sábado, 26 de noviembre de 2016

El Colibrí


EL COLIBRI
La primera vez que escuche cantar El Colibrí, siento como si hubiese sido hace muchos años y no es tan cierto. Fue en la voz de una hermosa jovencita que amenizaba el cierre de un evento para mi muy especial, y estaba con mi esposa y con mis hijos menores recibiendo el premio de Narrativa en el Ateneo de Valencia otorgado a la novela “Escribir en La Habana”, el año 1994. No sabía yo, para ese entonces que la melodía se había popularizado en la voz de Soledad Bravo, y que estaba en un CD que solo llegaría a escuchar más de una década después.

Muchas cosas sucederían con el correr de los años, y los recuerdos son abrumadores, mientras que la canción seguiría sonando una y otra vez hasta terminar por hacerse muy querida entre nosotros, gracias a mi amigo gipuzkoano Eduardo quien la cantaba con gran sentimiento, ya sabemos que los vascos dicen las cosas cantando, y Eduardo lo hacía cada vez que tenía oportunidad y fueron tantas en muchos viajes y en muy buena compañía siempre, que terminamos por llamarlo “el colibrí vasco”, aunque cantase en Fuerteventura, la más grande de todas las islas Canarias...

Por esas y tantas cosas, aunque en ocasiones intercalásemos el ‘Madrigal” de Danny Rivera que a mí me sonaba con las mismas inflexiones de Sadel, o aunque me atreviese yo a cantar “Maite” y hasta “Maitexu mia”, con seguridad volveríamos a corear “adiós adiós mi diosa del mar” del “Mi viejo San Juan” entonado por Eduardo, y allí sabíamos que estaría siempre “El Colibrí” para cerrar otra parranda antes de la del estribo, y otra vez, una mas, siempre antes de irnos… “a casa?”. Fueron muchos los años cargados de buenos recuerdos por lo que no he resistido la tentación de plasmar para ustedes, la hermosa letra de l
a canción...
El Colibrí
(Anónimo: cubano)
 
Creció una flor, a orillas de una fuente
Más pura que la flor de la ilusión
Y el huracán tronchola de repente
Cayendo al agua la preciosa flor
Un colibrí que en el enrramaje estaba
Voló a salvarla solícito y veloz
Y mientras con el pico la tocaba
Sumergíase en el agua con la flor.
El colibrí, la persiguió constante
Sin poder detenerla en su aflicción
Y cayendo desmayado en la corriente
Corrió la misma suerte que la flor.
Así hay en este mundo seres
Que en la vida buscan un tesoro
Yo soy el colibrí, si tú me quieres,
Mi pasión es el torrente y tu la flor.
 Toronto, 26 de noviembre, 2016
 
 

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