miércoles, 2 de agosto de 2023

Escotomas centellantes


En 2016 escribiría en este blog (https://tinyurl.com/y5rsdw3n) … “Hace ya más de diez años que he regresado a Maracaibo luego de un largo exilio en la capital, y me tropiezo en estos tiempos de oscuridad y de tristes expectativas hacia el futuro de la patria con el amable recuerdo de tan buenos y desinteresados amigos. Han transcurrido ya muchos años, tantos que ya Jesús, Aura, Kiko, Enrique y Rosina, y el tío Luis, ya no están con nosotros. Pensar en sus vidas de trabajo y dedicación, me trae rescoldos de nostalgia, ciertamente, más sirven también de catarsis al pensar en cuanto hicimos y con tantas dificultades que nos enfrentamos y como las vencimos y me place saber que ellos estarán siempre en mi recuerdo y en el de quienes tuvieron la suerte de conocerlos”. Este articulo lo escribo en memoria de aquellos fieles trabajadores (https://tinyurl.com/35tmmsav) de la oftalmología.

Hoy al querer hablar de nuevo sobre los escotomas, quisiera referirme en particular a los escotomas centellantes ya que es importante saber que este tipo de percepción visual no se origina en el gel vítreo, ni la retina, ni el nervio óptico. Sólo hay un sitio que lo puede originar: el lóbulo occipital de nuestro cerebro. Los lóbulos occipitales son el centro de procesamiento del sistema visual con sus neuronas de la corteza visual primaria y la de asociación visual, ellas crean en su actividad electroquímica estos destellos fulgurantes…

En abril de año pasado (https://tinyurl.com/ynj9py7m) al referirme a los escotomas, relate mi personal experiencia y de como Enrique me había enseñado a reconocer los signos de la “retinitis central serosa” para hablar luego sobre la patogenia del escotoma y específicamente del de mi ojo izquierdo. Relataría que tras la recomendación de mi oftalmólogo favorito en aquellos años, el Dr. Dario Savino, no acepté el lasser ni otros tratamientos invasivos de tal manera que, gracias a Dios, aún sigo con mi escotoma y éste, aunque se puede modificar con el stress (¡imagínense en el Maracaibo de ahora!) afortunadamente no se ha descompensado y con los años para nada ha interferido en el uso continuo de mis ojos (rumbo a los 84) para diagnosticar patologías mirando a través de microscopios de luz, y/o, electrónicos.

Un escotoma es un punto ciego en la visión. Se trata de un problema visual que puede ser temporal o permanente y que puede permanecer en el mismo lugar o moverse en el campo visual de la persona que lo padece. Esta mancha puede encontrarse en el centro o alrededor de los bordes del campo visual y quienes lo sufrimos podemos ver un punto oscuro (un punto pardo de tamaño variables) en la visión, pero también se ha descrito como un punto de luz parpadeante dentro del campo visual, el cual puede moverse alrededor del ojo o incluso crear arcos de luz.

Quería comentarles que los lóbulos occipitales son la parte de nuestro cerebro que recibe y elabora la imagen visual consciente a partir de la información que le llega a través de los nervios ópticos, desde los ojos. Cuando las neuronas del lóbulo occipital se ven afectadas o estresadas por alguna causa, las cosas pueden cambiar, y en lugar de una pérdida de información, se produce todo lo contrario: estas neuronas son capaces de “crear” esas imágenes centelleantes y que aparecen superpuestas a la visión normal de nuestros ojos.

Cuando las neuronas de la retina o del nervio óptico sufren o están dañadas, se traduce en una pérdida de información visual, y por tanto hay una pérdida en la visión. Sin embargo, este tipo de escotomas centelleantes es otra cosa y son muy frecuentes en la población, especialmente entre las personas que padecen de migrañas. La gente habla entonces de “migrañas con aura” cuando aparece primero la visión centelleante, y unos 10-15 minutos después nace el terrible dolor de cabeza. Sin embargo, en algunas personas sólo aparece el aura visual; y otras personas sólo refieren tener el dolor de cabeza. ¿Cómo es el asunto?...

Algunos relatos infieren que las auras visuales inspiraron a Vincent Van Gogh en su cuadro: “La noche estrellada”. Las auras visuales las hemos definido como unas líneas centelleantes que se mantienen fijas, duran varios minutos e interfieren con la visión. Se ha dicho que los trazos de color puro de Van Gogh, pintor impresionista, fueron inspirados por estas alteraciones visuales creadas por las crisis de migrañas con aura. ¡Vaya usted a saber! Digo yo…

Pues resulta que se desconoce el mecanismo concreto que origina los ataques de migraña. Diversos estudios han mostrado una alteración transitoria en la presión sanguínea que le llega a esta parte occipital del cerebro; y más recientemente también se ha demostrado que ocurre lo mismo en la retina.

Si los escotomas centelleantes cumplen con las características que hemos explicado (líneas quebradas que no se mueven en el campo de visión) y duran menos de 15 minutos, no debemos preocuparnos mucho. Si los escotomas centelleantes duran más de 1 hora, o notamos otros síntomas neurológicos, debemos buscar asistencia médica. La jaqueca ocular u oftálmica es una variedad de cefalea periódica, pulsátil y de localización hemicraneal. La notamos cuando tenemos trastornos visuales y temporales en uno o en los dos ojos. Aunque puede afectar a todo el campo de visión es inofensiva y con medicación se resuelve a las pocas horas.

La jaqueca oftálmica clásica se precede de un aura consistente en la percepción de unas líneas brillantes, zigzagueantes (escotoma centelleante). A veces se continua con una hemianopsia homónima (o ausencia de visión hacia un lado del campo visual en alguno de los ojos). Suele tratarse de una pérdida de visión transitoria que puede durar de 30 minutos a varias horas. Otros pacientes pueden apreciar manchas, visión en túnel o visión borrosa. Aunque no se trata de una patología grave algunos pacientes pueden llegar a preocuparse por el dolor ocular que les ocasiona. Si hay dolor puede ser de gran intensidad se localiza inicialmente en el ojo y puede propagarse a la frente, sien o mejilla, y acompañarse de lagrimeo o congestión nasal.

Los síntomas de una jaqueca oftálmica más comunes son: La aparición de escotomas (manchas en el campo central de la visión), o luces parpadeantes (centelleos). Dolor, que puede ser más intenso si la persona que tiene la crisis realiza algún tipo de esfuerzo o se expone a lugares con excesivo ruido (hiperestesia sensorial). Fotofobia (más sensible a luz, sobre todo si ésta es muy intensa). Puede haber sensación de náuseas, o diplopía o visión doble. Se ha descrito agotamiento y somnolencia.

Hasta aquí de escotomas, quizás, hablaremos sobre los lóbulos occipitales del cerebro en alguna otra ocasión.

Maracaibo, miércoles 2 de agosto del año 2023

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