François Rabelais
No sabía yo mucho sobre Rebelais más allá de recordarlo por su obra de
los gigantes Gargantúa y Pantagruel. Inolvidable me resultó siempre el
comentario de Eduado Liendo en uno de sus talleres de narrativa, hace ya más de
20 años cuando dijo… “¿Ustedes se emocionan con el realismo
mágico? Rebelais utilizaba esos recursos hace unos cuantos años, muchos antes
de nacer Alejo, y Aracatá tampoco había visto balbucear al Gabo”… Pues,
a Rebelaís yo no lo imaginaba médico, ni sabía que esencialmente había sido un
monje franciscano y luego, benedictino. Así que estos detalles sobre Rebelais quien
era conocido como “El cura de Medon”, porque tuvo a su cargo las iglesias de
Saint Martin de Medon y Sanit Christophe du Jambet y que dejó sus hábitos monacales para ejercer la
medicina en Montpellier y en Lyon y publicó varios trabajos sobre medicina y
traducciones, además de su obra maestra, todo esto era novedosos para mí Por estas y otras razones, pensé que valía la
pena revisar brevemente su vida y su obra literaria ya que está conectada con
el Quijote de Cervantes y la picaresca española. Mijaíl Bajtín crítico
soviético de literatura quien escribiera un verdadero tratado sobre La cultura popular en la Edad Media y el
Renacimiento, consideró la obra de Rabelais, como el equivalente francés de
Cervantes y de Shakespeare.
François
Rabelais fue hijo de Antoine Rabelais y nació en La Devinière en 1494.
Rabelais habría sido novicio hacia fines de 1510 en el monasterio franciscano
de Cordeliers de la Baumette en Angers. Recibió formación teológica y más tarde
en 1520, marchó al convento franciscano de Puy-Saint-Martin en
Fontenay-le-Comte, donde llegó a profesar como monje hacia octubre de 1520. En
1523, tras escuchar los comentarios de Erasmo sobre el texto griego de los
Evangelios, la Sorbona intentará impedir el estudio del griego. En esta tónica
y tras los reproches de los superiores franciscanos acerca de sus lecturas,
Rabelais presentó en 1924 una petición al Papa, motivándola en la excesiva
austeridad de la regla de San Francisco, molesto con los superiores de su orden
y decidido cambiarse a la orden de los benedictinos. Fue nombrado secretario
del obispo Geoffroy d’Estissac quien le acogerá en su abadía de Maillezais, y a
quien acompañará en el curso de viajes
de inspección de sus tierras y abadías. Rabelais no se plegaba fácilmente a las
reglas monacales, de manera que hacia 1528 se secularizará con la intención de
dirigirse a diversas universidades y así fue como en París comenzará sus
estudios de medicina. En 1530, se
inscribe en la escuela de medicina de Montpellier, y será nombrado bachiller al
año siguiente. A partir de 1530, como
alumno, la facultad de medicina de Montpellier, y a pesar de no tener el título
de médico, ya se le reconocían grandes méritos. Atravesó entonces un período de
dificultades económicas que lo indujeron a trasladarse a la ciudad de Lyon,
donde también ejerció como médico, aunque no estaba todavía titulado. En 1532,
Rabelais se instalará en Lyon, y en noviembre será nombrado médico del hospital
de Notre-Dame de la Pitié du Pont-du-Rhône en Lyon. Enseñará medicina y
publicará unos estudios críticos sobre tratados médicos de la Antigüedad. En
1532 publica los Aforismos de Hipócrates y el primer libro de su novela
humorística Pantagruel, al que le seguirá Gargantúa en 1534.
Rabelais
publicará “Las grandes e inestimables crónicas del gran gigante Gargantúa” bajo
el anagrama de Alcofribas Nasier y supuestamente inspirándose en un texto
anónimo, después del éxito de Pantagruel, Rabelais quiso
reescribir a su manera la historia de Gargantúa, y le escribirá a Erasmo animado
por el éxito, pero siempre utilizando el mismo seudónimo de Alcofribas Nasier
como precaución, ya que todos sus libros eran enseguida condenados por la
Sorbona. La secuencia de la publicación de su obra literaria será : Pantagruel
(1532). La vida inestimable de Gargantúa, padre de Pantagruel en 1534. El tercer libro de Pantagruel en
1546, y dedicado a Margarita de Navarra, libro que fue condenado como herético
por La Sorbona, que lo incluyó en el Índice de los libros prohibidos, junto con
Gargantúa.
El
cuarto libro de Pantagruel en
1552. El Quinto Libro no se publicó hasta nueve años después de la
muerte de Rabelais en 1562, e incluye
mucho material claramente copiado de otros, aunque algunas partes del Libro
Quinto son dignas de Rabelais, la autoría de este último volumen es
cuestionada.
Rabelais nos habla de dos gigantes bondadosos y glotones, Pantagruel y
Gargantúa, y nos relata su vida desde el nacimiento hasta su madurez. El
recurso de los gigantes, logra que la obra de Rabelais, utilizando un estilo
grotesco y a través de la exageración de las características de sus personajes,
constituyese un éxito. Con su lenguaje escatológico, con frecuentes referencias
a las excretas humanas y a los órganos sexuales, con un permanente humor y
exageraciones desmedidas, creadas según él para hacer reír a los enfermos, así
logrará Rebelais a través de un sentido picaresco sostenido y gracias a su
erudición, fundir la cultura humanística con las tradiciones y el lenguaje
popular. El gigantismo de Rabelais está impregnado de esos festines burlescos
de su época, simboliza el ideal del renacimiento: con aquel inmenso apetito
intelectual que termina en él por fundirse con la tradición popular y la
sabiduría. La glotonería de estos gigantes, provoca numerosos episodios cómicos
expresados con el estilo grotesco del autor quien no cesa de representar la
cultura popular considerada por muchos como carnavalesca.
