lunes, 30 de junio de 2025

Mitocondrias y virus


Las enfermedades virales son responsables de muertes en todo el mundo y hoy día, sabemos que los virus manipulan la maquinaria celular del huésped para intentar alterar el entorno intracelular haciéndolo favorable para su replicación. Las mitocondrias son susceptibles de agresiones fisiológicas y ambientales, incluyendo las infecciones virales que pueden afectar sus funciones e impactar en el metabolismo mitocondrial y la señalización inmunitaria innata.

Esta muy breve revisión sobre “mitocondrias y virus”, solo intenta llamar la atención sobre este proceso que puede ser crucial para el metabolismo celular e introduce términos como mitofagia y fusión mitocondrial que pueden ser novedosos. La disfunción mitocondrial conduce al daño mitocondrial, generando compuestos tóxicos, principalmente ADN mitocondrial, lo que induce toxicidad sistémica y provoca daño en múltiples órganos del cuerpo. En la dinámica mitocondrial, la mitofagia es la forma selectiva de macroautofagia y representa en las mitocondrias como objetivo específico la autofagia, ambas son esenciales para el mantenimiento del control de calidad y la homeostasis mitocondrial.

Por este proceso celular se autoeliminan las mitocondrias disfuncionales o ya dañadas. Los virus aprovechan la dinámica mitocondrial para su proliferación y para inducir enfermedades asociadas y los antagonistas metabólicos en las mitocondrias pueden ser esenciales para comprender mejor las enfermedades virales y desarrollar terapias antivirales efectivas.

Las mitocondrias consideradas como “la central eléctrica de la célula”. Constan de una membrana externa, una membrana interna y una matriz. En ellas se da el proceso metabólico de conversión de carbohidratos y ácidos grasos en trifosfato de adenosina (ATP). Durante el estrés celular, las mitocondrias que tienen su propio ADN genómico (ADN mitocondrial, ADNmt) aumentan la producción de energía.

La disfunción mitocondrial es la causa de enfermedades humanas. Las mitocondrias pueden detectar inflamación, infección y/o agresiones ambientales a través de cambios estructurales en sus membranas y en la expresión de sus proteínas, lo que resulta en una disfunción que también afecta el metabolismo, la regulación del calcio, la contractilidad de las vías respiratorias pulmonares, el mantenimiento de genes y proteínas, el estrés oxidativo, la proliferación celular y la apoptosis.

Las mitocondrias disfuncionales van a alterar los procesos celulares homeostáticos, como el envejecimiento y la senescencia, así como las enfermedades de las vías respiratorias. Los virus que son parásitos obligados dependerán completamente de la maquinaria de la célula huésped para su replicación y proliferación. El papel de la dinámica mitocondrial en las infecciones virales recién está emergiendo, pero demuestra inequívocamente que las mitocondrias son la clave para el metabolismo celular y la inmunidad innata, una vía prometedora para futuras investigaciones moleculares en la patogénesis viral.

Durante las infecciones virales, las mitocondrias son el objetivo directo de las proteínas virales o ellas están influenciadas por alteraciones fisiológicas como el estrés oxidativo, la hipoxia, el estrés del retículo endoplasmático (estrés del RE) y la homeostasis del calcio desregulada (1) Un vínculo metabólico plausible entre las mitocondrias y la influenza A, y con los virus del herpes fue demostrado en la década de 1950 por Ackerman y colegas (2). Estudios recientes mostraron cómo el virus de la hepatitis B (3) y el virus de la hepatitis C (VHC) adoptan los cambios en la dinámica mitocondrial para la infección persistente.

La biogénesis mitocondrial es compleja e implica la coordinación de genes nucleares y mitocondriales para asegurar la función precisa de las proteínas de la cadena de transporte de electrones mitocondrial. Las mitocondrias son dinámicas, pero no pueden generarse de novo. Cada mitocondria consta de una membrana externa porosa; el espacio intermembranoso; una membrana interna donde ocurre la cadena de transporte de electrones (CTE); y la matriz mitocondrial que es el sitio principal para las vías metabólicas -el ciclo del TCA y la oxidación de ácidos grasos-.

El ADNmt humano es una molécula de ADN circular bicatenaria que consta de 16.569 pares de bases. El genoma mitocondrial está compuesto por 37 genes que codifican 13 polipéptidos, por 2 genes de ARNr (ARNr 12S y 16S) y 22 genes de ARNt necesarios para la síntesis de proteínas mitocondriales, las proteínas mitocondriales restantes están codificadas por genes nucleares y aproximadamente 1500 proteínas codificadas nuclearmente, están involucradas en la regulación de las funciones mitocondriales en los seres humanos (4).  

La homeostasis mitocondrial se mantiene predominantemente por la dinámica mitocondrial y la mitofagia, fenómeno durante el cual las mitocondrias forman una red tubular que cambia continuamente por fisión y fusión, ambos procesos regulados por grandes guanosina trifosfatasas (GTPasas). Las mitocondrias disfuncionales o deterioradas se eliminan mediante un proceso muy bien regulado ya conocido como mitofagia.

