El 21 de julio de 1899,
en el suburbio de Oak Park, en Chicago, nació Ernest Hemingway (1898-1961) un
hombre cuya vida de aventuras estuvo llena de excesos, e influyó marcadamente
en su producción literaria, por la que ganaría el Premio Nobel en 1954.
Hemingway fue contemporáneo de William Faulkner y utilizaría una nueva técnica
narrativa la cual habría de conformar una literatura con rasgos particulares,
nacida entre las dos grandes guerras mundiales.
Al hablar de Hemingway siempre se le asocia a aquello que Gertrude Stein denomino “la generación perdida”, una pléyade de escritores norteamericanos que habían participado en la primera guerra y se habían quedado en Europa con la desilusión del mundo existente.
Hemingway no tuvo una infancia feliz y eso lo marcaría para siempre. Al suicidio de su padre en 1928 a causa de a una enfermedad incurable se añadió una madre autoritaria a la que le gustaba vestirlo como una niña. A principios de 1918, tras el estallido de la primera guerra mundial, Hemingway respondió a una campaña de reclutamiento de la Cruz Roja y firmó un contrato para convertirse en conductor de ambulancias en Italia.
Tras sufrir una
grave herida de metralla que le afectó a las dos piernas y someterse a una
operación que le obligó a pasar cinco días en un hospital, conoció a Agnes von
Kurowsky, una enfermera de la Cruz Roja, siete años mayor que él y de la cual
se enamoró. Cuando fue dado de alta, en enero de 1919, Hemingway regresó a
Estados Unidos. En marzo Agnes le escribió diciéndole que se había comprometido
con un oficial italiano. Hemingway quedo devastado por el rechazo de Agnes. Se
trasladó a Canadá para convertirse en corresponsal del Toronto Star
Weekly. Fue entonces cuando empezó a trabajar como escritor profesional
e independiente. En 1920 regresó a Estados Unidos donde vivió con unos
amigos sin dejar de lado sus colaboraciones con el rotativo canadiense.
En 1920, Hemingway
conoció a Hadley Richardson, que era la hermana de su compañero de habitación.
Se enamoró de ella al instante y más tarde afirmó: "Sabía que ella era la chica con quien iba a casarme". Tras un breve noviazgo
contrajeron matrimonio en 1921 y se fueron a vivir a París.
Durante su estancia en la capital francesa, Hemingway entró a formar
parte del grupo de escritores y artistas modernos conocidos como la ya
mencionada “Generación Perdida”.
Hemingway fue uno de aquellos que con secuelas físicas o psicológicas tras la contienda mundial habían perdido la fe en el hombre y en sus valores tradicionales; era uno de aquellos con una visión particular sobre la violencia y la muerte convencido de que había que vivir el momento con intensidad despreciando el miedo y el peligro. La aparente frivolidad y débiles mensajes ante la vida que parecieran nacer de su narrativa era su respuesta ante un mundo lleno de fingimientos e insinceridades que despertaría su actitud frente a la sociedad arrastrada por convencionalismos basados en hipocresía y falsas y acomodaticias posturas.
En su novela Adiós a las armas (1929) se observa su actitud ante los hechos sociales de la época, la que era común a los escritores de “la generación perdida” y resulta típico en la evolución de esta novela donde el narrador apasionado amante de una enfermera de guerra que va a fallecer en el momento de dar a luz… Es la visión de un mundo donde el hombre es víctima de sí mismo y de la sociedad. Sus novelas Fiesta (1926), Muerte en la tarde (1932), Las verdes colina de África (1935), Por quién doblan las campanas (1940), El viejo y el mar (1952), Las nieves del Kilimanjaro (1953), Paris era una fiesta (1954).
En febrero del año 2022 en este blog lapesteloca hablamos sobre los poetas de la guerra del 14 (https://tinyurl.com/5277fncx) y al final en una breve cita sobre Ernest Hemingway relataba como a comienzos de 1918 Hemingway respondió a una campaña de reclutamiento de la Cruz Roja en Kansas City y firmó un contrato para convertirse en un conductor de ambulancias en Italia; salió de Nueva York y llegó a París bajo el bombardeo de la artillería alemana y ya en junio estaba en el frente italiano; el 8 de julio fue malherido por fuego de mortero, y a pesar de sus heridas, logró rescatar un soldado italiano, lo que le valió la Medalla de Plata al Valor Militar del gobierno italiano. Con solo dieciocho años, él comentó sobre los hechos vividos, de esta manera: “Cuando uno se va a la guerra como joven, tiene una gran ilusión de inmortalidad. Son las otras personas las que mueren, no te ocurre a ti”.
Al final de su
vida, los excesos de Hemingway
con el alcohol acabaron postrándolo en cama. Durante un
tiempo siguió los consejos de su médico y dejó de beber, pero al final recayó,
lo que lo llevó a medicarse para paliar la hipertensión que sufría, además de
complicaciones hepáticas y ateroesclerosis. A todo ello se unió un mal hereditario: la
hemocromatosis, una enfermedad que causa un exceso de hierro en
el cuerpo, que acaba volviéndose tóxico.
La muerte de Hemingway continúa
siendo a día de hoy un misterio. Aunque lo más probable es que fuera
un suicidio, hay quien piensa que se trató de un accidente. En todo caso,
parece ser que el 2 de julio de 1961, Hemingway se sentó en una sala de su casa
en Ketchum, Idaho, y vestido con una bata que era la que más le gustaba y a la
cual había apodado "la túnica del
emperador", se quitó la
vida de un disparo con su escopeta.
A la luz de los
acontecimientos lo cierto es que las palabras que el mismo Ernest Hemingway
pronunció una vez parecen proféticas: "Si
nuestros padres son la vara con la que nos medimos, vivir a la sombra de un
padre suicida equivale a viajar por una carretera llena de baches en un camión
cargado de nitroglicerina".
Maracaibo, lunes 11 de noviembre de 2024
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