La conspiración fue un complot urdido en 1478 para quitar el gobierno de la República de Florencia a los Médici, Lorenzo y Giuliano (ver imágenes)… Asi, los florentinos Francesco y Jacopo de Pazzi, aliados con el arzobispo de Pisa Francesco Salviati, y apoyados desde Roma por el papa Sixto IV y su sobrino Girolamo Riario y desde Nápoles por el rey Ferrante I, planearon y llevaron a cabo el atentado el 26 de abril en la catedral de Santa María del Fiore.
Los Pazzi era una familia destacada entre las de Florencia por su nobleza y poder económico. El patriarca Jacopo de Pazzi tenía una hija natural y numerosos sobrinos, entre ellos Francesco, que dirigía el Banco Pazzi de Roma. Cosme de Médici había intentado atraerlos con el matrimonio de Bianca de Médici con Guillermo de Pazzi celebrado en 1459. La relación entre ambas familias había sido cordial durante años, pero se comenzaría a crear entre los Pazzi la idea de que no se les trataba con el honor que merecían.
Los Médici se enemistaron con el papa Sixto IV. Lorenzo que había sido recibido cordialmente en Roma, donde el Banco Médici dirigido por su tío Giovanni Tornabuoni administraba las finanzas de la Santa Sede, pero en 1472 Lorenzo había aprovechado la ayuda militar que el papa le había enviado -en su guerra contra Volterra- para destruir la ciudad; en 1475 había apoyado a Niccolò Vitelli en la conquista de Città di Castello, que pertenecía a los Estados Pontificios y en 1477 a Carlo Fortebraccio contra Siena. Como una consecuencia, el papa decidió quitarle las finanzas de la Santa Sede a los Médici para entregarla a los Pazzi.
El arzobispo Francesco Salviati emparentado con los Pazzi bajo la protección del papa fue propuesto en 1474, para suceder a Pietro Riario como arzobispo de Florencia, pero Lorenzo de Médici se opuso, poniendo en su lugar a su cuñado Rinaldo Orsini. Meses después murió el arzobispo de Pisa Filippo de Médici y Sixto IV nombró a Salviati en su lugar, pero nuevamente Lorenzo se opuso proponiendo para el cargo a su antiguo tutor Gentile de' Becchi, y le prohibió a Salviati el ingreso en la ciudad durante dos años.
Pietro Riario organizó una conjura con Giovanni Battista de Montesecco, -un condotiero al servicio de la Santa Sede- y Montesecco viajó a Florencia. Se entrevistó con Jacopo de Pazzi, quien al conocer de, el apoyo del papa terminó por unirse a la conjura. El papa dispuso que los Médici deberían ser apartados del gobierno de Florencia, dejando claro que no debían morir. A la conjura se unieron Bernardo Bandini; Antonio Maffei, Stefano de Bagnone, Napoleone Franzesi, Jacopo Salviati, hermano del arzobispo, su sobrino y Jacopo Bracciolini, secretario del cardenal.
La idea original era envenenar a los Médici durante un banquete ofrecido en honor del cardenal, pero se enteraron de que Giuliano no asistiría y entonces se concertaron para ejecutarlo durante la celebración de la misa que tendría lugar al día siguiente. Francesco de Pazzi y Bernardo Bandini eran los encargados de asesinar a Giuliano. La muerte de Lorenzo se encomendó a Antonio Maffei y a Stefano da Bagnone.
El atentado se produjo el domingo 26 de abril de 1478 durante la celebración de la misa en Santa María del Fiore. A una señal convenida, Bandini dió una cuchillada en el pecho a Giuliano, y Francesco de Pazzi lo apuñaló repetidas veces; Maffei y Bagnone atacaron a Lorenzo, quien con la ayuda de sus acompañantes consiguió refugiarse en la sacristía solo con una pequeña herida en el cuello; Francesco Nori resultó muerto al interponerse entre Bandini y Lorenzo.