La fisión se ha implicado en la corrección de mutaciones en copias de mtADN, y la fusión está involucrada en un intercambio de metabolitos de la matriz y el reciclaje de la mitocondria parcialmente deteriorada a una red mitocondrial completamente sana. Las mitocondrias irreversiblemente dañadas se eliminan selectivamente por mitofagia. La fusión mitocondrial y la mitofagia son hechos claramente complementarias y, simultáneamente, desempeñan un papel fundamental en la homeostasis mitocondrial (5). 

El potencial de membrana mitocondrial desempeña un papel importante en el proceso de identificación y segregación de mitocondrias dañadas. Durante un ciclo celular, las mitocondrias siguen un patrón que promueve la fusión durante un período muy breve (de segundos), seguido de un cambio celular que se transforma en fisión. Por lo tanto, la maquinaria de fisión, fusión y mitofagia trabajan juntas para impedir la circulación de mitocondrias dañadas o disfuncionales del conjunto sano de mitocondrias (6)

Referencias

1-Asha K., Sharma-Walia N. Estrés del RE inducido por virus y microambiente tumoral y respuesta a proteínas desplegadas: De la complejidad a la terapéutica. Oncotarget. 2018;9:31920–31936.

2-Ackermann WW, Johnson RB: Algunas relaciones energéticas en un sistema huésped-virus. J. Exp. Med. 1953;97:315–322. 

3-Hossain MG, Akter S., Ohsaki E., Ueda K. Impacto de la interacción del virus de la hepatitis B con las mitocondrias y proteínas asociadas. Virus. 2020;12:175- 

4-Cheong A., Archambault D., Degani R., Iverson E., Tremblay KD, Mager J. Las proteínas ribosomales mitocondriales codificadas nuclearmente son necesarias para iniciar la gastrulación. Desarrollo. 2020;147-

5-Yoo SM, Jung YK: Un enfoque molecular de la mitofagia y la dinámica mitocondrial. Mol. Cells. 2018;41:18–26. 

6-Dombi E., Mortiboys H., Poulton J. Modulación de la mitofagia en la enfermedad mitocondrial. Curr. Med. Chem. 2018;25:5597–5612.

En Maracaibo, el lunes 30 de junio del año 2025

domingo, 29 de junio de 2025

Nino Bravo

 

Luis Manuel Ferri Llopis había nacido en Ayelo de MalferitComunidad Valenciana, un 3 de agosto de 1944 y fue conocido como el cantante español, Nino Bravo, considerado uno de los grandes exponentes de la música pop española, durante las décadas de 1960 y 1970 y sus éxitos muy recordados como: Un beso y una florTe quiero, te quiero, Libre y Noelia. El cantante español falleció en un accidente automovilístico el 16 de abril de 1973, cuando tenía apenas 28 años de edad, dejando una familia que amaba con locura y toda una carrera por delante…

Sus padres fueron Luis Manuel Ferri Espulgues y Consuelo Llopis Molines. Viviendo con su familia a Valencia, los 16 años comenzó a trabajar para la joyería valenciana Casa Amat, trabajó de bodeguero en el restaurante de Jesús Císcar en el Aeropuerto de Valencia y durante esos años compaginó el trabajo con su afición al canto. A finales de 1962 fundaría el conjunto Los Hispánicos, con sus amigos Félix Sánchez y Salvador Aranda Navarro "Boro". El trío se convirtió en cuarteto con la entrada de Eliseo Ferrando Fenollar en la batería, haciéndose muy popular en la ciudad de Sagunto, donde actuaron en numerosas presentaciones, en bailes y verbenas de la época, y llegó a quedar finalistas en el concurso radiofónico nacional Fiesta en España. En octubre de 1963 el conjunto se disolvió.

Dada su amistad con Vicente López, el bajista de Los Superson, aprovecharía que buscaban sustituto por baja de Carlos Lardíes en un accidente de tráfico, y se incorporó al conjunto para pasar a ser miembro permanente. Los fundadores José Bosch, guitarra solista y Saturnino (Nino) Naredo, guitarra rítmica, más adelante serian  reemplazados por los hermanos José y Vicente Juesas, en la guitarra y teclado. Ubicaron su lugar de ensayo en la localidad valenciana de Catarroja, en el corral de la casa del trompetista Juan Enrique Morellá, y este habría de ser el conjunto que lo acompañó en todas sus actuaciones hasta el final de su carrera artística.

Todos tuvieron que hacer un paréntesis en sus actuaciones por el servicio militar de Luis en 1966, que cumplió en la Marina en Cartagena . Cuando volvió, se empleó en una oficina y realizó su presentación como cantante solista en el Festival de la Canción de la Vall de Uxó en 1968. Su primer mánagerMiguel Siurán, lo bautizó con el nombre artístico de Nino Bravo. Seria rechazado por la discográfica RCA a finales de 1968, pero en 1969 fue contratado por cuatro años por Fonogram (bajo el sello Polydor) de la mano de su productor artístico Alfredo Garrido García.

