Un nuevo
estudio descubre que el 79% de las
especies endémicas de los insectos desaparece rápidamente, mientras que las
especies invasoras están creciendo…
Muchos
de los insectos, como las abejas o las mariposas, son excelentes polinizadores,
y llevan los preciados granos amarillos de una flor a otra. Mientras que otros,
como los escarabajos peloteros o las termitas, descomponen la materia muerta y,
al hacerlo, liberan nutrientes esenciales, que regresan así al suelo,
haciéndolo más fértil.
Existen
también insectos que se alimentan o son parásitos de otros insectos que
consideramos plagas, y así vemos a las mariquitas, que comen pulgones, o
algunas avispas que ponen sus huevos en las larvas de las orugas y son
parasitoides. Finalmente hay otros
insectos, como las hormigas, que son subterráneos, excavan túneles en el suelo
y de este modo lo airean, permitiendo que el agua y el aire lleguen mejor a las
raíces de las plantas.
Gran número de los insectos son la fuente principal de alimento para una gran variedad de animales, desde aves a mamíferos, reptiles, anfibios y, puede que pronto, también para el hombre. La entomofagia (del griego éntomos ‘insecto’, y făguein, ‘comer’) es la ingesta de insectos como alimento para los humanos, un hábito alimenticio muy extendido en algunas culturas de África, Asia, América y Oceanía. De tal modo que, los insectos, en definitiva, resultan fundamentales para mantener sanos los ecosistemas de la Tierra. Además de ser una fuente sostenible de proteínas, vitaminas y minerales, los insectos y otros artrópodos han sido parte de la dieta humana durante siglos en muchas culturas. En países como México, China, Tailandia y algunos de África, se consumen diversas especies, como chapulines, escamoles, gusanos de maguey, grillos, tarántulas y escorpiones.
Pero el problema resulta ser que están desapareciendo, a marcha forzada. Los científicos se refieren a esta crisis como el 'Apocalipsis de los insectos', término con el que describen el declive masivo y global de sus poblaciones en todo el mundo, algo que parece haberse acentuado durante las últimas décadas. Un rápido declive, por lo tanto, que amenaza con convertirse en una auténtica catástrofe global.
Comprender las causas últimas de esa desaparición ha pasado a ser una prioridad para la ciencia. Necesitamos entender si el 'Apocalipsis' se debe exclusivamente, a “factores modernos”, como la conversión de espacios naturales en zonas agrícolas, el uso masivo de pesticidas y fertilizantes, el cambio climático o la introducción de especies invasoras, o si esa tendencia a la disminución de las especies de insectos individuales puede medirse en una escala de tiempo más larga. En la fotografía de hormigas, unas amputan extremidades como si fueran cirujanas…
Existe un equipo de investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa (OIST) quienes forman parte de este esfuerzo y han recurrido a un enfoque de genómica comunitaria para explorar las poblaciones de hormigas en el archipiélago de Fiji. Este sistema les serviría como modelo para comprender las tendencias de biodiversidad de los insectos.
Al estudiar la genómica de las colecciones presentes en un gran número de museos, lograron rastrear las relaciones evolutivas de las hormigas para explorar cómo se produjo su llegada a las islas y reconstruir la historia poblacional de las distintas especies. El trabajo se acaba de publicar en 'Science'. Los principales esfuerzos de conservación se centran más a menudo de lo que sería deseable en estudiar la biodiversidad de animales grandes (y fotogénicos) que viven en zonas más fáciles de estudiar, por ejemplo en los hábitats templados.
Sin embargo, a pesar de su importancia, la rápida disminución en la población de muchos insectos no pasa, en general, de ser una simple sospecha. Esto viene en parte a remediar el nuevo estudio, que se basa en una población concreta de insectos, y para cuyo estudio los investigadores eligieron un sistema insular.
Según explica Evan Economo, de la Universidad de Maryland y uno de los autores principales del estudio, «puede ser difícil estimar los cambios históricos en las poblaciones de insectos porque, con pocas excepciones, no hemos estado monitoreando directamente esas poblaciones a lo largo del tiempo. Adoptamos un enfoque novedoso para este problema al analizar los genomas de muchas especies en paralelo a partir de especímenes de museo recolectados recientemente. Los genomas contienen evidencia de si las poblaciones están creciendo o disminuyendo, lo que nos permite reconstruir los cambios en toda la comunidad”.
Evan Economo y sus colaboradores hallaron resultados alarmantes: El 79% de las especies endémicas (las que se encuentran solo en Fiji) están en declive, en una escala de tiempo que se correlaciona con la llegada de los humanos a las islas. Por otro lado, las especies de hormigas recientemente llevadas por los humanos a las islas están multiplicando su población de forma explosiva. Los investigadores, además, descubrieron que la mayor proporción de declives se ha producido en los últimos cientos de años, coincidiendo con el contacto europeo, la colonización, el comercio mundial y la introducción de técnicas agrícolas modernas.
Ante la dificultad de estudiar directamente las poblaciones en su entorno, algo que resulta extremadamente complejo y exigente en climas tropicales, los autores del estudio optaron por utilizar colecciones de museos, fruto de décadas enteras de trabajo de campo, entre las que, por su puesto, se encontraban también las construidas por ellos mismos en trabajos anteriores.
Al centrarse en el archipiélago de Fiji, los investigadores lograron tener una amplia visión de los cambios de población y de la historia de colonización de casi todas las distintas especies de hormigas de la región. Cong Liu, el primer firmante del artículo explica que “al ser ecosistemas cerrados y aislados, se espera que las islas sientan los efectos del impacto humano más rápido, por lo que vienen a ser algo así como un canario en una mina de carbón.”
Debido a que el ADN se degrada con el tiempo, el equipo tuvo que utilizar métodos especiales de secuenciación para comparar pequeños fragmentos de ADN. En su estudio, los investigadores secuenciaron muestras de genomas de miles de hormigas de más de cien especies diferentes. Y usando esos datos, identificaron 65 casos diferentes (eventos de colonización) en los que nuevas especies de hormigas llegaron a la isla.
Dichos
casos iban desde la colonización natural (es decir, la llegada de las hormigas
sin participación humana) hace millones de años, hasta la reciente introducción
humana después de que Fiji se convirtiera en parte de las redes comerciales
globales.
Sobre la base de esta historia, los
científicos aplicaron sus modelos de genética de poblaciones para identificar
el aumento (o la disminución) de las poblaciones de diferentes grupos de
hormigas en todo el archipiélago de Fiji. Fue así como se dieron cuenta de la
disminución de las especies endémicas, y de los dramáticos aumentos en la
población de especies no nativas en los últimos años.
La razón
principal, según el artículo, es que las especies endémicas de las islas a
menudo desarrollan rasgos que las hacen sensibles a los cambios ambientales,
incluida la llegada de nuevas especies dañinas. “La mayoría de las extinciones registradas -añade Liu- han sido, históricamente, en sistemas
insulares”.
Los
investigadores esperan que su trabajo pueda servir de inspiración para próximas
investigaciones que traten de ampliar la comprensión científica de las
poblaciones de insectos, algo que será de extrema utilidad para los esfuerzos de
conservación en el futuro. Alexander
Mikheyev, de la Universidad Nacional de Australia y también autor principal de
la investigación- explica como en este estudio también es de gran importancia
la biodiversidad y las colecciones de los museos. “A medida que nuestra caja de herramientas científicas se expande, hay
más y más información que podemos capturar de las colecciones de biodiversidad,
por lo que es esencial que sigamos invirtiendo y manteniendo estos recursos
vitales”.
Maracaibo, miércoles 17 de
septiembre del año 2025
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