Al mismo tiempo Francesco Salviati con su hermano Jacopo, su sobrino Jacopo Bracciolini y varios hombres más, entre ellos cinco hermanos perusinos de apellido Graziani de la casa de Pazzi, fueron al Palacio de la Señoría con la intención de matar el gonfaloniero de justicia Cesare Petrucci, quien receloso, y con el apoyo de la guardia del palacio, consiguió rechazar el ataque y cerrar el edificio a sus atacantes, que se retiraron. Jacopo de Pazzi con unos cien hombres acudió a la Plaza de la Señoría e intentó alentar a la población a unirse a la revuelta, pero los florentinos se declararon abiertamente a favor de los Médici. La conspiración había fracasado
Pocas horas después una muchedumbre asaltó el palacio Pazzi y capturó al arzobispo Salviati, a su hermano, a su sobrino y a Francesco de Pazzi, que fueron ahorcados en las ventanas del palacio de la señoría junto a varios de sus acompañantes. El resto de los conjurados fueron cayendo a lo largo de los días siguientes: Montesecco fue detenido e interrogado, y tras redactar una confesión de los hechos fue decapitado el día 28. A Maffei y a Bagnone, que habían tomado asilo en la Badia Fiorentina, les cortaron las narices y las orejas antes de colgarlos.
Jacopo de Pazzi huyó con la intención de cruzar los Alpes, pero fue capturado, devuelto a Florencia y ahorcado junto a su sobrino Renato ("sin duda alguna inocente"). El cuerpo de Jacopo, inicialmente sepultado en la iglesia de la Santa Cruz, fue trasladado fuera de los muros de la ciudad y un grupo de muchachos volvió a desenterrarlo para exhibirlo por la ciudad y arrojarlo desde el puente Rubaconte al Arno.
El hermano de Francesco, Giovanni, y sus primos Andrea, Niccolò, Leonardo, Giovanni y Galeotto, no participaron en la conjura pero fueron condenados a cadena perpetua. Su otro hermano, Guillermo, casado con una Médici, fue desterrado. Bandini consiguió huir hasta que fue localizado en Constantinopla, extraditado a Florencia y ahorcado en diciembre de 1479. Franzesi, que también logró escapar, pero murió de peste también en 1479 en el campo militar del duque de Calabria. Al cardenal Raffaelle Riario se le consideró ignorante de la conjura, dada su juventud, pero fue encarcelado.
Al final, Giuliano murió, pero Lorenzo solo salió herido levemente; la represalia popular y las condenas judiciales causaron la muerte de cerca de ochenta personas, entre ellos casi todos los conjurados.
La República de Florencia buscó la alianza de la de Venecia y del Ducado de Milán, al frente de cuyos ejércitos se puso al duque de Ferrara Ercole de'Este. La guerra no pintaba bien para los florentinos por falta de disciplina entre sus tropas, la escasez de dinero en la república, la peste que se extendió por la ciudad, la tibieza de los venecianos en la ayuda militar, la enemistad surgida entre el duque de Ferrara y el de Mantua, y los problemas internos de Milán, donde Ludovico el Moro intentaba quitar el gobierno a la regente Bona de Saboya... Incapaz de imponerse por la vía militar, en diciembre de 1479 Lorenzo viajó a Nápoles para ponerse en manos del rey Ferrante,
El acuerdo de paz bilateral entre Florencia y Nápoles no fue del agrado ni de Venecia ni de la Santa Sede, En diciembre de 1480 una comisión de doce embajadores florentinos encabezada por Francesco Soderini viajó a Roma para pedir perdón al papa, que absolvió a la república de todas las censuras eclesiásticas a cambio de su ayuda militar contra los turcos.
La ejecución extrajudicial de varios eclesiásticos motivó la excomunión de Lorenzo, el entredicho contra Florencia y la posterior declaración de guerra; los Estados pontificios, aliados con Nápoles y Siena, atacaron durante dos años a Florencia, aliada con Milán y Venecia, hasta que el asalto de los otomanos a Otranto hizo necesaria la paz para unir a todos los estados italianos.
La conspiración de los Pazzi ha servido de inspiración a diversas novelas: La cruz y el lirio dorado, de Fernando Fernán Gómez, 1998. I, Mona Lisa de Jeanne Kalogridis, 2006. La Conjura. Matar a Lorenzo de Medicis, de Eric Frattini, 2006. Le complot Pazzi de Claude Mossé, 2006 (La conjura de los Pazzi, 2007). Quattrocento, de Susana Fortes, 2007. La serie de televisión de 2013 Los Demonios de da Vinci también está inspirada en este acontecimiento.
Maracaibo, viernes 20 de enero del año 2023
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