Su primer sencillo lo grabó con canciones de Manuel AlejandroComo todos y Es el viento. Acudió al festival de la canción de Barcelona con el tema No debo pensar en ti, donde Luis fue eliminado. Llegó en el verano de 1969 cuando Augusto Algueró le dio Te quiero, te quiero, canción creada para una película argentina interpretada con una letra distinta por Lola Flores, quien la cantaría, teniéndola grabada la actriz Carmen Sevilla y el cantante Raphael. A Te quiero, te quiero le seguirían Voy buscando (1969), Esa será mi casaPuerta de amor, Perdona (1970)  Mi gran amor (1971), NoeliaMi querida mamáCartas amarillasUn beso y una florMi tierraCarolina y Libre (1972), entre otras.

Nino Bravo participó en la selección para el Festival de Eurovisión en dos ocasiones. En la primera en 1970 se presentó con el tema Esa será mi casa: pero no consiguió llegar a la final, que ganó Julio Iglesias con Gwendolyne. La segunda y más recordada fue en el programa Pasaporte a Dublín, donde quedó en tercera posición, siendo elegida la cantante Karina como representante de España. En julio de 1970 participó en la III Olimpiada Mundial de la Canción celebrada en Atenas, quedando en un cuarto lugar con la canción El adiós de Augusto Algueró.​ Participó en el Festival de la Canción de Río de Janeiro, con el tema Elizabeth, representando a España. Fue acompañado por la artista Carmen Sevilla en calidad de jurado español y por el compositor y productor Augusto Algueró como director de orquesta en representación de España. En dicho certamen se alzó con el primer premio el cantante Piero, interpretando Pedro nadie en representación de Argentina.

En febrero de 1971, se presentó en la duodécima edición del Festival de la Canción de Viña del Mar en Chile, donde alcanzó a interpretar tres de sus canciones con gran éxito y el público le pidió que prolongase su actuación. El 20 de abril, contrajo matrimonio en secreto con María Amparo Martínez Gil. Tras ello viajó a Buenos Aires para actuar en un programa especial del Canal 9 junto con el cantante de tangos Argentino Ledesma. Nino Bravo realizó una larga gira en Hispanoamerica que había comenzado en septiembre de 1971, a lo largo de la cual realizó presentaciones en Argentina, Chile, Peru, Colombia y VenezuelaMéxicoPuerto RicoNueva York y/Miami.

El 24 de enero de 1972 nació su primera hija, María Amparo. Poco después editó su tercer álbum, titulado Un beso y una flor, con el que obtuvo gran éxito en España e Hispanoamérica. En noviembre de 1972 participó en el VII Festival de la Canción de Río de Janeiro, con la canción Mi tierra como representante español, donde logró empatar en el primer puesto con el estadounidense David Clayton-Thomas. Semanas después salió a la venta su cuarto álbum, titulado Mi tierra, en el que se incluye uno de sus principales éxitos: Libre.

El 16 de marzo de 1973 realizó su última actuación en Valencia, dentro del Parador 73 de las conocidas Fallas valencianas. Allí cantó, por primera y única vez, el Himno de la Comunidad Valenciana de José Serrano, acompañado por el público asistente. La sala de fiestas Jardines Neptuno, en Granada-, acogió poco después la que sería la última actuación del intérprete valenciano. La mañana del lunes 16 de abril de 1973, Nino Bravo, acompañado por su guitarrista y amigo José Juesas Francés y el Dúo Humo, partieron temprano de Valencia hacia Madrid. El motivo del viaje era acudir al estudio de grabación a hacer algunos ajustes en un sencillo de próxima aparición. Bravo también tenía algunos compromisos menores con su propia casa de discos (Polydor-Fonogram); el regreso estaba proyectado para el martes 17 por la noche.

Se había propuesto realizar el viaje en avión, pero se decidió hacerlo en el coche de segunda mano recién adquirido por Nino en Valencia, un BMW 2800 L de 1970, blanco. Había tenido antes un Seat 124 Sport 1600 y un Mercedes Benz W110 190D. Así, se alejaron de Valencia por la carretera N-III entre las 7:30 y las 8:00. Quedaban casi 352 km por delante hasta la capital de España. Casi dos horas después se detuvieron a repostar y desayunar en la localidad de Motilla del Palancar y antes de las 10:00 prosiguieron camino. A pocos kilómetros, en el término municipal de Villarrubio, en una curva en la que había sucedido ese mes un accidente mortal, situada en P. K. 95,190 de la carretera N-III el vehículo, conducido por el cantante, se salió de la carretera y dio varias vueltas de campana.

Sus acompañantes, que habían sufrido solo algunas contusiones, no podían creer lo que había ocurrido. Las imágenes se sucedían por sus cabezas sin lograr ordenarse. “¿En qué momento el auto había comenzado a girar? ¿Por qué? ¿Y cómo fue que Nino no había podido sobrevivir al golpe igual que el resto de los ocupantes del coche?”. Nino Bravo y los heridos fueron trasladados en varios vehículos de particulares a Tarancón, situado a 13 kilómetros. En un pequeño hospital de monjas mercedarias llamado Santa Emilia recibieron las primeras curas, siendo trasladados con la única ambulancia de que disponía el pueblo a Madrid, a unos 80 kilómetros de distancia. Se ha dicho que el cantante murió a escasos kilómetros de la capital de España a la edad de 28 años, e ingresó ya fallecido en el Centro Sanitario Francisco Franco de Madrid (actual Hospital Gregorio Marañón). El destino le jugó una mala pasada cuando su profesión y su vida personal estaban bien encaminadas. La menor de sus niñas llegó al mundo siete meses después y su madre tuvo que hacerse cargo sola tanto de ella como de su hermana siempre sintiendo que Nino Bravo estaba presente en cada minuto de sus vidas

Su entierro en el cementerio de Valencia tuvo una asistencia masiva, con más de 10 000 personas, que en medio de un ambiente de gran emoción, vitorearon al fallecido. Tras su muerte apareció un disco póstumo, titulado ...y volumen 5, que incluye diez canciones grabadas semanas antes de su fallecimiento. Entre ellas se encuentra América, América, que se convirtió en un himno para sus admiradores americanos y en uno de sus grandes éxitos; en este disco aparece la única canción compuesta por Nino, titulada Vivir.

