sábado, 9 de noviembre de 2024

Olor a libro viejo ...

 

¿Sabías que los libros viejos liberan moléculas aromáticas que tiene un aroma parecido a la almendra? La vainilina, es un benzaldehído que huele a vainilla, el etilbenceno y el tolueno, les dan un toque dulce, y el 2-etil hexanol le aporta a los libros un aroma ligeramente floral. Hay una molécula, que aumenta su concentración en los libros mientras más antiguos sean: el furfural. El furfural también huele a almendras, y es más abundante en las páginas hechas de algodón o de lino, que en las de celulosa, y les informo que se ha utilizado para datar la edad de los libros.

 

De manera que vamos a conversar en este breve artículo del blog lapesteloca lo que significa ir ojeando páginas, y a la vez oliéndolas, porque el olfato puede ponerse “a punto” para disfrutar de lo que ha sido considerado como uno de los mayores placeres de los lectores: el olor de los libros.

 

Supongo que puede ser difícil hallar a la persona que acepte reconocer que es uno de los que mueren de gusto cuando huelen los libros… Aunque la mayoría de aficionados a la lectura, en realidad adoran ese sutil aroma que les remite a horas y horas del placer de leer puede ser que no hayan concienciado el hecho de que la lectura de un buen libro, lleva casi implícito el fenómeno de que, al abrirlo, se percibe ese olor que desprenden las páginas y esto es algo que puede pasar inadvertido.

 

Hasta el color, forma parte del fenómeno que comentamos pues las páginas de los libros antiguos se vuelven amarillas con el tiempo, y este hecho es algo que tiene que ver con la lignina, una molécula típica de la madera, que se descompone en ácidos que degradan la celulosa. Se ha examinado en detalle el tema de, el olor de los libros viejos y de cómo este nace de la combinación de una serie de elementos que van desde las hierbas aromáticas hasta un toque ácido a vainilla y moho.

 

Particularmente el aroma se debe a la presencia de la lignina, un componente que tiene su origen en la biomasa vegetal que se encuentra en el papel, el cual al degradarse desprende ese olor herbal. De hecho, este elemento se utiliza para crear perfumes y velas. La lignina desencadena una combinación “mágica” que resulta placentera para nuestro sentido del olfato e incrementa este sutil y aromático placer que llega asociado a la lectura, aunque debo informar que las páginas de los libros actuales contienen menos cantidad de este compuesto químico precisamente para evitar el deterioro de los volúmenes.


Seguramente que, si eres lector, habrás experimentado, quizás sin ser ni consciente de ello, el placer de oler un libro, simplemente, al abrirlo… Aspirar el aroma que desprende y sentir una agradable sensación y si has tenido la oportunidad de visitar una biblioteca o librerías, o un sitio con ejemplares usados, libros de segunda oportunidad, piensa en que cada libro no solo ofrece una historia, también posee un perfume único y singular.


Aunque no lo haya usted notado, y quizás ni siquiera lo hubiese imaginado, este fenómeno es algo ya conocido y bastante habitual entre bibliófilos lectores empedernidos. Es así, que incluso existen varios estudios e investigaciones que se han centrado en el olor de los libros y sus efectos en las personas. Un trabajo realizado por investigadores del Instituto para el Patrimonio Sostenible del University College of London que está publicado en la web de Heritage Science, relata cómo estos científicos analizaron diferentes aromas asociados con elementos históricos, entre los que no podría faltar el de los libros viejos.

 

Aunque al iniciar su lectura podríamos pensar que es la descripción del bouquet o buqué de un buen vino, pero no, es la definición del olor de los libros viejos que hizo Matija Strlic, profesor de Ciencias del Patrimonio de la University College de Londres en su trabajo "Olor del patrimonio: un marco para la identificación, análisis y archivo de olores históricos", del año 2017.

 

Como hemos venido explicando, los libros huelen así por la degradación en el tiempo especialmente de la lignina y otros ciertos productos que forman el papel. La lignina es un biopolímero natural, de los principales componentes de origen vegetal que está presente en árboles, arbustos y plantas. En BBC Mundo el doctor en Química, Marcelo Domine lo explicaría de esta manera: “los vegetales tienen tres componentes principales, la celulosa, la hemicelulosa y la lignina, y la lignina es lo que le da rigidez al vegetal para que sea más resistente".

 

Cuando las papeleras tratan la madera para hacer papel extraen la celulosa para crear la pasta y eliminan la hemicelulosa y la lignina y esto lo hacen porque la lignina en particular dificulta el manejo del papel por sus propiedades naturales de la rigidez, aunque su separación no es total y algunos de sus aceites esenciales se quedan junto a la celulosa y de allí el aroma tan característico del papel. 

 

Como una curiosidad, en el Nº123 de la céntrica calle de Alcalá de Madrid, José Antonio García Prieto fundó la Librería Anticuaria en 1978 y desde entonces es un punto de referencia para el amante del libro, el coleccionista y el bibliófilo. Esa librería, se ha dedicado a la compra venta de libros antiguo de los siglos XV a XX, de manuscritos y al coleccionismo de papel, es una las principales asociaciones de librerías anticuarias.

 

“En este mundo trepidante, uno abre la puerta de una librería y entra en otro mundo. ¿Pero están condenadas a desaparecer? ¿O tienen tanta magia que resistirán?” La pregunta nos la hace Irene Vallejos (https://tinyurl.com/57cwnpb8) la famosa joven escritora (Zaragoza 1979) de “El infinito en un juncouna fabulosa aventura colectiva protagonizada por miles de personas que, a lo largo del tiempo han hecho posibles y han protegido los libros con todas sus propiedades.

 

Irene nos habló de narradoras orales, de escribas e iluminadores, de traductores y vendedores ambulantes de libros, de maestras, sabios, espías, rebeldes, de monjas, esclavos y aventureras, recreando paisajes de montaña y arrecifes junto al mar que ruge, donde la energía se concentra en los enclaves más apartados, donde el saber se refugia en tiempos de caos, o de gente común; esos libreros, los salvadores de libros, son los auténticos protagonistas del ensayo de Irene Vallejos quien tras una entrevista y reflexionando concluye :-“Soy optimista y no puedo evitarlo. Creo que los libros y los libreros han demostrado que son grandes supervivientes”.

 

El libro de Irene Vallejo que recomiendo ampliamente, ha recibido el Premio Nacional de Ensayo 2020 en España, el Premio José Antonio Labordeta en 2020, el Premio de la Asociación de Librerías de Madrid, el Premio Nacional Promotora de los Estudios Latinos, el Premio Antonio de Sancha 2022 (Asociación de Editores de Madrid), el Premio el Ojo Crítico de Narrativa 2019, el Premio Las Librerías Recomiendan de No Ficción 2020, y el Premio Búho al Mejor Libro de 2019 de la Asociación Aragonesa de Amigos del Libro. 


Maracaibo, sábado 9 de noviembre del año 2024

 

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