jueves, 3 de agosto de 2023

Retahíla filosófica


Este artículo, pretende simplificar lo más profundo de las bases da la Filosofía tradicional anterior a Sócrates y a Platón, ¡Que pretensión! Y si me quedo corto añadiré ya en el lenguaje de los autóctonos maracuchos de nombres esdrújulos, unos comentarios sobre Asclepio, el dios de la Medicina, traídos desde los años de la pandemia (2021) en este blog (lapesteloca) hasta hoy agosto del 2023…

Tales de Mileto (650) … ¿Quién no ha oído hablar de Tales? Era uno de los siete sabios de la antigua Grecia quien decía que todo lo que existe tiene un origen común; en realidad estaba más claro que el agua, pero… ¿Sería de verdad agua? Su discípulo Anaximandro (610) coterráneo de Tales, fue más allá y dijo que era algo más que el agua, sí, y hablo del ápeiron, algo único, y atemporal, el ápeiron, que no es agua, ni es tierra, ni fuego, ni aire; no tiene forma concreta, es infinito. 

Así se llegaría al concepto de: el cosmos, y Anaxímenes (590) plantearía que el principio es el aire, el pneuma, allí está todo, el cosmos y el ambiente… Habría de aparecer Pitágoras (570) de Samos, quien pensando aclarar las cosas se fue a Crotona con su grupo para señalar que el alma tiene un origen divino y está presa en el cuerpo. Además, propuso que el universo es armonía y está regido por las matemáticas.

Jenófanes (570) un jonio de la Magna Grecia decidiría cerrar la discusión al afirmar que la unidad del ser primigenio es el arjé. Heráclito (540) era un defensor del arjé e insistiría en que todo fluye en el cosmos, pero el alma de esa energía no es otra cosa que el fuego.

En aquel entonces, así andaban las cosas cuando surgieron los eleatas en la Magna Grecia con Parménides (515) de Elea, quien vino a refutar las ideas de los pitagóricos al establecer que solo hay dos cosas: la verdad guiada por el pensamiento y el error guiado por los sentidos. Para pensar en algo, es necesario que exista; si algo no puede ser pensado, es que no existe, y punto! Así dijo Parménides y a él le siguieron un par de eleatas, Zenón de Elea y Meliso de Samos.

Sera entonces cuando aparecerán los Monistas, con nuevas ideas. El siciliano Empédocles (490) de Agrinto, dirá que son cuatro los elementos que existen: fuego, tierra, aire y agua. Al morir la persona, el cuerpo va a disolverse en los 4 elementos y el alma retorna a su origen divino en armonía y amor.

Anaxágoras (500) apuntará que el principio del cosmos está en homehomerias que son partículas mínimas e infinitas de desigual tamaño. En ese tiempo, Luciano de Mileto era el maestro de Demócrito (460) quien será el último de los materialistas de Mileto y quien apuntaría que es en el vacío donde se agitan los átomos (solidos, indivisibles e impenetrables). Diferenciándose de Empédocles y de Anaxágoras, Demócrito va a insistir en que es necesario recurrir a la razón. Es cierto que existe la ética, y el hombre, que es materia, también con la educación,  debe ser capaz de alcanzar su propio destino

El dios de la Medicina que según los griegos se llama Asclepio, y para los romanos era el mismo Esculapio, cuenten lo que cuenten, al hablar de Asclepio es necesario mencionar a Quirón el centauro, quien fuera su maestro de medicina y cirugía. Quirón fue maestro, no solo de Asclepio sino también de Aquiles, lo digo tan solo por si forsi... ¿Lo sabías Aquiles?

Quirón era hijo de Cronos y de la Oceánida Filiria, una criatura que por el nombre pudiese entrar en el ranking de las maracuchas y no faltará quien diga que no era Filiria sino Filaria. Si este fuera el caso, si fuera Filaria, sería infecciosa porque sabemos que la Filaria Loa loa provoca edemas de las piernas si las microfilarias pululan en la sangre periférica, y pueden relacionarla igualmente con la filariasis linfática, que lleva a la elefantiasis y en este caso la Filaria es la que denominan Wuchereria bancrofti, la de la elefantiasis. Además, es bueno recordar que la trasmiten los mosquitos… Por si las moscas. Bueno, ya está bien. Es por culpa de Filiria, la del nombre exótico… Sigo. ¿Sí?