Maracaibo, domingo 29 de junio del año 2025

 

sábado, 28 de junio de 2025

El equilibrio puntuado

 

Las lombrices de tierra están revelando un mecanismo evolutivo que desafía las teorías de Darwin. El estudio liderado por el Instituto de Biologia Evolutiva de la Universidad Pompeu Fabra, en Barcelona, España, revela que los gusanos de mar rompieron su genoma en mil pedazos para reconstruirlo de forma radicalmente distinta cuando pisaron tierra firme hace 200 millones de años.  

 

El descubrimiento, publicado en la revista Nature Ecology and Evolution, se basa en datos genómicos de invertebrados, comparables a los empleados para secuenciar el genoma humano. El mecanismo de “desorden genómico” identificado, similar al observado también en el desarrollo del cáncer, podría iluminar el origen evolutivo de la biodiversidad terrestre y contribuir a la salud humana.

La escasez de formas intermedias llevó a los paleontólogos Stephen Jay Gould y Niles Eldredge a proponer en 1972 la idea provocadora de: el equilibrio puntuado. Un equipo de investigación liderado por el Instituto de Biología Evolutiva (IBE), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Pompeu Fabra (UPF en Barcelona, España), por primera vez destacaron este mecanismo de reorganización genómica rápida y masiva que pudo intervenir en la transición de los animales de los océanos a la tierra, hace 200 millones de años.

 

Los anélidos marinos (los gusanos) reorganizaron su genoma de arriba a abajo, dejándolo irreconocible, al abandonar los océanos y pisar tierra firme y estas observaciones son consistentes con el modelo de equilibrio puntuado, y apuntarían a que cambios abruptos en el genoma – y no solamente graduales – pudieron intervenir en la adaptación de los animales estudiados a ambientes terrestres.

 

El equipo ha secuenciado por primera vez el genoma de alta calidad de varias lombrices de tierra, llegando a poseer una librería de genomas invertebrados sin precedentes y los ha comparado con los de otras especies de anélidos cercanas (sanguijuelas y anélidos marinos, o poliquetos). La precisión ha sido la misma con la que se secuencian los genomas humanos, con la particularidad de que se partía sin referencia alguna para las especies estudiadas.


La ausencia de genomas completos había impedido hasta ahora el estudio de patrones y características a nivel cromosómico para muchas especies, reduciendo la investigación a fenómenos a menor escala – estudios poblacionales en un puñado de genes, frente a cambios macroevolutivos a nivel de genoma completo. Después de armar cada uno de los rompecabezas genómicos, el equipo ha conseguido viajar en el tiempo con gran precisión hasta hace más de 200 millones de años, cuando vivieron los ancestros de las especies secuenciadas. “Se trata de un episodio evolutivo esencial para la vida en el planeta, puesto que muchas especies, como los gusanos o los vertebrados, que vivían en el océano, pisaron entonces por primera vez tierra firme”, comenta Rosa Fernández, investigadora principal del grupo de Filogenómica y Evolución de Genomas Animales (Metazoa Phylogenomics and Genome Evolution Lab) en el IBE.

 

¡El análisis de estos genomas ha revelado un resultado inesperado! Las transformaciones genómicas de los anélidos no sucedieron de forma gradual, como predice la teoría neodarwinista, sino en explosiones puntuales de profunda remodelación genética. “La enorme reorganización de los genomas observada en los gusanos al pasar del océano a tierra firme no puede ser explicada con el mecanismo parsimonioso que propone Darwin; nuestras observaciones resuenan mucho más con la teoría de Gould y Eldredge de la evolución puntuada”, añade Fernández.

 

Un radical mecanismo genético que aportaría respuestas evolutivas. El equipo ha descubierto que los gusanos de mar rompieron su genoma en mil pedazos para volver a construirlo de otra forma y continuar su legado evolutivo en la tierra. Este fenómeno desafía los modelos de evolución de genomas conocidos hasta ahora puesto que, si observamos casi cualquier especie – desde una esponja hasta un coral o un mamífero-, muchos de ellos conservan su estructura genómica casi a la perfección. “Todo el genoma de los gusanos de mar se rompió y luego se reorganizó de forma completamente aleatoria en muy poco tiempo en la escala evolutiva”, dice Fernández. “Hice que mi equipo repitiera el análisis mil veces, porque no me lo podía creer”.


