El
general Alexandr Suvorov
Aleksandr Vasílievich Suvórov, Conde Suvórov de Rimnik, Príncipe de Italia
(1729-1800), fue un general ruso, reconocido como uno de los pocos grandes generales de la
historia que nunca perdió una batalla. Se hizo famoso por su manual La ciencia de la victoria.
Suvórov, de origen armenio, nació en
Moscú, en el seno de una familia noble procedente de la región de Novgorod. Entró en el ejército de niño, sirviendo contra los
suecos en Finlandia y contra los prusianos durante la Guerra de los Siete Años (1756-1763). Tras
distinguirse repetidas ocasiones en combate, fue nombrado coronel en 1762. Suvorov
sirvió en Polonia durante la Confederación de Bar, dispersando a las
fuerzas polacas bajo el mando de Kazimierz Pulaski. Atacó Cracovia (1768), y alcanzó el rango de mayor general.
Con la guerra ruso-turca de 1768 a 1774 vivió sus
primeras batallas contra los turcos en 1773 y 1774, y particularmente en la batalla de Kozludsi, en el
último año, asentó su reputación. En 1775, Suvórov fue enviado a sofocar la
rebelión de Pugachov pero llegó al escenario de la revuelta
sólo a tiempo de dirigir el primer interrogatorio al líder rebelde, que había
sido traicionado por sus aliados cosacos y que posteriormente sería decapitado
en Moscú. Desde 1777 a 1783, Suvórov sirvió en Crimea y el Cáucaso,
convirtiéndose en teniente general en 1780 y en general de infantería en 1783,
a la conclusión de su trabajo. De 1787 a 1791 luchó de nuevo contra los turcos
durante la Guerra Ruso-Turca de 1787-1792 y consiguió
numerosas victorias; fue herido dos veces en Kinburn (1787), tomó parte
en el asedio de Ochákov y en 1788 logró dos grandes victorias en Focsani y en el río Rimnik; en Rímnik, Suvórov comandaba
el conjunto de las fuerzas aliadas. Por la última victoria, Catalina II, la Grande, nombró a Suvórov, conde del Sacro Imperio Romano. El 22 de diciembre de 1790, Suvórov atacó la
impenetrable fortaleza de Izmail en Besarabia. Las fuerzas turcas tenían órdenes de mantener la
posición hasta el final y declinaron de forma arrogante el ultimátum ruso. La
derrota significó una catástrofe de gran magnitud para el Imperio Otomano, mientras que en Rusia la victoria fue glorificada en su
primer himno nacional, «Suenan los truenos de la victoria».
Tras la firma de la paz con los turcos, Suvórov
fue inmediatamente transferido de nuevo a Polonia, donde asumió el mando de uno
de los cuerpos de ejército que tomaron parte en la batalla de Maciejowice, en la cual
capturaron al comandante en jefe de la insurrección polaca, Tadeusz Kosciuszko. El 4 de noviembre de 1794,
los cosacos de Suvórov atacaron Varsovia, en lo que se conoció como la "Masacre de Praga", por la impotencia del general de impedir, la matanza de
muchos civiles rompió el espíritu de los defensores, y rápidamente se puso fin
a la sublevación de Kościuszko. El
comandante ruso envió un informe a su soberana que decía: Hurra! Varsovia es nuestra. Suvórov. La emperatriz
rusa respondió de una forma igualmente breve: Felicidades, Mariscal de Campo. Catalina. El recién nombrado
Mariscal de Campo permaneció en Polonia hasta 1795, cuando volvió a San Petersburgo. Su soberana y amiga Catalina, murió en 1796 y su sucesor el
emperador Pablo I, lo despidió haciéndole caer en desgracia.
En febrero de 1799, el Emperador Pablo I de Rusia lo
convocó de nuevo para ir al campo de batalla, contra los ejércitos franceses
en Italia. La campaña comenzó con una serie de victorias de Suvórov. El mismo Suvórov obtuvo el rango de Príncipe de la Casa de Saboya del Rey de Cerdeña. Pero
los últimos eventos de aquel año se
pusieron mal para Rusia. Las fuerzas del general Aleksandr Rimski-Korsakov fueron vencidas en Zúrich. Traicionado por los austriacos,
Rimski-Kórsakov tuvo que retirarse a Voralberg, con su ejército, deshecho, sin
caballos ni artillería. Suvórov se hizo camino a través de las cumbres nevadas de
los Alpes y su ejército, sometido a una dura prueba, pero no fue derrotado. Por
tan maravillosa retirada estratégica, no conocida desde los tiempos de Anibal. Suvórov fue ascendido al rango
sin precedentes de Generalísimo. Se le
prometió oficialmente que se le darían honores militares por su triunfo en
Rusia, pero las intrigas de la corte llevaron al Emperador Pablo I a cancelar
la ceremonia. A principios de 1800, Suvórov volvió a San Petersburgo y el
Emperador Pablo rehusó recibirle en
audiencia. Herido y enfermo, el viejo
veterano murió unos días después, el 18 de mayo de 1800 en San Petersburgo.
Lord Whitworth, el embajador inglés, y el poeta Gavrika Derzhavin fueron las únicas personas
distinguidas presentes en su funeral.
En 1904 se abrió el 'Museo de Historia Militar Suvórov'. Fuera de San Petersburgo, se erigieron
otros monumentos a Suvórov en numerosas ciudades rusas. El 29 de julio de 1942,
el Presidium del Soviet Supremo de la Unión Soviética
estableció la Orden de Suróvov, que se
otorgaba por las acciones ofensivas exitosas contra fuerzas enemigas
superiores. Las tácticas de Suvórov, eran
representativas de las verdades fundamentales de la guerra y de las cualidades
militares de la nación rusa. Las tácticas de los rusos en la Guerra Ruso-Japonesa de
1904-1905 igualmente reflejaron las máximas de las guerras turcas de Suvórov.
Maracaibo,
1 de agosto de 2018
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