“La prodigiosa
alquimia”
Con el título de un
artículo escrito por Carlos Noguera el año 1994 en la Revista “Dominios” de la
Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt, he querido iniciar estas
reflexiones que el autor haría, sobre, por qué escribimos, y de cómo todas esas
vivencias terminarán por transformarse en una “mágica enfermedad”. Dice
Noguera, “Son un propósito imposible, o
tarea vana, las interrogaciones del porqué y el cómo, el para qué y el hasta
donde se escribe”. Carlos Noguera se ve… “En la casa de la infancia, y abrir por azar
un viejo baúl con olor a trapo enmohecido y a resina”… Allí se tropezaría
con un fajo de papeles amarillentos de 25 o 30 años atrás que habían sido
escritos por algunos familiares, manos múltiples habían versos de amor, de
amistad, de reproches y entonces, nos decía Carlos, lo que en aquel momento
comprendió… “Presenciaba la epifanía de
la fabulación. La alquimia prodigiosa del acto de nombrar, aquellos seres
cotidianos y simples, cobraban una portentosa dimensión mítica. El daño estaba
hecho. La enfermedad se hallaba allí y también el éxtasis: una maldición doble
que intuí, una vez que nos toma, ya no requiere explicación”.
Más adelante
escribiría Carlos Noguera sobre porque se escribe: “Se escribe, para llegar a entender por qué se escribe. Se escribe
porque no se puede no escribir. Se escribe para rozar la frontera de la
comprensión propia y del conocimiento ajeno.” “Se escribe para sustituir al
mundo que nos ha tocado en suerte y se escribe por juego y por goce”. “Se
escribe, por una inmersión inevitable en la muerte y por un insaciado anhelo de
totalidad: el asalto a un universo alternativo que al refundirse con el real,
borre las fronteras que separan el deseo del éxtasis y nos sobrepongan a la
espesa limitación de la vida que nos ha sido dada.”
“¿Qué
hacer, entonces? ¿Refugiarnos en el silencio, acaso? No. El silencio es lo que
no fuimos y lo que no seremos; la palabra, aún en su inquietante opacidad, es
el brebajo que nos vuelve cuerpo en el filo del presente”… … “La mágica
enfermedad, termina por resultarnos inevadible”. “Vamos a ejercerla, entonces
en este solitario centro del universo que cada uno habita, al decir del verso
italiano, mientras dure el breve relámpago que nos atraviesa y antes de que, de
súbito, la noche acontezca. Porque inevitablemente acontecerá”.
El trabajo de Carlos
Noguera “La prodigiosa alquimia”, aparecería publicado como “Documentos de la
II Bienal Nacional de Literatura Mariano Picón Salas, Mérida, 20 al 25 de
septiembre de 1993” en el No 9 de DOMINIOS, dirigido por Miguel Ángel Campos
como Vic Rector Académico y Coordinador de Cultura de la Universidad Nacional
Experimental “Rafael María Baralt”
Carlos
Noguera (Tinaquillo,Cojedes 1943-Caracas 2005). Escritorm psicólogo y gerente cultural, Premio Nacional de Literatura 2004. Presidente de editorial
estatal Monte Ávila Editores (2003-2015). Estudió psicología y fue
profesor en pregrado y postgrado de la UCV. Ganador del Concurso de Cuentos del diario El Nacional 1969 En 1971, Historias de la calle
Lincoln, (1971), Inventando los días, (1979), Juegos bajo la luna,
(1994), La
flor escrita,(2003).
Premio Internacional de Novela de Monte Ávila
Editores (1971), Premio Bienal de Novela Guillermo Meneses, (UCV-1977), Premio
II Bienal Mariano Picón Salas (1993), PremioCONAC de Narrativa (1995), finalista
del Premio Rómulo Gallegos (1995 y 2007) y Mención de Honor
del Premio Pegassus (1998).
Su novela
Juegos bajo la luna, fue llevada al cine en el año 2000 por el director
mexicano Mauricio Wallerstein. Su obra ha sido traducida al
inglés, francés, italiano, alemán y serbio. También publicó ensayos sobre
psicología y fue director de la Revista Nacional de Cultura. Falleció en Caracas 2005.
Maracaibo 13 de mayo del 2018
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