La clave de por qué esta rotura tan drástica no resultó en extinción puede estar en la estructura 3D del genoma. El equipo de Fernández ha descubierto que los cromosomas de estos gusanos modernos son mucho más flexibles que los de los vertebrados y otros organismos modelo. Gracias a esta flexibilidad, es posible que genes que están en distintas partes del genoma pudieran cambiar de lugar y seguir funcionando juntos. 

 

Los grandes cambios en el ADN pudieron ayudar a los gusanos a adaptarse rápidamente a la vida en la tierra, reorganizando sus genes para responder mejor a nuevos desafíos como la respiración o la exposición a la luz solar. El estudio ya comentado, sugiere que estos reajustes no solo movieron genes, sino que también unieron fragmentos antes separados, creando nuevas “quimeras genéticas” que habrían impulsado su evolución. “Podría parecer que ese desorden encerraría la extinción del linaje, pero puede que algunas especies basaran su éxito evolutivo en ese superpoder”, comenta Fernández.

 

Las observaciones del estudio son consistentes con un modelo de equilibrio puntuado. ¿Es el desorden cromosómico un problema o una solución? Este estudio apunta a que conservar la estructura genómica a nivel lineal – es decir, que los genes estén más o menos en el mismo sitio en especies diferentes – quizá no sea tan esencial como se creía. “De hecho, la estabilidad podría ser la excepción y no la regla en los animales, que podrían beneficiarse de un genoma más fluido, comenta Fernández. Este fenómeno de reorganización extrema genética se había observado anteriormente en la progresión del cáncer en humanos. Bajo el término cromoanagénesis se agrupan varios mecanismos de rotura y reorganización de cromosomas en células cancerosas, donde se aprecian cambios similares a los observados en las lombrices de tierra. La única diferencia es que mientras en los gusanos estas roturas y reorganizaciones genómicas son toleradas, en humanos dan lugar a enfermedades. Los resultados de este estudio abren la puerta a comprender mejor la potencia de este radical mecanismo genómico con implicaciones para la salud humana.

 

“Ambas visiones, la de Darwin y la de Gould, son compatibles y complementarias. Mientras que el neodarwinismo explica a la perfección la evolución de las poblaciones, aún no ha conseguido explicar algunos episodios excepcionales y cruciales de la historia de la vida en la Tierra, como la explosión de la vida animal en los océanos primero, hace más de 500 millones de años, o la transición de la vida de los océanos a la tierra, hace 200 en el caso de las lombrices de tierra”, apunta Fernández. “Aquí es donde la teoría del equilibrio puntuado podría aportar respuestas”.

En el futuro, una mayor investigación de la arquitectura genómica de invertebrados menos estudiados podría arrojar luz sobre los mecanismos genómicos que vertebran la evolución de las especies.

 

En Maracaibo, para el Blog lapesteloca, el sábado 28 de junio del año 2025

 

 

viernes, 27 de junio de 2025

A C V (2)


Con el correr de los acontecimientos, él se persuadió, llegó a la conclusión, con toda la seguridad del mundo, de que no estaba viviendo una horripilante pesadilla. Allí, ante él, se encontraba la cortina verde que se desprendía plegada desde un tubo blanco y además revoloteaban ellas, coño!, ese cortejo de mujeres almidonadas de blanco, con sus rostros que se le acercaban y se retiraban, con sus olores y sus colores y sus volúmenes y sus texturas y el tono de sus voces, todas tan diferentes, flotando, alrededor de su cama, iban y venían y lo movían y lo manoseaban y le decían pendejadas y lo lavaban y lo volteaban, a su edad era un irrespeto, y él solo podía lograr que brotara alguna lágrima tibia que él sentía hirviendo de la arrechera que lo embargaba.

 

Porque… ¡Carajo!, lo punzaban y lo palmeaban y le metían sondas y termómetros y le ponían chatas y almohadones y le decían estupideces en los momentos más inoportunos, los menos adecuados, cuáles serían los menos inútiles?, los más inesperados, los instantes insospechados, dentro de lo interminable de su incontrolable situación que transcurría ante la cortina verde plegada y a su vez dentro de él mismo, percibiendo su propia respiración, profunda en ocasiones, con períodos de calma para recomenzar, aspirando una vez tras otra y el bun dum, bun dum internamente , como un reloj, que parecía no querer detenerse nunca para no dejarlo escapar de aquella maldita prisión interior...

 

De pie ante la puerta de la Unidad de Terapia Intensiva, él volteó a mirar hacia el fondo del pasillo y con su vista recorrió los jarrones con las grandes hojas de uñas de danta y los sillones de semicuero llenos con los familiares y amigos. Se detuvo en los ojos llorosos de su madre. Doña Angela estaba sentada entre Evaristo y Ennio quien le había tomado una de sus manos a Julita su esposa. Todos ellos parecían vigilarlo de reojo. El obligadamente, pensaba en Yolanda, ausente. Después se acordó de sus hijos. Esa mañana había recibido una llamada telefónica de Emiliano, el mayor, le dijo que llegarían los tres hermanos, por avión, en la noche. Vendrían desde Caracas. Ahora todos estudiaban bachillerato en el Colegio San Ignacio. Decidieron venir a ver al abuelo Evanán Jesús. Entonces Emidgio abstraído recordó que había prometido irlos a buscar al aeropuerto esa anoche. En ese momento se abrió la puerta de vidrio y salieron dos enfermeras con batas azules y gorro y él pudo atisbar por la hendidura una parte de la cama parcialmente oculta tras las cortinas verdes. En el monitor el fosforescente trazado ondulante del ritmo cardíaco, corría sinuoso y repetitivo… Él lo miró hasta que la puerta se cerró completamente.