Gargantúa,
hijo de Grandgousier y de Gargamelle es un gigante de apetito voraz, pero de
temperamento bondadoso. El primer grito de Gargantúa al nacer fue "¡A
beber, a beber!". El pacífico gigante recibirá una educación que
demostraba las ventajas de la pedagogía racional de los humanistas sobre los
métodos tradicionales de la Sorbona. En recompensa de las hazañas de Gargantúa
durante la guerra, uno de sus compañeros, fray Jean de Entommeures, recibirá la
abadía de Thélèma, donde jóvenes de ambos sexos habrán de vivir en armoniosa
comunidad, gozando de todos los placeres del cuerpo y del espíritu. En la
Abadía de Thelema, se criticarán las prácticas docentes de la época, sugiriendo
la libre escolarización, más cercana a la naturaleza humana. En aquella especie
de comunidad ideal, a diferencia de la corrupción existente en los ámbitos
monásticos de su tiempo, Gargantúa nos ofrecerá en Thélema una vida libre de
frenos autoritarios. Como lo hiciera Thomas Moro en su Utopía, Rebelais creará
con la Abadía de Thélema, una especie de
mundo ideal que contrataba con la mediocridad del mundo real. En esa
fantasía y en el amor profesado a la naturaleza que se percibe en ella,
seguramente influiría la formación franciscana
de Rabelais, quien proponía un
sistema de educación novedoso no sólo para formar el cuerpo sino también el
espíritu, y su programa pedagógico conllevaba una serie de ejercicios físicos,
echando un lado la enseñanza teórica para centrar el aprendizaje en la práctica
y la experimentación. Su metodología se basaba en aprender a través de la
diversión.
Pantagruel narra la vida del hijo de
Gargantúa. En él se satirizan las instituciones y costumbres francesas y
parodiando las novelas de aventuras, sus personajes llegan al Atlántico y a las
Antillas y finalmente hasta viajan a la Luna. Al aparecer, el Pantagruel
resultó todo un éxito; su vis cómica se impuso por su novedad, pero su
mensaje humanista, no resultó muy convincente para las mentalidades serias,
desconcertadas por aquella burla
populachera, que llevó a la Facultad de Teología, a condenar el libro
aduciendo su obscenidad. En octubre de 1534, los adversarios de la misa
católica colgaron hasta en los apartamentos del rey un libelo provocador;
«L’affaire des Placards», que desencadenó una represión: Un movimiento de
reforma religiosa ilustrado por el humanismo, hasta entonces bien visto que
resultó siendo amenazado. Por todas estas circunstancias, la personalidad de
Rabelais siempre suscitó grandes debates entre historiadores y críticos por las
acusaciones de ateísmo formuladas en su contra él las cuales habría
probablemente que verlas en el contexto de su época. El tercer libro trata de
Pantagruel y su amigo Panurgo es un truhan, libertino, y cobarde. A lo largo de
todo el libro, el tema regresa a si debe casarse o no y al final, la pregunta
queda sin resolver. El libro acaba con el comienzo de un viaje por mar en busca
del oráculo de la divina botella para que resuelva de una vez el problema del
matrimonio. El cuarto libro, se ha descrito como el más satírico, y en
este, Rabelais critica la arrogancia y la riqueza de la iglesia católica, de
las figuras políticas de la época, habla sobre las supersticiones populares y
trata varios temas religiosos, políticos, lingüísticos y filosóficos. Todo el cuarto
libro puede verse como una parodia cómica de la Odisea o, de la historia de
Jasón y los Argonautas. El tipo de personajes y la sátira caricaturesca que
maneja el autor, nos recuerda a Cervantes y al inmortal Don Quijote, pero así
como el Quijote es una novela cohesionada y unitaria, las obras de Rebelais
hacen énfasis en el aspecto irónico del texto, con capítulos cortos y
fragmentarios, creando un tipo de narración que busca impactar puntualmente al
lector con las bromas, la sátira, la denuncia y las exageraciones que desde una
óptica cuestionadora le valdrán para criticar aspectos de la sociedad de su
tiempo.
La obra de Rabelais ha considerada ór
algunos críticos como la más difícil de la literatura francesa junto con la de
Mallarmé. Durante dos siglos, nadie consideró la obra literaria de Rebelais
aunque los escritores románticos Victor Hugo, Balzac y después Flaubert la
resucitarán con su pasión enciclopédica, de manera que su genio traspasaría las
fronteras de su tiempo y su influencia sobre otros grandes escritores franceses
se puede ver en La Fontaine, Moliére, Voltaire, Swift, Balzac, Víctor Hugo y
Gautier. Podríamos concluir con una frase de Milan Kundera “Hermosos los
tiempos de Rabelais: la novela alza el vuelo llevándose en su cuerpo, cual
mariposa, los jirones de la crisálida”.
Maracaibo
23 de febrero de 2016
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