; luego discutieron,
todavía en latín, sobre los orígenes de las fuentes y sobre las causas del
flujo y reflujo que en algunas de ellas se observa, similar a las mareas del
mar. Con el conde Belloni discutiría sobre la propagación de la luz y los colores
del prisma. María habló sobre la filosofía de Newton (era algo maravilloso ver
a una persona de su edad conversando sobre temas tan abstractos). Loppin
conversó luego con ella sobre los cuerpos transparentes, y sobre las curvas geométricas…
Después la conversación se hizo general, hablándole cada uno en su propio
idioma, y contestando ella en ese mismo idioma: pues su conocimiento de las
lenguas era prodigioso.
María nunca se casó. En 1739, a los 21 años, quiso
entrar en un convento, y ante la oposición de su padre, no lo hizo, pero
rechazó la vida pública, llevando una existencia retirada y piadosa. Ella decidió
quedarse en casa y consagrarse a las matemáticas. Su carrera como matemática
ocupó veinte de los ochenta y un años de su vida. En 1738 publicó un libro,
escrito en latín, con una colección completa de ciento noventa trabajos sobre
ciencias naturales y filosofía titulada Proposiciones
Filosóficas donde se recogen exposiciones sobre lógica, mecánica,
hidráulica, elasticidad, química, botánica, zoología, mineralogía, astronomía,
filosofía, la mecánica celeste y la teoría newtoniana sobre la gravitación
universal. El álgebra y la geometría, declaraba, son las únicas partes del
pensamiento donde reina la paz. Concentró sus esfuerzos en estudiar libros
religiosos y de matemáticas. Se considera a María la primera profesora de
universidad. Dedicó el libro a la emperatriz María Teresa de Austria, bajo cuyo
reinado estaba Milán, por lo que la emperatriz la recompensó. En la dedicatoria
María decía: Si en algún momento puede excusarse la temeridad de una mujer, que se
atreve a aspirar a las sublimidades de una ciencia que no conoce límites, ni
siquiera los de la infinitud misma, ciertamente debería ser en este período, en
el que reina una mujer,… En esta época… toda mujer debería esforzarse, y
empeñarse en promover la gloria de su sexo.
En 1748 aparecieron sus Instituzioni Analitiche, fruto de diez años de trabajo, que
había comenzado con 20 años y terminó antes de cumplir los 30. Fue su principal
obra. Era una recopilación sistemática, en dos volúmenes y un total de unas mil
páginas. El primer tomo trataba del conocimiento contemporáneo en álgebra y
geometría analítica, y el segundo tomo de los nuevos conocimientos en cálculo
diferencial e integral, la materia que estaba estudiándose en aquella época. Fue
el primer texto para estudiar el cálculo diferencial e integral, en el que se
trataban además las series infinitas y las ecuaciones diferenciales. Incluía
muchos ejemplos y problemas cuidadosamente seleccionados para ilustrar las
ideas, métodos originales y generalizaciones. Lo había comenzado como
distracción, continuado como libro de estudio para sus hermanos más jóvenes y
había terminado convirtiéndose en una publicación importante. En 1748 también se encargó de los cursos de su
padre en la universidad y dos años más
tarde, en otoño de 1750, después de publicar su obra de las Instituciones analíticas, el
Papa le dio el nombramiento de la cátedra de matemáticas superiores y filosofía
natural de la Universidad de Bolonia (Bolonia en esa época de los Estados
Pontificios).
Con el dinero de su padre, Agnesi, dirigió la
impresión del libro en su propia casa, para poder supervisar íntegramente la
operación. En julio de 1745 María escribió a Riccati, que accedió a leer el
borrador final del libro y hacer sugerencias.. En 1747 le envió la última parte
del libro. El primer volumen del Instituzioni
analitiche ad uso della gioventú italiana fue publicado en 1748,
mientras Agnesi continuaba escribiendo sobre el material del segundo volumen
que fue publicado al año siguiente. La acogida fue espectacular; el informe de
una comisión de la Academia de Ciencias de París
comentaba: “Esta obra se caracteriza por una cuidadosa organización, su claridad y
su precisión. No existe ningún libro, en ninguna otra lengua, que permita al
lector penetrar tan profundamente, o tan rápidamente en los conceptos
fundamentales del Análisis. Consideramos este Tratado como la obra más completa
y la mejor escrita en su género”.
María, como hemos visto, fue reconocida como matemática
en su época, y sin embargo su reputación histórica fue distorsionada por el
hecho de que, en sus Instituzioni
Analitiche, trabajara con la “curva de Agnesi” o curva
sinusoidal versa, “versiera” en italiano, que significa “virar”, “girar”, que
se tradujo al inglés, por un error del traductor, John Colson, como la “bruja
de Agnesi”, profesor de Cambridge, “encontró este trabajo tan excelente que, a
una edad avanzada, decidió aprender italiano con el único fin de traducir ese
libro y que la juventud inglesa pudiera beneficiarse de él, como lo hacen los
jóvenes de Italia” tan excelente juzgaba la obra. La curva de Agnesi es
el conjunto de los puntos P obtenidos al hacer variar el punto A. Colson
tradujo las Instituciones al inglés hacia 1760, el año de su muerte. Confundió
el término “versiera” por “avversiera” que significa bruja, hechicera,
(“witch”). Posteriores traducciones y ediciones han mantenido el término,
quizás con mala intención o pretendiendo hacer un chiste sin gracia, pero ha
quedado así inmortalizada en los libros de historia de la matemática. Esta
curva, fue discutida por Fermat en 1703 y se ha establecido recientemente que
es una aproximación de la distribución del espectro de la energía de los rayos
X y de los rayos ópticos, así como de la potencia disipada en los circuitos de
alta frecuencia de resonancia. Nombrada miembro de la Academia de Ciencias de Bolonia,
a la muerte de su padre, cuando tenía 34 años, renunció a las matemáticas, y
consagró sus esfuerzos a la teología, a socorrer a pobres e indigentes, y a
educar a sus hermanos y hermanas. Dedicó por completo su vida a hacer obras de
caridad viviendo en total pobreza, ya que dejó toda su fortuna a los pobres.
Dirigió durante los últimos veintiocho años de su vida el hospicio de Trivulzio.
Murió el 9 de enero de 1799.
Maracaibo
21 de julio de 2018
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