 

¡Era éter! A eso le olía, desde hacía rato. Ese aroma de antisepsia, ese perfume malévolo, le pegaba en la nariz y ahora cuando las mujeres de cofia estaban revoloteando sobre él, lo aspiraba, y aunque trataba de olvidarse del olor, de no pensar en ese hálito hospitalario, no se le iba de las ñatas. Le palparon el abdomen, le hundieron unas manos, casi garras, en el bajo vientre y después cuchichearon en derredor. Alcohol y jabón, ahora le duele, pero siguen estrujándolo, hasta que se le confunden las voces y siente el frío entre las piernas, le han colocado otra vez el artefacto. ¿Qué dicen? Le molesta, si, le duele, siente que puede estallar y le tiemplan con dolor. Es la negra de la cofia, ella huele a jabón Las Llaves, ¡y se lo agarra!, ¡lo está acomodando!, canturrea, casi con toda seguridad le meterá un tubo y le dolerá mucho, pero lo asume sin protestar, ¡sin poder decir un carajo!, ni pío, y al cerrar los párpados todo es opaco, siente las manos jurungando, quiere pensar en ella y aprieta los ojos, duele y solo ve culebritas rojas y verdes y todo se torna rojo y luego como flores anaranjadas.

 

Con el canturreo de la negra, viene el chorro tibio y se va desinflando el globo, le llega un nuevo olor, como a comida pasada, fermentada, o es ¿a vómito?, y se le mezcla con un sabor casi olvidado, ese gusto. ¡Si es eso! Es ella, otra vez, su lengua… ¡Oh la humedad! ¡Ah! Como gotas las siente resbalando y el sabor que es de algo muy frío y de cristales, cuando siente el mismo vaivén del chinchorro, ¿lo estarán volteando? Pensar en ella, es mejor, a horcajadas, los dos desnudos, los separan, pero les quedan las lenguas, late sí, bun dum bun dum y percibe el canturreo, y huele a talco, ahora lo están moviendo, a un lado y ahora del otro lado. Desnudo si, él y ella, su cuerpo tibio... Ha descubierto que puede percibir el correr de la sangre en sus venas, lo siente, lo han desinflado, pero late, bun dum, bun dum, hasta la lengua late y él la siente, es un moco con sabor a cobre, a centavito, almeja lejana, pero le llega, lo percibe, es su perfume, ella debe estar cerca. ¡Cómo no poder ahora explorar su geografía, recorrer los ríos y las cumbres de su cuerpo! Otra vez, nuevamente y quedarse allí, unido a ella para siempre, en la muerte chiquita, sin poder entender si es la gran muerte este cansancio que lo embarga…

 

Los ojos lagañosos son una herida supurada, hendidura de luz, grieta, brecha y desgarro que le deja entrever la humanidad almidonada de la negra con su cofia blanca terciada sobre su pelambre de pan quemado y ese canturreo, discurriendo, fluyendo musical de sus carnosos labios que los ve brillar fragmentados. Él los observa, blandos y violáceos, velados por sus propias lagañas. Evanán Jesús mira esa boca, la ve crecer, de oreja a oreja y nota como aflora un tuqueque, ¿sale de ella? ¡Si, es un tuqueque! De un tono pardo, y asoma su cabeza entre la cuarteada línea de luz, entre sus tetas, y brilla su blanca dentadura, ¡le da risa!, un tuqueque con estriaciones transversales, lagartija enfranelada, e inicia un proceso lento de deshabillé, se va quitando su ropaje escamado, medio transparente, se escapa fuera de su traje, estuche, camisón, ¿flux acaso?, brilla por las lentejuelas y cae en el abismo que se abre entre las grandes tetas de la enfermera, y entonces desciende hasta allá…

 

Ese vaho de peces, algas y mariscos, regresa toda una humedad hecha aroma, es ella, sal del amor de auroras, el sabor y el estremecimiento que lo recorre todo y lo llena de fosforescencias hasta rodearse de cientos de machorros, temblorosos, lagartijos celestes, canaguaritas atornasoladas, hay algunas azules, otras verde turquesa, corren sobre las sábanas, y el olor no se va, permanece, ese perfume sabroso, lo toman entonces del brazo y crece en él una presión que le provoca hormigas en las manos, en una mano más que en la otra, la mano del brazo que no puede mover, ¡como si pudiese menearse a gusto!, debe ser por la tensión arterial, se la están registrando, tomando, ¿bebiendo?, sorbiendo, escuchando, atendiendo, indagando, esculcando, ¿requisando?

