Orfeo es un personaje de la mitología griega. Según se cree era hijo de Apolo y de una de las musas, Calíope. Cuando tocaba su lira, las fieras se calmaban, y los hombres se reunían para oírlo y descansar sus almas. Desde el siglo vi a. C. en adelante se consideró a Orfeo como uno de los principales poetas y músicos de la Antigüedad, inventor de la cítara y se decía que fue Orfeo quien añadió dos cuerdas a la lira; la lira de Orfeo, de nueve cuerdas, en honor a las nueve musas. Con su música, Orfeo era capaz de mover árboles y rocas y detener el curso de los ríos.
Si nos atenemos a lo dicho por Apolodoro y a un fragmento de Píndaro, el padre de Orfeo fue Eagro, un rey de Tracia, o bien puede que fuese el propio dios Apolo. Esto último es coherente con la devoción de Orfeo por este dios, que es el dios de la música. Su madre fue la más importante de las musas, Calíope, o también se ha dicho que fue Polimnia, otra de las musas, aunque otros digan que su madre también pudo haber sido una de las hijas de Píero, el hijo de Macedón.
Según Tzetzes, el escritor y erudito bizantino, Orfeo era nativo de Bisaltia, pero lo que se sabe sobre el lugar de su nacimiento es Pimplea, cerca del monte Olimpo; Pimplea también es el mismo lugar donde se casaron Eagro y Calíope. Mientras vivía con su madre y sus ocho hermosas hermanas en el monte Parnaso, conoció a Apolo, que cortejaba a la musa risueña Talía. Apolo, como dios de la música, le dio a Orfeo una lira de oro fabricada por Hermes con el caparazón de una tortuga, y le enseñó a tocarla, como un presente de amor. La madre de Orfeo le enseñó a recitar versos para ser cantados. También se dice que Oefeo estudió en Egipto y que estableció el culto de Hécate en Egina, y llevó a Laconia la adoración de Deméter Ctonia. Parece ser que en el Monte Taigeto, los pelasgos guardaban una imagen de madera de Orfeo en el santuario de Deméter eleusina.
A pesar de su origen tracio, Orfeo se unió a la expedición de los Argonautas, en la que marcaba el ritmo de los remeros y protegió a sus compañeros de las sirenas con su música. Las sirenas vivían en la isla Antemóesa y cantaban hermosas canciones que atraían a los marineros hacia ellas y entonces los devoraban. Cuando Orfeo oyó sus voces, sacó su lira e interpretó su música, que era más bella que la de ellas, tapándola y ahogándola. Butes fue el único que no pudo resistir los cantos de las sirenas, se lanzó al mar para nadar hacia ellas y afortunadamente fue salvado por la diosa Afrodita. Como músico célebre, con los Argonautas iría también en busca del vellocino de oro.(https://bit.ly/3ZAKu0F).
Con respecto a la vida religiosa, Orfeo fue augur y profeta; practicó las artes de la magia, y en especial la astrología. Fundó cultos, como los de Apolo y Dioniso; e instituyó ritos místicos, públicos y privados, con rituales iniciatorios y de purificación. Como se dice que Orfeo era de origen tracio; en su honor se desarrollaron los misterios órficos, basados en rituales iniciáticos en la Antigua Grecia, de los cuales no hay mucha información, o sus fuentes no son conocidas.
Entre las fuentes clásicas que recogen el mito de Orfeo, hay que citar a Virgilio y a Ovidio. Virgilio, autor de las Geórgicas pone en boca de Proteo, respondiendo a Aristeo quien lo tiene preso, la historia de la muerte de Eurídice y Orfeo, cuando desciende al Tártaro y a través de su canto, consigue de Prosérpina llevarse de vuelta a Eurídice a condición de no volver la mirada hacia atrás, hacia ella, hasta no llegar a la región de la luz. Proserpina es la equivalente en la mitología romana a la diosa griega Perséfone, una diosa cuya historia es la base de un mito de la primavera. Proserpina fue subsumida por el culto de Libera, una antigua diosa de la fertilidad, esposa de Liber. Es una deidad de vida, muerte y resurrección y es la esposa de Plutón.
A pesar del favor que le hiciera Proserpina, una especie de locura embargará a Orfeo y, sin acordarse, o sin poder contenerse, Orfeo volvería a mirar a su esposa, que frente a él se desvanecerá para siempre. Tras siete meses de vagabundeo cantando su infortunio, irá rechazando el amor de otras mujeres, por lo que las despreciadas bacantes acabarán despedazándolo, y la cabeza arrancada del cuerpo de Orfeo bajará por el río Hebro llamando el nombre de Eurídice…
En el libro X de las Metamorfosis de Ovidio, el dios del matrimonio Himeneo se marcha de la boda de Orfeo y de la ninfa Eurídice indicando un mal presagio. Inmediatamente después, una Eurídice recién casada es mordida por una serpiente en el talón, lo que causa su muerte instantánea. En esta versión, Orfeo desciende al Hades, donde gracias a su canto-suasoria, Prosérpina consiente que aquel se lleve a su esposa de allí si no se vuelve a mirarla hasta salir de los valles del Averno. Tras ello, Orfeo desdeña a las mujeres e inicia a los pueblos de Tracia en la homosexualidad masculina. Las Ménades, sintiéndose insultadas, tras luchar con él, lo asesinan y lo desmiembran. La cabeza y la lira de Orfeo sigue la corriente del río Hebro, hasta que, tras la intervención de su padre el dios Apolo, su sombra se introduce bajo la tierra hasta llegar de nuevo al Hades y encontrarse con Eurídice.
Orfeo Negro es una colorida reinterpretación cinematográfica del mito griego de Orfeo y Eurídice, con una perspectiva social desarrollada en las favelas en Brasil, (https://bit.ly/3inxH0N) donde se combina el baile y la fiesta con el tono trágico de su historia en esta película ganadora del Óscar como Mejor Película Extranjera de habla no inglesa en 1959, y Palma de Oro 1959 en el Festival de Cannes, Nominada a Mejor película. 1960 en los Premios BAFTA, el filme fue dirigido por Marcel Camus.
De Orfeo, pasemos para finalizar a la palabra “Orfeón” y notaremos que, a pesar de tener su origen en la mitología griega, esta se trata de una palabra de muy corta vida en nuestra lengua. A principios del siglo XX y procedente del francés “orphéon” una lengua en la que unos años antes, el compositor alemán Gustav Wilhe la había usado para nombrar a un grupo de cantantes a lo que él también dirigía y cuya denominación de coro le parecía poco adecuada y pensaría en la palabra para recordar a Orfeo, el personaje de la mitología griega, músico y cantor que conmovía a quienes le escuchaban.
Sublimes piezas musicales, como la ópera Orfeo y Eurídice, del compositor alemán Christoph von Gluck (1714-1787), o la opereta “Orfeo en los infiernos” del francés Jacques Offenbach (1819-1880), (https://bit.ly/3XeTIh1) han nacido del mítico Orfeo…
Maracaibo, martes 17 de enero del año 2023
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