martes, 24 de julio de 2018

Las Nubes, de Aristófanes




Las Nubes, de Aristófanes 

Aristófanes fue un dramaturgo griego que nació y murió en Atenas sobre el 444 a. C. y el 385 a. C. respectivamente. Vivió durante la Guerra del Peloponeso, época que coincide con el esplendor del imperio ateniense y su consecuente derrota a manos de Esparta. Sin embargo, también fue contemporáneo del resurgimiento de la hegemonía ateniense a comienzos del siglo IV a. C. Leyendo a Aristófanes es posible hacerse una idea de las intensas discusiones ideológicas (políticas, filosóficas, económicas y literarias) en la Atenas de aquella época. Su postura conservadora le llevó a defender la validez de los tradicionales mitos religiosos y se mostró reacio ante cualquier nueva doctrina filosófica. Especialmente conocida es la animadversión de Aristófanes hacia Sócrates, a quien en su comedia Las nubes lo presentan como un demagogo dedicado a inculcar todo tipo de insensateces en las mentes de los jóvenes. El pensamiento de Aristófanes fue más bien conservador en cuestiones religiosas; se inclinaba hacia el respeto por los mitos clásicos, por lo que las innovaciones  filosóficas no le agradaban del todo. Por esa razón su comedia se convierte en sátira, es decir, que es producto de la crítica de ciertos fenómenos que acontecen en la sociedad de su tiempo.

Aristófanes debutó siendo aún muy joven, en el año 427, con Los convidados; en el 426 presentó Los babilonios, donde atacaba la política de Cleonte, lo que le valió un proceso. La primera comedia que dirigió el propio Aristófanes fue Los acarnienses, que es también la más antigua que se conserva de él. Esta fantasía cómica antimilitarista es de una endiablada jocundidad, plena de pasajes divertidos. En Los caballeros, los nobles y ricos jóvenes de la élite conservadora, que forman parte del coro, atacan duramente al demagogo Cleonte, que aparece representado en el pícaro esclavo que engaña a su anciano amo. El tema de Las avispas es la manía de los atenienses por los pleitos y procesos ante los tribunales. Se desarrolla entre jocosas escenas, como la del proceso casero contra un perro, acusado de haber robado un queso. Las ranas narra la historia del dios Dioniso, desesperado por el estado de los autores de tragedias de Atenas, quien viaja al Hades para traer de vuelta a Eurípides del mundo de los muertos.

Las nubes fue representada en las Grandes Dionisíacas. Aristófanes avanza en otra dirección, satirizando en la figura de Sócrates a la nueva filosofía y a los nuevos métodos de educación. La obra debe su nombre al coro integrado por nubes, creación poética muy compleja de cuyo primer canto se ha dicho, "pertenece a lo más hermoso de la poesía griega". Aristófanes consideraba que Las nubes era la obra más fina entre sus comedias. Como ateniense conservador, Aristófanes veía en la sofística un peligro, ya que según la opinión corrompía a la juventud. Así, él situó a Sócrates dentro de los sofistas como uno de sus representantes y haciendo converger en él todas las artes sofísticas (retórica, astronomía, música, etc). Así nos presenta un Sócrates muy distinto del anciano justo y sabio de la Apología de Platón y de la de Jenofonte. Si bien en la historia de la filosofía y la tradición siempre han rechazado la imagen del Sócrates de Aristófanes, en la actualidad esa imagen del astronomosofista si bien no es aceptada del todo, se le reconoce que algo de cierto en ella.

Las nubes tratan de un padre, Estrepsíades y de su hijo Fidípides, un joven fanático de la hípica y los caballos, cuya diversión le sale cara a su padre, ya que ha contraído una serie de deudas. Su padre va directo a la ruina y no tiene interés en pagarle a los acreedores, para lo cual idea un plan que lo sacará de problemas: mandará a su hijo a estudiar al “el Pensatorio”, de Sócrates, que es una especie de escuela donde, por dinero o cosas de valor, Sócrates y su amigo Querefonte enseñan las diversas disciplinas sofísticas y especialmente el argumento justo y el argumento injusto que lo sacarán de todas las deudas al poder ganar los juicios en su contra. Fidípides se niega a ir y termina yendo Estrepsíades, quien cuando se encuentra con los discípulos de Sócrates y Querefonte les pregunta lo que hacen y mantiene después un diálogo con uno de ellos, durante el cual es presentado a Sócrates, que es llamado "él mismo" y quien está colgando de un cesto observando el cielo. Sócrates le habla del cielo y le demuestra que Zeus no existe y que las nubes también son muy importantes, y quien junta las nubes no es Zeus sino “el torbellino". Después comienza un diálogo entre las Nubes y Estrepsíades y más tarde reaparece Sócrates que le enseña nuevas cosas, pero Estrepsíades un hombre viejo y rústico, olvida todo lo que aprende. Las Nubes le dicen que vaya a buscar a su hijo por ser más joven y guapo. Estrepsíades lo convence para que aprenda los dos argumentos, en un diálogo donde el hijo sostiene opiniones antiguas y el padre las opiniones nuevas. Sócrates le dice que este será enseñado por ambos argumentos, y que ganará el argumento injusto. Fidípides aprende el argumento injusto y su padre se lo lleva a casa, así cuando llegan los prestamistas, Estrepsíades no les teme y dice, que no les pagará confiando en su hijo que ganará gracias al argumento injusto. Luego su hijo, que fue corrompido, sale persiguiendo al padre para pegarle. Finalmente Estrepsíades junto a su esclavo tomará venganza y obliga a Sócrates a huir de “el pensatorio” al incendiarle el local. 

Maracaibo, 24 de julio, 2018

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