 

Él está en una estación, si vas a Calatayud, ¡que dolor en el brazo!, preguntá por ella, ya, es el dolor, la Dolores, entreabre las grietas, no hay iguanitas ni canaguaritas, solo unos rostros cetrinos, ¡estos jóvenes!, hombres y mujeres de blanco, curioseando, y lo miran, ¿escépticamente?, y entre ellos, conversan, debe ser sobre la hora, o sobre la estación, es el tren que parte ¿o el que llega? Se irá pronto, esto lo comentan entre ellos… Huele a mango, él siente que están cerca los guayabales, los copudos aceitunos, los cotoprices, él sabe que se aproxima a los cientos de miles de matas, al bosque de mangos y divisa los asoleados rieles hasta que se le pierden de vista. Absurdamente todo, y con un ronroneo irrespetuoso ellos conversan…

 

Los detalla, uno tiene el perfil de Coronado, otro de bigotes, se parece, ¿a quién?, ¡ese olor! ¡Ajaá si! ¡Y comerse un mango entero! Ahora con esta falta de aire, bun dumm, bun dumm, más rápidamente, le llega ese son, el sonsonete este, ¡tralalá que tralalá!, pero lo que más me gusta, bun dumm, bun dumm, ¡que risa me vas a dar!, unmangoentero, y ¿dejar luego el reguero? Se escucha el silbato, nítidamente lo percibes, se acerca el tren… Ahora él está seguro de que es la hora señalada, él espera desnudo, embadurnado todo su cuerpo de mango, cubierto de hilachas húmedas, hebras anaranjadas, ¡amiga de hacer favores!, desnudo, pero oliendo a trementina, con un frío estremecimiento en la piel, ¿por el viento será?, el que le llega, ¿de dónde?, o tal vez por el alcoholado tropical, ¿es loción Marazul?, hasta cuando tendrá que esperar por ese tren...

 

Fin de ACV 1 y de ACV 2 para el Blog lapesteloca con mínimas modificaciones, copiado del original en le novela homónima.

 

En Maracaibo, el viernes 27 de junio del año 2025



jueves, 26 de junio de 2025

A C V (1)


Este relato podría denominarse “ictus” y está publicado como parte de la novela “La Peste Loca” editada en Maracaibo en 1997 por la Secretaria del Cultura de la Gobernación del Zulia gracias a las diligencias de Jesús Parra Semprun. Hoy se publica en dos partes para este Blog lapesteloca, en junio del año 2025, para este país en su desafortunado Siglo XXI.

 

Todo había comenzado por un mareo y se le fue desvaneciendo el mundo hasta quedarle tan solo un pito agudo, larguiiísimo, infinito, permanente, sonando dentro de su cabeza, un estridor que se convertía a ratos en barullo o en un aullido trepidante, sin cesar ni un instante y parecía ser, ese rugido agudo, el que le impedía abrir los ojos. Él no lograba articular las palabras, pues no podía moverse ni un solo milímetro de su posición, boca arriba, echado, encamado, sin lograr ni siquiera quejarse. Tal vez podría rezongar, pero era tan agotador, tan cansón el intentarlo y además nada de nada ocurría, ¡todo era tan prolongado! Bun dum, bun dum, bun dum. En la oscuridad del espacio, bun dum, hasta un punto tal, que con el tiempo, estando inmerso en ese conciliábulo introspectivo, embebido en una especie de jalea de sensaciones interiores, internas, intestinas, propias, personalizadas, intangibles pero interminables y sin escape aparente, bun dum, bun dum, en esas desagradables circunstancias, Evanán Jesús Ferrer comenzó a sospechar que no transitaba como en otras ocasiones el tórpido curso de un maldito sueño, y que todo aquello que le ocurría, no estaba enredándolo en la telaraña de una pesadilla.

 

No quería ni pensarlo, pero todo parecía ser real y a él le daba como un pálpito, de que las cosas le estaban ocurriendo a él mismo, y para colmo, todo aquello parecía ser de verdad verdaita. Comenzó entonces Chucho Evanán, a preocuparse con un dejo de miedo, empezó a atemorizarse en silencio y fue pasando del susto a la desesperación derivada de su incapacidad para escapar de la celda de su propio cuerpo, donde lo tenían, bun dum, bun dum, ¿suspendido?, bun dum, bun dum, sin que él supiera quienes eran los responsables, ¿detenido?, ¿dónde?, sin entender el cómo ni el porqué, estaba preso…

 

Lo tenían atrapado... ¿Shiata outá? Estaba considerando esa posibilidad seriamente, tal vez lo que estaba viviendo era lo mismo que estar muerto, o, ¿quizás estaba muriendo lentamente? Los cabos se iban atando en su mente con nudos y más nudos. Dentro de su confundida cabeza, sentía sus pensamientos enredados, aunque a ratos comenzaban a tener una lógica más diáfana, cuando en el momento más inesperado, o el menos esperado, lo zarandearon de un lado a otro, llamándolo desde muy lejos. Se sintió entonces girando, en un vórtice centrífugo, mareado y cada vez más cansado y entonces pensó, ¡váyanse al carajo! Decidió hacerse el loco, y así durmió durante un tiempo indefinido, ¿una época?, años quizás... Cuando le entreabrieron un poco los párpados, él andaba desde hacía un rato dando tumbos en la penumbra de una gran confusión porque creía despertar a ratos y se estaba convenciendo ya de que él era simplemente un muertovivo.

