Mientras han existido monarcas británicos ha existido el escándalo y la tragedia del príncipe John, es uno de los secretos mejor guardados de La Familia Real Británica. La historia del Príncipe John, conocido en ocasiones como el “Príncipe Perdido” se mantuvo oculta debido a una enfermedad secreta… Pero lo cierto es que una parte de su vida está plagada de especulaciones y misterios. Aparentemente, su familia no estaba muy interesada en que el mundo supiera que él existió. Así que su vida fue corta y su destino oscuro…
John fue hijo de George y de Mary, el Príncipe y la Princesa de Gales. Nació el 12 de julio de 1905 y era el sexto en la línea de sucesión al trono británico. Una de las primeras decisiones tomadas sobre el joven príncipe se consideró siniestra. ¡Su nombre! Su título completo era “Su Alteza Real el Príncipe John de Gales”, pero John no era un nombre de elección popular para un miembro de la realeza…
El legado que dejó el gobernante del siglo XIII, el rey John I, quien, aunque fue el hombre que firmó la Carta Magna, todavía se considera uno de los reyes menos exitosos de todos los tiempos. Tan impopular era que, que hasta hoy dia se lo representa regularmente como el villano en las películas e historias de Robin Hood. Sin embargo, al joven se le dio el nombre de John Charles Francis, y su familia lo apodó cariñosamente Juancito “Johnnie”.
Los primeros años del Príncipe fueron muy felices, sus padres lo adoraban, tenía cinco hermanos para jugar y vivía en una propiedad de 80 km2 en Sandringham. Su crianza estuvo a cargo de su niñera, una mujer cariñosa llamada Charlotte “Lalla” Bill. Ella lo cuidó, desde la cuna hasta la tumba. Tenían un vínculo inquebrantable.
El príncipe John parecía ser un niño bastante tonto y la princesa Alicia, pariente suya, recordó el momento cuando, al ver a sus padres compartir un beso, gritó “¡Ella besó a papá, viejo feo!” En otra ocasión durante una cena elegante se vistió como un nativo americano (con pintura de su hermana Mary) y se coló en la fiesta ante su abuelo el Rey y le dijo, “Había una oruga en tus guisantes. Pero ahora te lo has comido”.
Por su comportamiento revoltoso el príncipe John se ganó el apodo de “El Travieso”. Le hacía bromas a la gente, pegaba manijas de puertas, ponía alfileres en las sillas para que la gente se sentara y otras bromas infantiles. Sin embargo, parecía haber algo diferente en John. Su padre, George V no se atrevía a castigarlo, pues desde que tenía cuatro años, John mostraba signos de un trastorno del desarrollo descrito en ese momento como “dolorosamente lento” e impresionaba como si no se estaba comportando como se esperaba. Su familia empezó a preocuparse mucho cuando John comenzó a exhibir comportamientos repetitivos además de sus habituales travesuras infantiles. Poco a poco se dio cuenta de que “simplemente no entendía que necesitaba comportarse”.
El autismo era lo que estaba causando las dificultades de comportamiento de John y hoy en día, sus síntomas (https://tinyurl.com/yfh3fym6) se consideran indicadores clásicos. Su mal comportamiento, junto con su forma de hablar contundente, expresiones faciales distraídas todo apuntaba a un niño autista. Si bien hoy somos capaces de tomar estas cosas con calma y las terapias y el asesoramiento pueden ayudar a las personas autistas a vivir la vida excelente y completa que merecen, para ese momento las cosas eran diferentes.
El príncipe John comenzó a experimentar ataques epilépticos con solo cuatro años, y se hicieron más frecuentes a medida que crecía. La familia no estaba segura de cómo proceder. La Realeza siempre ha vivido en un mundo muy diferente al del resto del mundo y el Príncipe John comenzó a ser visto como una amenaza. La creencia de que la sangre azul realmente era más pura que la roja común, pero John, tenía dolencias que parecían derivadas de sus genes, y él lo ignoraba.
El príncipe John comenzó a recibir la frialdad de los retratos familiares y después de 1913 no apareció más en ninguna de las fotografías oficiales con la familia, incluida la fotografía familiar tomada para las bodas de plata de sus padres en 1918. Su primo mayor, Edward, tenía varios álbumes de fotos que contenían bastantes fotografías del niño, con fechas que abarcaban su corta vida.
En 1916 y el príncipe John desapareció por completo de la vida pública. Su epilepsia había empeorado y se consideró inseguro, posiblemente indecoroso, que él saliera con sus padres de manera regular, y lo enviaron a vivir a Wood Farm una granja que no estaba en otro país, ni en otro condado. Estuvo hospedado en la propiedad de su familia todo el tiempo, ni tampoco fue solo, su niñera, Lalla, fue con él como su cuidador principal. Poco se vio al príncipe John fuera de Wood Farm después del verano de 1916. A pesar de estar bien atendido en términos de comida, recursos y personal, todavía estaba socialmente aislado. Su niñera y el resto de los trabajadores domésticos eran su única compañía y la mayor parte de su familia solía estar demasiado ocupada para ir a verlo.
