jueves, 11 de mayo de 2023

Novela histórica vs Historia novelada


Quien haya leído algunas de las novelas que he publicado seguramente le habrá llamado la atención que frecuentemente en ellas transcurren sucesos o personajes de la historia. Hago este comentario, y comentaré con mayor detalle más adelante, para explicar la razón de este artículo.

Sin entrar en definiciones académicas se dice que la Novela histórica es un relato, cuyo contexto se desarrolla en un momento histórico concreto, como puede ser, en “La Grecia de Pericles”, “la Roma de Augusto”, “la Revolución Francesa”, o “la Guerra Fría”, pero su trama y su argumento son una ficción.

Por otra parte, lo que se define como Historia novelada, resultaría ser más bien un ensayo divulgativo, para que los historiadores presenten los resultados de sus investigaciones al público.

Las diferencias entre ambos géneros, están claras no solo en cuanto la finalidad -entretenimiento la novela histórica y divulgación la historia novelada- sino en lo que respecta la forma de presentar la Historia. Sin embargo, en la práctica pueden darse problemas ya que en ocasiones no parece estar claro dónde empieza la Novela histórica y dónde la Historia novelada.

Los historiadores en ocasiones han reaccionado algo incomodos ante la ficción de la novela histórica por considerar que la gente común puede confundir la historia con la ficción y pudiera parecer comprensible que ellos exijan veracidad a los novelistas que utilizan -utilizamos- la historia en ejercicios literarios.

La novela histórica, aunque invente personajes, o cambie la fecha de los hechos para adecuarlos a la trama, aunque exponga argumentos ficticios, tiene toda la intención de ser verosímil y así la novela histórica termina por ser una forma de divulgar elementos de la Historia a los lectores y éstos, adicionalmente pueden aprender mucho de ella.

En realidad, podemos afirmar que la Historia como disciplina es también, aunque en menor medida, una obra literaria... Por otra parte, hay quienes llegan hasta recomendar -lo que deben hacer los escritores cuando escriban una novela histórica- como si intentasen tratar de “reconciliar” a estas dos “primas hermanas”, la historia novelada y la novela histórica.

La novela histórica no es la única forma literaria que hace especial hincapié en la problemática del tiempo, el ya clásico tempus fugito (carpe diem) que se ha ido formando también en una serie de manifestaciones literarias no narrativas, y por lo tanto, siempre puede ser oportuno repasar los géneros limítrofes de la novela histórica para evitar confusiones terminológicas y para saber lo que es y lo que no es, la novela histórica.

Había dicho que iba a referirme concretamente a mis novelas y a sus conexiones con la historia. Puedo avanzar en ellas, desde la publicación tardía de mi primera novela La Entropía Tropical (EdiLuz 2003) donde existe la historia interpuesta de Nabonido el último rey de Babilonia, y regresar a La Peste Loca (1997) donde serán los presidentes de Venezuela desde Betancourt hasta Lusichi quienes son dilacerados en medio de los acontecimientos de la historia del mundo en una fiesta del lenguaje. En El movedizo encaje de los uveros (2003) el presidente Cipriano Castro y Rafael Rangel crean el marco para hablar del país a comienzos del siglo XX.

Si continuamos analizando una de las novelas que fue literariamente premiadas (Bienal Elías David Curiel 1997) Para subir al cielo… (1998-re editada en 2016), será la historia de El Bosco-Hyeronimus Bosch- la que corre en paralelo a un fin de semana en la capital alrededor de muertos en la Morgue de “Bello Monte” y narcotraficantes. En Ratones desnudos(2011) una historia de médicos e investigadores gira alrededor del doctor Fernández Morán, y en la novela El año de la lepra (2011) citada en abril de este año (https://bit.ly/3AHXTsk) es la historia del médico investigador Luis Daniel Beauperthuy la que se narra en los capítulos impares de la novela.

Mi última novela publicada, Vesalio el anatomista (2016) narra noveladamente los acontecimientos en la vida de Andres Vesalio durante el siglo XVI. He dejado por fuera a la primera de mis novelas laureadas (Bienal José Rafael Pocaterra 1994) muy divulgada (tiene ya 3 ediciones 1994, 1998 y la edición especial del 2011 con 812 referencias) Escribir en La Habana donde se analiza en medio del cine, la literatura y el sincretismo religioso, a la mal llamada “revolución cubana” y los acontecimientos que se provocarían en Cuba el año 1989.

Para finalizar quisiera señalar que los límites entre los distintos géneros y subgéneros de la novela histórica son muy fluidos y no siempre es fácil deslindarlos El diario es un género "íntimo" como las memorias donde la diferencia más llamativa sea su ordenación cronológica; fue utilizado en El año de la lepra. La biografía y sobre todo la autobiografía, tanto la real como en la literaria ficticia el autor no tiene que respetar las exigencias de una autenticidad histórica; en mis novelas esta modalidad de estilo autobiografico, aparecerá en “El proyecto oposum” una novela que tiene mucho que ver con los rabipelados y que aún no ha sido publicada.

Finalmente, digamos que la novela de ciencia ficción, si bien implica un tratamiento del tiempo, que se aleja ya de nuestro ámbito dado que donde su tiempo es el del futuro, describirá siempre una historia por venir, todavía no acontecida y no podría corresponder por tanto a la llamada “historia novelada”.

Maracaibo, jueves 11 de mayo del año 2023

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