jueves, 17 de agosto de 2023

Xerces azul


Esta historia podría titularse así: “De como el genoma de una mariposa ya desaparecida por culpa del ser humano, abre la puerta a su resurrección”. El martes pasado de este mes, hablábamos de los hallazgos de quienes esperaban resucitar neuronas en el cerebro de unos cerdos (https://tinyurl.com/2s3j9f47) y, hoy nos toca mostrar una hermosa mariposa, como las que coleccionaba Margaret Fountaine (https://tinyurl.com/yc23vunc), o las del escritor y lepidoterólogo, el famoso Vladimir Nabokov (https://tinyurl.com/4kur3c33).

La historia de la bella Xerces azul relata cómo este delicado lepidóptero fue una víctima inocente del desarrollo urbano en los Estados Unidos de América (EUA). Xerces azul (Glaucopsyche xerces) es una especie extinta de mariposa de la familia Lycaenidae. La especie vivía en las dunas de arena costeras del distrito Sunset de la península de San Francisco, en California. Hasta que ahora, unos investigadores españoles han examinado su 'libro de instrucciones', y han decidido secuenciar su genoma, -el primero de un insecto desaparecido- en un procedimiento que quizás será fundamental para “devolver a la vida” a las especies en el futuro.

Judith De Jorge, es una periodista del diario español ABC, y el pasado 15 de este mismo mes de agosto (2023), nos relataba esta historia que hoy les traigo en este blog (lapesteloca) a propósito de la genética elemental. La Xerces Blue (Glaucopsyche xerces), es una delicada mariposa de alas azules iridiscentes y de apenas tres centímetros de longitud, prácticamente desconocida en España, pero a la que en EUA se la ha considerado como un icono de la capacidad humana para la destrucción… ¿Cómo?

Pues resulta que la Xerces era originaria de las dunas costeras de San Francisco, pero gran parte de su hábitat quedó devastado por el crecimiento de la ciudad y su población (la de las mariposas) fue relegada al Parque Nacional del Golden Gate, donde en 1941 fueron vistos sus últimos especímenes. Sería la primera especie de insecto extinta en estos tiempos que da su nombre a una famosa asociación conservacionista americana: la Xerces Society.

Ahora, un equipo liderado por investigadores del Instituto de Biología Evolutiva (IBE-CSIC-UPF) y del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, en España, ha logrado secuenciar el genoma de cuatro de estas mariposas. El trabajo, publicado en la revista “eLife”, muestra que el ADN contenía una alta incidencia de endogamia, una señal de disminución de la población que podría servir para identificar a otros insectos amenazados.

Este estudio tiene una vertiente muy emocionante: los investigadores creen que la especie reúne las condiciones para ser una estupenda candidata a “la desextinción”, o sea, su vuelta a la vida. La Xerces Blue es, el único insecto que aparece en las listas de especies que podrían ser “resucitadas”. Carles Lalueza-Fox, investigador del IBE (CSIC-UPF) y director del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, opina que: “Tendría ventajas respecto a otros candidatos más llamativos pero más complejos como el mamut, el dodo o el tigre de Tasmania”,

La existencia de la Xerces Blue estaba restringida a un período de tiempo muy limitado, unas semanas entre marzo y abril, y a un área de cría muy restringida, por lo que difícilmente se convertiría en una plaga. También juega a su favor el hecho de haber desaparecido hace relativamente poco, por lo que se reduce el impacto ecológico de su reaparición. Según Carles Lalueza-Fox, la obtención del genoma de esta mariposa podría ayudar a su resurrección. “Creo que podría conseguirse mediante CRISPR (https://tinyurl.com/yc2cta75) a partir de los huevos de una especie actual con la que está emparentada, la Silvery Blue, transformando un número limitado de genes relacionados con aspectos únicos del metabolismo o del aspecto físico de la Xerces Blue”.


Una de las características más distintivas de esta mariposa, además de sus bonitas alas azules, son unas manchas blancas en la parte ventral que, por ejemplo, deberían mantenerse. El investigador estaría dispuesto a intentar esta resurrección, “porque sería todo un reto: no es trivial, hay mucha ciencia básica detrás de algo así”, afirma Carles. “Hay una respuesta ética: si somos los responsables de haberla extinguido, quizás podríamos ser los responsables de traerla a la vida. Y también una ecológica, por el rol importante que jugaba en el ecosistema en el que vivía”, dice.

San Francisco está restaurando el ecosistema de dunas del Presidio, el parque junto al Golden Gate donde habitaban estas mariposas. “Una posibilidad sería completar la restauración con la reintroducción de esta especie, que se alimentaba de dos tipos de flores que siguen existiendo en la zona”, apunta el investigador.

Lo que ya ha permitido la secuenciación del genoma de la Xerces Blue es conocer que la mariposa, arrinconada por razones desconocidas a un área geográfica muy restringida, llevaba al menos 100.000 años en declive probablemente por cambios en el clima que no afectaron a la Silvery Blue, hasta que la expansión humana puso la puntilla final y acabó con ella. Su ADN tiene señales de endogamia, baja diversidad genética, “típicas de especies en peligro de extinción que incluso se ven en los neandertales”, dice Lalueza-Fox.

Al encontrarse tan arrinconada, se llegó a pensar que la Xerces Blue no era una especie, sino una población de la exitosa Silvery Blue, que se extiende por toda Norteamérica y Canadá. Los investigadores también han secuenciado el genoma de siete ejemplares de esta otra mariposa de entre 80 y 100 años de antigüedad, y de uno moderno de Canadá, para compararlo con el de la azul. Así, han confirmado que la Xerces Blue es una especie distinta.

Los investigadores creen que estas señales de declive descubiertas en el genoma de la mariposa podrían servir para monitorizar otras especies de insectos actuales que podrían estar en peligro de extinción. “Es muy fácil ver estas señales en los vertebrados, porque puedes contar el número de individuos que quedan, pero en los insectos la situación pasa desapercibida porque es mucho más difícil censar las poblaciones”, dice Lalueza-Fox.

El fin de la Xerces Blue pudo ser el inicio de lo que se conoce como el “holocausto de los insectos”, o sea, la desaparición y el declive de muchas especies de insectos en todo el mundo. En palabras de los investigadores: “hay gente que cree que los insectos en peligro por el cambio climático se desplazarán hacia el norte, pero para muchas especies esto es imposible ya que su capacidad de desplazamiento es limitada y si hay una fragmentación de su hábitat, como un río, un brazo de mar o una incluso una ciudad, se ven restringidas a quedarse en el lugar sin poder salir”.

A la Xerces pudo pasarle algo parecido, y es por ello que se piensa ahora que el genoma de esta pequeña y bella criatura puede ayudar a prevenir la extinción de otros insectos en peligro y quizás incluso a devolverle su propia vida.

Maracaibo, jueves 17 de agosto del año 2023

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