viernes, 11 de noviembre de 2016

John Irving, el prodigioso novelista ante un futuro incierto




John Irving, el prodigioso novelista ante un futuro incierto

Las novelas de John Irving (Exeter, New Hampshire, 1942) son como grandes frisos sociales de claroscuros coloridos y nítidos. Sus grotescos personajes se cruzan en tramas y subtramas tragicómicas, vertiginosas, extrañamente verosímiles a pesar de la incredulidad que exigen de su público lector. Este arte de la fabulación requiere de una prodigiosa capacidad imaginativa, siempre dispuesta a asombrar con su mundo narrativo. En realidad, no hay nada que se parezca tanto a una novela de John Irving como otra novela de John Irving. Autor de numerosas narraciones, Irving se dio a conocer con la novela Libertad para los osos (1968), La epopeya del bebedor de agua (1972), Doble pareja (1974) y El mundo según Garp (1978) llevada al cine con Robin Williams y Glenn Close- Su quinta novela, El hotel New Hampshire (1981) en el film, con Jodie Foster y Rob Lowe y luego Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra (1985), el filme con Michael Caine, Tobey Maguire y Charlize Theron, que le daría a Irving un premio Oscar al mejor guión. Oración por Owen (1989), es un alegato contra la guerra de Vietnam. En la pantalla con el título de El gran Simón. Su  octava novela, fue Un hijo del circo (1994) y la obra de Irving volvió al cine con Una mujer difícil (1998) con el título The Door in the Floor (2004) con Jeff Bridges y Kim Basinger. En la última tanda de novelas La cuarta mano (2001), Hasta que te encuentre (2005), La última noche en Twisted River (2010) y Personas como yo (2012) y Avenida de los misterios (2016) su última novela.

John Irving tuvo grandes amigos y algunos considerados por él, sus maestros Kurt Vonnegut y John Cheever. Kurt Vonnegut Jr. (Indianápolis, 1922-Nueva York, 2007) fue un escritor estadounidense, cuyas obras, generalmente del género de ciencia ficción, usan la sátira y la comedia negra. Autor de catorce novelas, durante la década de los 60 publicó cuatro novelas, en las cuales se registra un fuerte cambio formal y conceptual de su obra, hasta publicar Matadero cinco o La cruzada de los inocentes en 1969, una novela semi-autobiográfica que relata sus experiencias como soldado en el bombardeo de Dresde, experimentalmente estructurada alrededor de viajes en el tiempo. John Cheever (1912-1982) fue un autor de relatos y novelista estadounidense, frecuentemente llamado «el Chejov de los barrios residenciales». En 1979 ganó el Premio Pulitzer por la compilación de sus relatos titulada The Stories of John Cheever (1978), que además fue un best seller.

La última novela de John Irving Avenida de los misterios narra la vida de un “niño de la basura”, un niño criado en un vertedero de México que crece en un mundo de milagros, injusticias y extravagancias, y que era en origen un guion de cine e Irving tardó 20 años en reescribirlo y hacerlo novela. En el mes de mayo de este año 2016 Irving declaró para El País, España. “Como miembro de la generación de la guerra de Vietnam nunca pensé que volvería a ver a mi país tan dividido como ahora. Yo era muy inocente; ahora está más dividido. Mis predicciones no son las mejores…”.  Sus dotes de contador de historias con personajes que zigzaguean en la orilla de la vida con un final predeterminado las desplegaría en Casa de América de Madrid al responder, sin prisas, con voz clara, baja y aire cavernoso dejando las frases suspendidas, como folletines por entregas. “Yo no especulo, observo, describo”. Sin ser un autor político, sus novelas son combativas y lo ha demostrado en El mundo según Garp, El hotel New Hampshire, Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra, Una mujer difícil, Personas como yo y ahora en Avenida de los misterios. Veinte años ha tardado en crear esta última novela, un panorama destilado de su creación.

Irving confesaría para El País: “Lo único diferente de esta novela es que empezó como un guion de cine hace unos 20 años. Entonces solo me centraba en la historia de un sacerdote que va al basurero de Oaxaca y encuentra a un niño, Juan Diego, un lector autodidacta al que ayuda. La novela avanza y retrocede en el tiempo, entre el viaje del protagonista a Filipinas, ya convertido en escritor de éxito, y los recuerdos de cuando vivía entre basuras. Con catorce años, sufrió un accidente que cambió su vida y rezó por que se produjese un milagro. Avenida de los Misterios o Calzada de los Misterios es la calle de México por la que peregrinan los fieles hasta la Basílica de la Virgen de Guadalupe. “Yo quería que los niños fueran creyentes, pero creyentes en el sentido de que pensasen que se pueden producir milagros. No creen en las políticas de la Iglesia, pero sí en la Virgen"… “Los niños de la basura pelean por ver quién es la verdadera virgen, si María o Guadalupe… Las estadísticas en Estados Unidos dicen que más del 50 por ciento de la gente está de acuerdo con los derechos a la anticoncepción, el aborto o el matrimonio homosexual. Esa es otra dualidad: la fe y las ideas de los creyentes y las reglas de la Iglesia”…

Entonces se cuela en estos días del año 2016 una dualidad real, la del universo irvingniano y la desencadenada en su país por el candidato republicano a la presidencia Donald Trump, y oiríamos a Irving decir. “Tanto el señor Trump como Sanders están aprovechándose: primero, del enfado de los estadounidenses; segundo, de que la gente no se siente representada; y tercero, y más importante, que sienten que todo el sistema está en contra de ellos… A pesar de estas sinceras declaraciones, Irving pensaba a mediados de este año que Trump perdería las elecciones. “Lo que digo es que en Estados Unidos siempre hay otro lado. Cada vez que hay elecciones la mitad de la gente se equivoca”. Aseverando su afirmación, lo que el escritor no podía creer era que realmente existiese una dualidad tan real, como la de su universo irvingniano y la que parecía estar destinada a desencadenarse en su país por el candidato republicano a la presidencia Donald Trump. Hoy ya sabemos lo que sucedió, ahora solo queda esperar por las consecuencias, esperar y esperar, como esperamos los venezolanos porque la esperanza es lo último que se pierde.  

Pandora era tremendamente curiosa, por lo que no dudó en abrir la caja que existía en la casa de Epimeteo, caja donde se encerraban todos los males que afectan a los humanos, en realidad sabemos que Zeus quería que fuese abierta la caja, y Pandora, asustada tras hacerlo, intentó cerrar la caja rápidamente pero sólo pudo evitar la fuga de la Esperanza, que se quedó encerrada en la caja... Fue entonces cuando Pandora les dijo a Prometeo y a su marido Epimeteo, que lo único a lo que siempre podrían recurrir era a la Esperanza, pues era lo único que quedaba en la caja y por lo tanto, lo último que se podría perder. Sí. Así fue, es y quizás siempre será… La Esperanza es lo último que se pierde.

Maracaibo, 11 de noviembre del 2016

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