 

Como producto de aquella presunción, la claridad ubicó a Evanán Jesús en otra dimensión. Se percató entonces de no estar en su casa, ni enfundado en sus pijamas, captó el hecho desagradablemente insólito, de estar desnudo, ante una enramada de cables, tubos de plástico y mangueras de goma, y comprendió que tan solo era capaz de poder ver ante él una sábana plegada, especie de cortina verde, de un verde perico… Entonces fue cuando comenzó a entender las cosas. Al menos eso prefirió creer él mismo ante la claridad al poder percibir los destellos de objetos reales, de contornos más nítidos. A pesar del adormecimiento, quiso sobreponerse, él sentía un atontamiento desquiciante, era un embobamiento brutal, amorfo, un embrutecimiento, plácido adormecimiento, sueño… ¡Eso era!, una adormidera infernal, seguramente catalepsia, parálisis, apoplejía, hemiplejia, dislexia, discrasia, afasia, embolia... Así le llegaban los vocablos, cada vez más complejos, sonaban en sus oídos atontados, accidentecerebrovascular, eran susurros, los tonos llegaban en diferentes revoluciones, lesión tromboembólica en la región insular, deformando las voces. Eran ellos, los que le rodeaban, quienes decían todo aquello, entre cuchicheos, en medio de una bruma densa, seguramente allí estaban todos...

 

Espectador no invitado a una función y la sala oscura, era como andar a tientas, dando tumbos, un pasillo interminable, como boca de lobo, seguramente era la casa del terror. Evaristo el mayor era muy pequeño y él también tuvo aquella sensación de pánico al presentir que se tropezarían en las sombras con algo, con alguien y la boca llena de cotufas, rositas, gallitos, palomitas de maíz y luego caerse al suelo, y Evaristo gateando, y la sal regada por el piso, sal y arena, mala suerte, los gallitos dispersos en la oscuridad cuando alguien con el mayor descaro del mundo le entreabre los párpados y alumbra con una linternita.

 

Él pensó en ese instante que era su oportunidad, aprovecharse de una falla de sus cancerberos, el momento era crítico y no obstante él mismo lo logró, no necesitó un gran esfuerzo, íngrimo y solo, pero fue capaz de verter por entre aquellas dos grietas unas lágrimas tibias, consiguió el evacuarlas, expulsarlas de sí, eyacularlas casi, un llanto silente inexpresivo que le permitió captar desde su nacimiento el ruido de su húmedo brote, líquida gemación, hasta percibirlas cálidas, en la rodada, gotas dejando trazos como ríos, resbalando por sus mejillas, serpenteando entre los cañones de la barba y temblorosa, una de ellas se detuvo atreviéndose a filtrarse en la comisura de sus labios.

 

Así estaba, en aquella indefinible expectativa, en el momento absurdo de pensar y escuchar la voz de Enrico Carusso, ¡una furtiva lacrimaaaá!, la imagen se le confundía con un Mario Lanza que luego era el gran Houdini Curtis, encadenado, ¿como él? En ese instante percibió la presencia de su mujer. Tenía que ser Angela, su esposa, madre de sus hijos, estaría apersonándose, ¿apersogándose con él?, estaba a su lado, oía su respiración, anhelante, me conformo con verte, sintió sus manos, la yema de sus dedos en su cara, le limpió los ríos ya casi secos, aunque sea un instante, ella gimoteaba, su Angelita lloraba también, y le acariciaba la frente, masajeaba sus sienes, le apretaba su mano, se la estrujaba, ella lo sentía, ¿tal vez inerte? En aquel impávido e impresionante silencio, él desvió sus globos oculares hacia la derecha y… ¡Carajo! Al fin logró hacerlo, la detectó entonces, la enfocó, ¡la vio sí!, ella mirándolo y él goteando su lluvia de amor tibio y salobre.

 

Frente a él, lentamente desfilaron Emidgio, Ennio y Evaristo y le dijeron varias cosas, diversas, disímiles, disvariantes, diferentes, con mucho amor, pausadamente, pero él hubiese querido ver a Hercilia y a Luisito, retener un rato más el calor de Angelita y cuando quiso preguntarle a Evaristo por la pequeñita, su nieta más, ¿más que?, notó que no decía nada y que estaba muy cansado, se le iban las ideas, ¿los hijos de Emidgio?, sin poder hacer preguntas, ¿nietos?, qué difícil, ¿los negocios?, el trabajo. ¡Ay carajo! ¿Cuándo volvería al Moján? ¿Qué será de la vida de los que están afuera? ¡Maldición! Su existencia parecía estar confinada, lo habían transformado en un recluso. ¡Al fin lo habían metido en una cárcel! Se acordó entonces del negro Lucidio, y vociferó internamente unos coños y creyó pensar en, ¡qué clase de vaina le estaba ocurriendo! Por vez primera comprendió lo que era eso, estar preso, y lo peor del caso era tener la sensación, ese convencimiento de estar preso, pero no en San Juan, ni en el Rastrillo, ni en el Obispo, ni en el Dorado, ni en el Retén, ni en Yare, ni en Tocuyito, ni en la Planta, ni en la Pomona, ni en Sabaneta, no, ¡coño!, ¡no!, estaba preso, dentro de sí mismo.


Nota: este relato continuara y finalizara mañana viernes 27 de junio.


En Maracaibo, el jueves 26 de junio del año 2025