Homero, quien no es Simpson sino el señor invidente que escribió La Ilíada y La Odisea, llamó a Quirónel más justo de los centauros”. El ya mentado maestro fue no solo del joven Aquiles sino que también lo fue de Castor y de Polux, de Teseo, de Nestor, de Meleagro y de Diómedes, y por supuesto, de Asclepio.

Homero en la Ilíada cita a Podalirio y a Macaón como hijos de Asclepio. ¿Verdad que suena como que hay ya demasiados maracuchos en este cuento? Es importante entender que “los asclépiades” eran los médicos, sacerdotes descendientes de Asclepio y que no todos los médicos griegos eran asclepíades

En realidad, Asclepio, de acuerdo con la Mitología era hijo del dios Apolo y de Coronis, hija del rey de Flegias. La historia relata como Apolo, el dios griego, sorprendió a la bella Coronis, hija de Fleijas que era rey de Tesalia, bañándose en el lago Bobeis  -este es el nombre del lago, y aunque les suene, no era “vos véis”- Apolo la vio pues, y le sucedió algo así como lo que contaba Simón Díaz con Mercedes la que estaba bañándose y le llegó su caimán y claro está, también con Simón mismo, morboseador voyeur él, en fin… Bueno, pues resulta que Apolo se enamoró de Coronis, y la doncella, como era de esperarse le correspondió y así en ausencia de caimán, su pae, o sea, su mero papá, un poco después del baño, le informaría que estaba destinándola a casarse con Isdup. Aunque tenía ese nombre medio extraño, su padre insistía en que ese y no otro, tenía que ser su marido.

Sigue el cuento, utilizando un cuervo que le servía como espía, y conste no era el de Edgar Allan que pasaba su tiempo aleteando para posarse en la cornisa de una puerta, o sobre la cabeza de Palas -otra diosa-; el pájaro espía de Apolo, era en realidad un cuervito decente y por eso, el mero dios Apolo lo envió de averiguador -tipo detective-, pero cuando se enteró del arreglo prenupcial por el zamurito que le chismeó sobre los proyectos del padre de Coronis, Apolo entró en cólera y lleno de ira, y ¡había que ver lo que era un dios enfurecido!, transformó al avechucho en un pajarraco de color blanco, ¡cual paloma de la paz!, ¿y que culpa tengo yo? Diría el cuervito blanco y medio chueco, todo avergonzado se quedó, mientras de inmediato Apolo, fue al sitio. Esmollejadamente se apersonó como dicen ahora, y ríquiti, le dio muerte a Isdup; afortunadamente no informan la manera e hacerlo, o sea el cómo, pero, con seguridad olímpica, fue una terrible “matica de café”…  

Coronis y sus compañeras de juegos -pobrecitas- fueron muertas a flechazos por Artemisa, la hermana de Apolo, que no sé por qué, de pura asomada se metió en este cuento una vez que la pobre Coronis hubo expirado, y se preparaban familiares y amigos, para cremarla por los métodos de aquel entonces, hete aquí que Apolo se apareció y cuando vio a su amada Coronis en una pila funeraria ya chisporroteante, no se le ocurrió salvarla, sino que se le fue encima y le hizo una laparatomía exploradora –como si fuera un Asclepio cualquiera- y liberaría del vientre materno al hijo que aún no había nacido. ¡Me importa un rábano!, dizque dijo Apolo, y se llevó al fetico aquel volando y volando, y así llegó hasta el monte Pelión para dejárselo al centauro Quirón que vivía en su cueva…

¡Ve que molleja de historia la de Asclepito! y después dicen que si la televisión o el cine son los que conducen a la violencia… ¡No frieguen!

Maracaibo, jueves 3 de agosto del año 2023 

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