Santa María de la Almudena o Nuestra Señora de la Almudena es una advocación mariana de la Virgen María quien es la patrona de la Archidiócesis de Madrid, siendo venerada en la Catedral de Santa María de la Almudena. Su festividad se celebra el 9 de noviembre.
“Es tradición antiquísima que, cuando el Apóstol Santiago vino de Jerusalén a predicar a España, trajo a esta Villa de Madrid la milagrosísima Imagen que hoy llaman de la Almudena y la colocó en esta Iglesia (de Santa María) en compañía de uno de sus discípulos, llamado San Calocero, que fue el primero que predicó en ella, el año del Señor treinta y ocho. Es la primera que adornó esta villa y, por la misma tradición, se afirma que fue labrada viviendo Nuestra Señora, por San Nicodemus y colorida por San Lucas como consta en muchos autores como Iván de Vera Tassis, Lope de Vega, Alonso Liborio Santos, García Nieto y Timoteo Domingo Palacio quienes sostienen también esta tradición”.
Almudena es una palabra de orígen árabe y tradicionalmente se había considerado que provenía de la palabra al-mudy («almudín»), que significa: «depósito de cereales»; pero arabistas e historiadores especializados coinciden en que el nombre procede de la palabra al-mudayna (= «la ciudadela», que es diminutivo de la palabra al-madina = «la ciudad»), vocablo que haría referencia al antiguo recinto militar amurallado que ocupaba el promontorio donde hoy se asienta la Catedral y el Palacio Real de Madrid.
Se estima que la talla original databa del siglo VIII y se cree que tres siglos antes de ser encontrada había sido ocultada por decreto del arzobispo Raimundo de Toledo.un religioso y político castellano que fue monje cluniacense y en 1126, fue confirmado arzobispo de Toledo, cátedra que ocupó hasta su muerte. Sin embargo, en torno a ella, hubo infinidad de leyendas. Las primeras afirmaban que fue ocultada en las paredes de la muralla antes de que, en el año 712, la ciudad fuese tomada por los árabes y que, durante el reinado de Alfonso VI, tras varios días de plegarias, el trozo de construcción en el que estaba de cayó dejándola ver con las velas aún encendidas tras siglos oculta.
La Reconquista de la ciudad en el siglo. XI d. C. en manos de los moros la lograría el rey Alfonso VI de León, llamado «el Bravo» (1040/1041-1109), era hijo de Fernando I de León y de su esposa, la reina Sancha. Tras tomar la ciudad y luego de días de plegarias, mientras una procesión pasaba por la Cuesta de la Vega, se cuenta que el fragmento de muralla donde se encontraba la Virgen cayó derruido, mostrando la imagen, que permanecía intacta y con las dos velas con las que había sido tapiada aún encendidas a pesar de los siglos transcurridos.
Otra tradición cuenta que al héroe castellano Rodrigo Díaz de Vivar, «El Cid», se le habría aparecido la Virgen, pidiéndole que tomase la fortaleza de Mayrīt, y al acercarse El Cid y sus acompañantes a la villa, se habría desprendido el fragmento de muralla donde se hallaba la figura, y así habrían podido entrar y tomar la ciudad.
La imagen que se conserva actualmente en la catedral de Madrid es de estilo Gótico tardío, realizada posiblemente entre los siglos xv y xvi. Representa a María como reina con túnica rojiza y rico manto recamado, con vuelta en color azul, que cubre sus hombros y cae en pliegues tubulares por delante. Sostiene al Niño, desnudo, con ambas manos. Es una talla en madera dorada y policromada; se ha atribuido su realización al círculo de Sebastián de Almonacid o bien a Diego Copín de Holanda, ambos escultores activos en Toledo a finales del siglo xv.
La imagen de la Virgen reposa en un trono de plata, de estilo Barroco, regalado por la Villa de Madrid en el año 1640, reinando Felipe IV; Rodea la figura un recargado resplandor, con ráfagas y ángeles adoradores, y una media luna, símbolo inmaculista, a los pies; todo ello data del siglo xix. La talla de la Virgen se encuentra en el brazo derecho del crucero de la catedral, enmarcada por un retablo de tablas pintadas, gótico del siglo xiv, realizado por Juan de Borgoña, procedente de Oropesa (Toledo), y regalado por el cardenal Ángel Suquía.
El retablo, colocado en alto, es accesible mediante unas escalinatas que bordean un arco escarzano, donde se encuentra la capilla funeraria de la reina María de las Mercedes de Orleáns, esposa de Alfonso XII, gran devota de la Virgen. Una réplica de esta imagen hecha por el artista cusqueño Juan Tomás Tuyro Túpac por encargo del obispo Manuel de Mollinedo y Angulo en 1699 se venera en el Templo de la Almudena ubicado en la ciudad de Cuzco (Perú).
Finalmente, desde que la Corte Real se asentó en Madrid en el siglo XVI, los intentos de construir una catedral adecuada para la capital de un imperio como el español fueron constantes. Sin embargo, curiosamente, ninguno de los intentos se dio y de hecho, hubo que esperar hasta 1883 para que su construcción se inició y a 1993 para que finalizara con la consagración de el Papa Santo, Juan Pablo II.
La consagración de la catedral de la Almudena cumple 29 años, en 2022 desde que el 15 de junio de 1993 el Papa Juan Pablo II dedicara y consagrara el templo. Tras ser recibido por los reyes de España en el Palacio Real, el Papa fue recibido por el arzobispo de Madrid D. Ángel Suquia en unas calles abarrotadas de fieles. La Almudena sería la primera catedral consagrada por un Papa. Uno de los sueños de la ciudad de Madrid era el de tener una iglesia catedral, según su condición de capital de España por decisión de Felipe II en 1561. En 1567 se traslada al rey quien se hallaba embarcado en la obra que Juan Herrera propone para la catedral de Valladolid y en la obra misma del Escorial. Será Felipe IV y, sobre todo su esposa, quienes inician las gestiones para la construcción de un templo-catedral y estando la reina doña Isabel próxima a dar a luz en 1623, hizo el ofrecimiento a la Virgen de la Almudena para fundar una capilla en la parroquia de Santa María.
Ell espaldarazo definitivo no vino de la reina Isabel de Borbón, sino de Alfonso XII y el dolor por la pérdida de su hija María de las Mercedes. Al proyecto de Gómez de Mora en el siglo XVII le siguió el de Sachetti en el XVIII y el del marqués de Cubas en el siglo XIX, que apenas sobrepasó la cripta. Alfonso XII eligió la catedral como lugar donde debían reposar sus restos, pero no fue hasta el año 2000 cuando fueron traídos desde el monasterio de San Lorenzo de El Escorial. La lápida de su tumba está realizada en mármol blanco y tiene la siguiente inscripción: «María de las Mercedes, dulcísima esposa de Alfonso XII».
Así, el 15 de junio de 1993, el Papa San Juan Pablo II entró en la catedral de la Almudena para celebrar la ceremonia de dedicación y consagración del templo. Un momento que el pueblo de Madrid llevaba mucho tiempo esperando hasta aquel día en que el Papa se refirió al templo como «el símbolo y hogar visible de la comunidad diocesana, presidida por el obispo. Por ello, la dedicación de la catedral ha de ser una apremiante llamada a la nueva evangelización».
Escrito en Londres el día viernes 2 de septiembre del año 2022
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