María
Antonia Alejandra Vicenta Elpidia Isidora Abad Fernández) (1928-2013),
conocida como Sara Montiel, fue una actriz y cantante española
quien encarnó la
faceta más barroca y sensual del mundo del espectáculo en una España
condicionada por la dictadura y las limitaciones económicas. Gracias a su voz y
a sus papeles de mujer fatal fue una actriz de gran éxito
mayormente en las décadas de 1950 y 1960, cuando participó en medio centenar de
películas y aunque se retiró de la industria del cine en 1974, como figura
musical se mantuvo activa hasta el final.
En 1944,
gracias a unas fotos llamó la atención de Vicente Casanova, un productor de cine
que era uno de los dueños de la compañía cinematográfica Cifesa.
El director Ladislao Vajda acepto su aparición en el cine a
los dieciséis años de edad en Te
quiero para mí, donde apareció como actriz secundaria con el nombre
artístico de María Alejandra;
en la película Empezó en boda donde
usó ya el nombre artístico de Sara Montiel, sugerido por el actor y
humorista Enrique Herreros.
Tras participar con pequeños papeles en más filmes como Bambú (con Imperio Argentina) y la versión de 1947 de Don Quijote de La Mancha (que recibió un Premio de la Crítica en Nueva York), su primer papel de importancia fue en el melodrama histórico Locura de amor, y dirigido por Juan de Orduña y basado en la vida de la reina Juana la Loca. La joven actriz sumó otros roles secundarios en La mies es mucha, Pequeñeces y El capitán veneno (1950), comedia protagonizada por Fernando Fernán Gómez. Su última película española de esta etapa fue una coproducción: Aquel hombre de Tánger.
Gracias
al éxito de Locura de amor,
donde interpretó el papel de una villana seductora, Sara Montiel llamó la
atención de la industria cinematográfica mexicana, que vivía su Época de Oro. En total,
participó en catorce producciones mexicanas, debutando con la película Furia roja. Le siguieron
producciones como: Cárcel de mujeres, Necesito
dinero, Porque
ya no me quieres, y Piel
canela.
En
apenas cuatro años rodaría catorce cintas entre
México y Cuba, como la exitosa Cárcel de mujeres y Piel canela que le abrirían las puertas de Hollywood para
estelarizar junto a Gary Cooper,
Burt Lancaster, Denise Darcel,
Cesar Romero, Ernest Borgnine y Charles Bronson, el western Veracruz, de Robert
Aldrich. Con Veracruz, donde encarnaba a una guerrillera
mexicana bella y temperamental, Sara
Montiel logró índices de popularidad que jamás había tenido una
artista española. En los créditos de esta cinta apareció con el nombre de Sarita Montiel, y así figuraría en sus
restantes trabajos en Hollywood.
La
actriz recibió un contrato de siete años extendido por Harry Cohn, magnate de la Columbia Pictures, pero lo rechazó
pues temía que un
acuerdo de exclusividad la encasillase en papeles de hispana. Sus siguientes
trabajos fueron como actriz independiente en Estados Unidos fue la película
musical Serenade (en español Serenata) protagonizada
por el tenor Mario Lanza con Joan Fontaine y Vincent Price. En una
memorable escena, Sara da unos pases de toreo y amenaza a Joan apuntándola con
un estoque. La actriz española se ganó la amistad de la diva americana y
Fontaine la ayudaría a conseguir su siguiente papel. Durante el rodaje de esta
producción Sara Montiel conoció a quien sería su primer esposo, Anthony
Mann, el director de la cinta, y en los descansos trató con Elizabeth
Taylor y James Dean, quienes rodaban Gigante en un plató cercano.
Durante una breve estancia en
España Sara rodó El último cuplé, y sin
esperar a su estreno, regresó a Estados Unidos para abordar su tercer filme en
Hollywood, en esta ocasión para la compañía RKO Pictures: Run
of the Arrow de Samuel Fuller (en España fue
titulada Yuma). El filme fue
producido por el marido de Joan Fontaine, quien intercedió para que Sara
obtuviese el único papel femenino relevante donde interpretaba a una india
sioux y tuvo por compañeros a Rod Steiger, Ralph Meeker, Brian Keith y
nuevamente a Charles Bronson. El
director Samuel Fuller relató que Sara congenió rápidamente con los indios, lo
cual llamó la atención de Clark Gable,
quien rodaba otra película en un paraje cercano y acudió a conocer a la actriz
española. Otro dato curioso según algunas fuentes, es que la voz de Sara fue
doblada por la joven actriz Angie Dickinson.
De vuelta
en España, Sara Montiel afianzó su estatus de estrella internacional con las
películas El último cuplé y La violetera, que desvelaron su
particular estilo como cantante y que se convirtieron en formidables éxitos de
taquilla, estrenándose en diversos países de Europa e Hispanoamérica. Los
honorarios que cobró por La violetera en 1958
convirtieron a Sara Montiel en una de las actrices mejor pagadas del mundo. En
ese año también firmó un contrato de exclusividad por película, y los discos
publicados con sus canciones llegaron hasta Grecia y Brasil.