El estado de ánimo de John decayó considerablemente debido sus nuevas circunstancias. A pesar de su encantadora niñera y de lo amable que podría haber sido el personal, no estaba con su familia u otros niños de su edad. Afortunadamente, su abuela, la reina Alexandra, tuvo una sugerencia y le dijo que debería dedicarse a la jardinería, y John lo tomó con gran alegría. La jardinería se convirtió rápidamente en “uno de los grandes placeres de la vida del Príncipe John”. Después de que lo alentaran a cultivar el príncipe John comenzó a visitar regularmente a su abuela quien también vivía sola en la gran casa de la finca y sus visitas semanales se convirtieron en un placer para ambos. Cuando iba, trabajaban juntos en las flores del jardín que habían sido reservadas especialmente para que él las cuidara.
A pesar de lo tanto que le gustaba el jardín y la abuela de John, sigue siendo un hecho ineludible que los niños necesitan socializar con otros niños. Johnnie estaba extrañando desesperadamente la compañía de personas de su misma edad. Por suerte, su abuela notó esto en él y se esforzó por rectificar la situación. En una carta a sus padres, ella escribió “El Príncipe John está muy orgulloso de su casa pero anhela un compañero”. Ese fue el engatusamiento que se necesitó para lograr que la madre de John hiciera algo, que en realidad fue bastante bueno.
La reina madre y Lalla encontraron a algunas personas locales que eran amigas del Príncipe. Tras ser examinados a fondo, y ¡funcionó! El príncipe John hizo algunos amigos y una chica llamada Winifred Thomas se convirtió en su mejor amiga. El estado de ánimo de John mejoró casi de inmediato y el Príncipe John finalmente comenzó a disfrutar su vida en Wood Farm. Él y Winifred iban de excursión y también recorrían los alrededores en uno de los carruajes familiares. Sin embargo, entonces ¿Por qué circulaba la narrativa persistente de que el Príncipe fue abandonado por sus familiares? La Primera Guerra Mundial tendría algo que ver con eso...
John nunca fue removido de la línea de sucesión. Si estuvieran avergonzados de él, habría sido fácil sacar su nombre de la lista de espera para la corona. En cambio, era el quinto en la línea para ser el monarca. John estaba mejor cuidado que sus hermanos. No fue solo lástima lo que hizo que su padre le perdonara la vara, él amaba genuinamente a su hijo. Documentos de los archivos reales muestran claramente que la reina Mary lo consideraba el favorito de sus hijos.
Todos esperaban que a medida que creciera, los ataques epilépticos de John fueran menos frecuentes, sin embargo, ese no iba a ser el caso. Se llamó a los médicos para que hicieran diagnósticos y predicciones, y sus comentarios no eran buenos. El pronóstico era que John nunca alcanzaría la madurez. El tiempo se acababa para el joven príncipe y el Rey y la Reina tomaron la decisión de aislarlo de sus hermanos porque les dolía tener que ver a su hermano pequeño sufrir por sus problemas de salud. El día de Navidad de 1918, cuando su condición empeoraba rápidamente, la familia todavía le dio el visto bueno para que fuera a la casa principal para las festividades.
Unas pocas semanas después, el 18 de enero de 1919, el joven príncipe John falleció tristemente mientras dormía después de una convulsión particularmente violenta. Tenía solo 13 años. El único consuelo para la familia era que su sufrimiento finalmente había terminado, pero era poco consuelo. El Príncipe John ahora es recordado como un triste caso de una vida truncada, sin embargo, durante años, también fue utilizado como argumento contra la monarquía. La forma en que se suponía que había sido tratado (maltratado, excluido, escondido y luego eliminado) se consideró indicativa de la crueldad del clan Windsor.
Ahora sabemos, que esos rumores fueron muy exagerados y en gran medida sin fundamento, pero la información pública a menudo se convierte en un desafortunado juego con situaciones como esta y como un ejemplo hemos citado en este blog la historia de Rose Marie Kennedy, (1918- 2005) la tercera descendiente y primera hija de Joseph Patrick Kennedy y Rose Elizabeth Kennedy; hermana de Robert, Ted y John Fitzgerald Kennedy quien a la edad de 23 años (https://tinyurl.com/mr273v3w) fue sometida a una lobotomía que la dejó incapacitada de por vida. Las razones de aquella lamentable decisión para el futuro de “el clan Kenney” ha sido objeto de numerosas y serias especulaciones.
Maracaibo, martes 3 de octubre del año 2023
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