viernes, 12 de septiembre de 2025

Thomas Hobbes


"Lobo es el hombre para el hombre" es una frase célebre, extraída de la obra dramática “Asinaria”, del comediógrafo latino Plauto (250-184 a. de C.). Esta frase latina fue popularizada en el siglo XVIII por Thomas Hobbes en su obra “El Leviatán” (1651). Hobbes escribiría “el hombre es un lobo para el hombre” en latín homo homini lupus, para referirse a que el estado natural del hombre lleva a una la lucha continua contra su prójimo.  La frase, terminaría por convertirse en la metáfora del animal salvaje que el hombre lleva por dentro.

 

Thomas Hobbes (1588-1679), fue un filósofo inglés considerado uno de los fundadores de la filosofía política moderna. ​Su obra más conocida es el Leviatán (1651), donde sentó las bases de la teoría contractualista, de gran influencia en el desarrollo de la filosofía política occidental. Aunque el hombre ha sido capaz de dirigir guerras, practicar exterminio de grupos sociales, realizar atentados, asesinatos y secuestros, someter a otros individuos a la esclavitud, tráfico ilegal de personas, etc. No obstante, Thomas Hobbes señalaba que, la paz y la unión social pueden ser alcanzadas cuando son establecidas en un contrato social, en el que se define un poder centralizado que tenga la autoridad absoluta para proteger a la sociedad, creando una comunidad civilizada.


Leviatán es una bestia marina del Antiguo Testamento, que aunque se supone fue creada por Dios, es a menudo asociada con Satanás. El término Leviatán se ha reutilizado en numerosas ocasiones como sinónimo de un gran monstruo. Job describe su aspecto físico con semejanzas a un dragón, pero durante muchos años, en sus viajes, los marineros europeos imaginaban al Leviatán como una gigantesca ballena, un monstruo del mar, o de preferencia una especie de serpiente marina. Entre los libros más conocidos del escritorguionista y director de cine Paul Auster (1947-2024) está “Leviatán, una novela galardonada con el Premio Médicis en 1993 donde Auster relata la vida de un hombre (Benjamin Sachs) contada por su mejor amigo Peter Aaron quien es una suerte de alter ego del mismo escritor. La novela refleja la primera etapa de Auster, como escritor, con similitudes a “La trilogía de New York”, y a “Mr. Vértigo”. 

 

Si regresamos a Thomas Hobbes, la Guerra Civil inglesa había estallado en 1642, y la compañía de los realistas exiliados llevó a Hobbes a producir su obra Leviathan, donde expuso su teoría del gobierno civil en relación con la crisis política resultante de la guerra. Hobbes comparó el Estado con un monstruo compuesto de hombres, creado bajo la presión de las necesidades humanas, más disuelto por la guerra civil debido a las pasiones humanas. En 1666, el rey protegería a Hobbes cuando, la Cámara de los Comunes presentó un proyecto de ley contra el ateísmo y la profanación. Ese mismo año, el 17 de octubre de 1666, se ordenó que el comité al que se remitió el proyecto de ley debería estar facultado para recibir información tocante a libros como el ateísmo, la blasfemia y la profanación[...]en particular[...]el libro de El Sr. Hobbes llamado Leviatán”.  

 

Ante la perspectiva de ser etiquetado como un hereje, Hobbes procedió a quemar algunos de sus documentos comprometedores. Cuando examinó el estado real de la ley de la herejía, los resultados de su investigación se anunciaron por primera vez en tres Diálogos cortos agregados como Apéndice a su traducción latina de Leviathan, publicada en Ámsterdam en 1668. En este apéndice, Hobbes pretendía mostrar que, no había ningún tribunal de herejía en absoluto al que fuera susceptible de recurrir, y que nada podía ser una herejía, excepto oponerse al Credo de Nicea, lo cual, sostuvo, el Leviatán no hacía.


La única consecuencia del proyecto de ley fue que Hobbes, nunca más podría publicar nada en Inglaterra sobre temas relacionados con la conducta humana. A pesar de que generalmente no se lo cataloga como tal, Hobbes puede ser reconocido también como uno de los antecesores de la Escuela Clásica de la criminología, puesto que el mismo ya reconoce en Leviatán los principios de legalidad, jurisdiccional y de proporcionalidad de la pena. Pero si retomamos el tema de escribir en Inglaterra novelas sobre la conducta humana, existe una novela de ciencia ficción que fue escrita por Mary Shelley, publicada en 1826, y titulada “El último hombre en la tierra” donde se narra la historia del mundo arrasado por una plaga a finales de este siglo XXI.  De esta curiosa novela apocalíptica de la autora de Frankenstein el moderno Prometeo, y que fuera su última novela, se hicieron dos ediciones que fueron publicadas por Henry Colburn en Londres en 1826, y una edición en París en 1826 por Galignani.


El último hombre recibió las peores críticas de todas las novelas de Mary Shelley. La novela fue tan duramente criticada en su época que parecía haber desaparecido hasta que los historiadores la resucitaron en la década de 1960. Mary Shelley siempre quiso publicar una biografía de su marido, pero su suegro se lo prohibiría por lo que ella, seguramente tras largas meditaciones decidió insuflar su personalidad en uno de los protagonistas de “El último hombre en la tierra”, el utópico Adrian, conde de Windsor, quien era como Percy retraído y de naturaleza enfermiza, aunque se convierte en un líder con seguidores en busca de un paraíso natural y terminará, como su marido muriendo ahogado durante una tormenta. El poeta Lord Byron pareciera estar representado en Lord Raymond quien luchará al lado de los griegos. La última novela de Mary Shelley resultaria ser un tributo a sus amigos ya fallecidos, explorando sus propios sentimientos de pérdida, tristeza y aislamiento por las muertes de todos ellos y las de sus hijos.

 

El historiador Kari Lokke, ha señalado que “El último hombre constituye un desafío profundo y profético al humanismo occidental”, y destaca como Mary Shelley, al hacer referencias a las fallas de la Revolución francesa, y a las respuestas de sus padres los filósofos William Godwin y Mary Wollstonecraft, así como las de Edmund Burke hacia la misma revolución, cuando “ataca a la fe de la Ilustración de la inevitabilidad del progreso a través del esfuerzo colectivo”. Valgan estas referencias para recordar esta novela, pensada por la autora de “Frankenstein”.

Revisado para la pesteloca en Maracaibo, el viernes 12 de septiembre del 2025

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