El último cuplé logró
distribución internacional, al igual que su álbum de canciones, y marcó un hito
en el cine español por su recaudación, por lo que Sara Montiel firmó un
contrato multimillonario para realizar películas de producciones europeas (hispano-francesas-italianas) que la convirtieron en la estrella de
habla española mejor pagada de la década. Con La violetera empezó a cobrar
un millón de dólares por cada película y su correspondiente disco
cifra que de ser cierta igualaría el sueldo que firmó Elizabeth
Taylor años después por Cleopatra. Disfrutando de
condiciones tan ventajosas, Sara decidió no regresar a Hollywood,
donde temía que su origen hispano la seguiría condicionando laboralmente. En
una ocasión lo explicó así: “Después del
éxito de El último cuplé, ¿iba a seguir haciendo de india?”.
La explotación comercial de estas películas era tan grande y se
prolongaba tantos meses, que el estreno de alguna se aplazó para que no
compitiese con la anterior. Entre ellas se pueden citar:
En La violetera y en su siguiente
película, Carmen la de Ronda (con Jorge Mistral como galán),
la artista volvió a cantar con su voz grave y estilo particular, lo que
redoblaba el atractivo de su indudable fotogenia y exuberante figura. Pecado
de amor, La Bella Lola (adaptación de La dama de las camelias), La dama de
Beirut, Samba (rodada en Brasil), Esa
mujer (1968); dirigida por Mario Camus con
guion de Antonio Gala) y Varietés (con Vicente Parra,
dirigida por Juan Antonio Bardem)…
En los
siguientes quince años, Sara Montiel protagonizó únicamente melodramas musicales pensados
para ella, y alcanzó tal popularidad que actuó en la Unión Soviética en
plena Guerra Fría, en 1965, llegando a tener amplio
éxito como actriz y también como cantante, especialmente con el tema Bésame mucho.
Sara Montiel
encarnaría la faceta más barroca y sensual del mundo del espectáculo, en una
España condicionada por la dictadura y las limitaciones económicas gracias a
sus papeles de mujer fatal fue una actriz de gran éxito
mayormente en las décadas de 1950 y 1960, participó en medio centenar de
películas y aunque se retiró de la industria del cine en 1974, como figura
musical se mantuvo activa hasta el final: publicó diversos álbumes, ofrecía recitales en
teatros y presentó programas de variedades en televisión.
Sara
Montiel tuvo cuatro matrimonios. Su primer esposo fue Anthony Mann, director de
cine estadounidense, con quien se casó dos veces en 1957:
primero in artículo mortis, por consejo de la hija
del director, y por segunda vez en matrimonio civil cuando él se restableció de
su enfermedad. Sara conoció a Mann en el rodaje de la película Serenade. Mann trabajó en
España, dirigiendo la producción El Cid. La pareja se divorció en 1963.
Su segundo marido fue el industrial José Vicente Ramírez Olalla. Se casaron en Roma. Este matrimonio duró
dos meses y concluyó en buenos términos. Su tercer esposo fue el empresario y
periodista mallorquín José Tous Barberán (Pepe Tous) (1931-1992), se casaron después
de diez años de relación y adoptaron a los dos hijos de la popular artista,
Thais (1979) y José Zeus (1983). Pepe Tous murió de cáncer a los 61 años y dejó
a su viuda una estimable fortuna. En
octubre de 2002 la actriz contrajo matrimonio civil con el editor de cine
cubano Tony Hernández; una relación sumamente controvertida y discutida en la
prensa, que no llegó a un año de duración pues la unión se disolvió en julio de
2003.
A los ochenta y un años de edad Sara Montiel grabó con el dúo Fangoria la canción discotequera "Absolutamente" y su correspondiente vídeo musical, y pocos meses antes
de morir seguía dando actuaciones acompañada de un pianista.
Considerada como una de las figuras españolas más importantes del siglo XX. El 8 de abril de 2013, Sara Montiel falleció a los 85 años de edad en su casa ubicada en el barrio de Salamanca de Madrid. La actriz habría sufrido «una muerte súbita» y todo apunta a que se debió a causas naturales, por un fallo cardíaco. Fue enterrada en el cementerio de San Justo de Madrid al lado de su hermana Elpidia y su madre, María Vicenta, como fue su deseo en vida. Este articulo del blog va sin imágenes de Sara Montiel, sin entender porque ninguna de la miles de fotografias de la actriz española, que estan en Internet fue aceptada para que pudiese ser incorporada a este articulo de MI BLOG: lapesteloca.
No se si es por fallas en internet o son nuevas regulaciones de Facebook, pero como decía Oscar Yanez "Asi son las cosas"!
Maracaibo, lunes 19 de agosto del año 2924
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