Nightingale,
el feminismo y Cassandra
Hace poco tiempo me referí a Florence
Nightingale, (https://bit.ly/2PqQHbn)
conocida también como “La dama de la lámpara”, escritora y estadística británica, precursora de la enfermería profesional moderna
y creadora del primer modelo conceptual de enfermería, sin embargo poco se ha
dicho sobre su actividad literaria y de su posición en defensa de la mujer en
la complicada época de la “moral victoriana”. Florence había nacido en el seno
de una familia británica de clase alta, el 12 de mayo de 1820 en Villa Colombaia, en Florencia, Italia y recibió el
nombre de su ciudad natal, que en aquel entonces era la capital del Gran Ducado de Toscana. Su hermana mayor, Frances Parthenope, también recibió el nombre de su lugar de nacimiento,
Parthenopolis, un asentamiento griego cercano a Nápoles.
Los
logros de Florence Nightingale resultan particularmente admirables cuando se
los mira en el contexto de las restricciones sociales que tenía que soportar la
mujer en la Inglaterra victoriana. Su padre, William Edward Nightingale, era un
terrateniente muy rico, y su familia era de los estratos más altos de la
sociedad inglesa, pero las mujeres de la clase social de Nightingale ni
asistían a las universidades ni pretendían carreras profesionales; su propósito
en la vida era casarse y criar a sus hijos. Nightingale fue afortunada, pues su
padre estaba convencido de que las mujeres debían recibir educación, y él
personalmente le enseñó italiano, latín, griego, filosofía, historia y lo más
inusual de todo para las mujeres de ese tiempo, literatura y matemáticas.
Más
conocida por sus contribuciones en los campos de la enfermería y de las
matemáticas, la obra literaria de Nightingale también constituye un importante
eslabón en el estudio del feminismo inglés, luchó por su
autodeterminación y en contra de las expectativas familiares de un matrimonio
de conveniencia con algún miembro de la clase alta. Poco tiempo después, se
dirigió a Kaiserswerth
para su entrenamiento en el Instituto para diaconesas. En 1860 expuso su
pensamiento en una edición privada de Suggestions
for Thought to Searchers after Religious Truth, una obra de 829 páginas
en tres volúmenes. La universidad canadiense Wilfrid
Laurier University publicó en 2008
esta obra en el volumen 11de un proyecto de 16 volúmenes que reúne la obra
completa de Nightingale: The
Collected Works of Florence Nightingale. El más conocido de
estos ensayos, es Cassandra, el
cual fue publicado en 1928 por Ray Strachey, quien lo incluyó
en The Cause (La Causa),
que es una historia del movimiento feminista.
Cassandra de Florence Nightingale, fue escrita en 1854, en el período
inmediatamente anterior a su partida a la Guerra de Crimea, y se trata de un
ataque feroz contra la más sagrada de las instituciones victorianas: la
familia. En Cassandra, Florence
condenó la sobrefeminizacion de las mujeres que las deja al borde de la
invalidez social, tal como ella lo pudo apreciar en el estilo de vida que
llevaban su madre y su hermana mayor, a pesar de la buena educación que ambas
poseían. La amargura
pareciera ser el sentimiento que subyace detrás de Cassandra, derivada de la
experiencia de Nightingale como hija de clase media alta, con extraordinarios
dones intelectuales, que vio frustrada durante muchos años su ambición de
seguir una vocación de enfermera por la oposición de sus padres y hermana. Para
Nightingale, la frustración por su propia situación se reflejaba en la
experiencia de otras mujeres de su clase a mediados del siglo XIX en Gran
Bretaña. Estas mujeres, escribió, no podían encontrar salida en "una atmósfera fría y opresiva
convencional" para satisfacer su "pasión,
intelecto" y "actividad
moral". Se supone que "nunca
se supone que tengan una ocupación de la importancia suficiente como para no
ser interrumpidos", y se desperdician sus días mirando las huellas,
haciendo trabajos de estambre, leyendo en voz alta y llevando unidades al
carruaje. Florence Nightingale, rechazó
una vida de apacible comodidad y a cambio eligió la dedicación al servicio
social. Este ensayo también refleja su temor a que sus ideas no fuesen efectivas
ni tenidas en cuenta, como las profecías de la princesa troyana Casandra, hija
de Hécuba y Príamo, reyes de Troya. Casandra
fue sacerdotisa de Apolo, con quien
pactó, a cambio de un encuentro carnal, la concesión del don de la profecía.
La
crítica literaria y feminista estadounidense Elaine Showalter señaló que Cassandra
de Florence Nightingale se trata de «un texto mayor del feminismo inglés, un vínculo entre Mary Wollstonecraft y Virginia Woolf.» Virginia Woolf, al leer a Cassandra
en su primera publicación a fines de la década de 1920, pensó que era más como
gritar que escribir. Woolf recurrió al trabajo de Nightingale en “A
Room of One's Own”, en su análisis de las relaciones históricas entre
mujeres y ficción, centrando su discusión sobre la necesidad vital del tiempo y
la privacidad para el trabajo creativo de las mujeres. Woolf habría leído a Cassandra
cuando fue publicada en 1928 como un apéndice de The Cause, la historia
del movimiento de mujeres británico por Ray Strachey, una sufragista principal.
Cuando Benjamin Jowett, maestro de Balliol College, Oxford adivinó la
cercana inspiración autobiográfica que subyacía detrás de la pieza, y le sugirió
que Florence que ella misma era Cassandra, la maldita profetisa del mito griego,
Nightingale se negó a la identificación.
En el manuscrito de
la novela original, la trágica heroína Nofriani, que representa la propia
situación de Nightingale como una mujer que sufre una vida de encierro e
impotencia forzosa, se renombra retóricamente después de la condenada
profetisa: "¡Oh, no me llames más
Nofriani, llámame Cassandra, porque he predicado y profetizado en vano. He
estado llorando durante todos estos años, ¡Ay, a la gente! Y nadie ha escuchado
o creído. Y ahora lloro, ¡Ay de mí! Porque sobre mí la destrucción ha
llegado."
Maracaibo 30 de agosto 2018
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