“Leer es un acto de insurrección. Un riesgo. Un contagio. Gracias a su lenta acción de riego se han declarado independencias; defenestrado élites religiosas y políticas. Leer es traicionar a las versiones más precarias de nosotros mismos. Leer, como dice el italiano Alfonso Berardinelli, el agitador cultural más indómito y polémico de Italia, "leer es un riesgo”. Son palabras dichas por Karina Sainz Borgo, expresadas en una videoconferencia de la Feria del Oeste donde hace un año, en diciembre del 2021, se quiso reconocer la persistencia de los autores venezolanos de la diáspora, y su debut literario, saber cuál era su mirada actual, desde aquella Venezuela que existió antes del chavismo.
Lo que sucedió con la primera novela de Karina fue impresionante para cualquier primera novela de cualquier parte del mundo La hija de la española (Lumen, 2019), ha sido traducida a 26 idiomas y ha recibido galardones como el Gran Premio de la Heroína Madame Figaro de Francia, el International Literary Prize y el prestigioso premio O. Henry Prize de EEUU (https://bit.ly/3upiCfJ) Su segunda novela fue El Tercer País, que salió justo dos años después del éxito de la primera, ya fue publicada en la misma editorial…
Por todas estas circunstancias, la elección de Karina Sainz Borgo un año atrás, para inaugurar la Feria del Oeste no fue casual. Escritores que han dejado su país se dieron cita virtual en aquella Feria del Libro del Oeste de Caracas para hablar de la vida que han dejado atrás y la que estaba en construcción. El trabajo periodístico de Francisco Olivares, también nos relataría el sentir de un joven que traspasaba la última frontera venezolana hacia Brasil, y en un vídeo de despedida, nos decía:“Estoy mirando por última vez ese que fue mi país. Allá he dejado la vida que conocí y ahora camino sobre éste que no sé a dónde me conducirá. Hice todo lo que se puede para cambiar las cosas; pero no pude más, me rindo. Me he marchado por mis hijos y para buscarles una nueva vida”.
El mismo Francisco Olivares al entrevistar a nuestra conocida escritora AnaTeresa Torres en agosto, este año 2022, buscando una explicación para la incertidumbre a la que parecemos estar condenados los venezolanos le escuchará decir: “Para la mayor parte de Latinoamérica, el militarismo es el pasado. Cuando en Venezuela teníamos democracia, muchos países vivían dictaduras militares, y ahora pareciera que el juego se ha revertido y es nuestro país el que sigue bajo el signo del poder militar, aunque el Gobierno esté presidido por un civil… …ha habido un desenlace militarista que tiene mucho que ver con la historia del poder y que puede entenderse desde las claves de la guerra de Independencia. La escritora entonces se referiría a su libro “La herencia de la tribu. Del mito de la Independencia a la Revolución Bolivariana” (Alfa, 2009).
Queriendo yo regresar a la compleja situación de la literatura, ayer tan solo (en realidad, el sábado 3 de diciembre) me topé nuevamente con Francisco Olivares, quien entrevistaba al sociólogo Rafael Uzcátegui (Mérida, Venezuela, 1973) quien para explicar el deterioro de los derechos humanos en el país, se refirió a “la discusión que se dio entre Albert Camus y Jean Paul Sartre en 1952, de la que nosotros solamente vimos la versión latinoamericana, -la discusión entre Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez-. Según Uzcátegui, aquel debate legitimó la postura pragmática de la izquierda internacional sobre los Gobiernos afines, adoptando una muy conveniente capacidad para “olvidar sus principios cuando era conveniente, justificar permanentemente el doble estándar y utilizar la inteligencia para falsear la realidad”.
Pero debo regresar al tema que nos ocupa, la literatura y la diáspora venezolana y mencionaré algunos de los personajes que fueron destacados por Francisco Olivares, como Fedosy Santaella (Puerto Cabello en 1970) quien es licenciado en Letras en laUCV, antiguo profesor de Semiótica y Publicidad en la UCAB ganador en 2004 de la Bienal internacional José Rafael Pocaterra en Narrativa, y premio internacional de Novela Corta Ciudad de Barbastro (España) en 2016. Santaella se encuentra ya asentado en México desde 2017, Santaella y explicaría, vía Zoom, que ha logrado ubicar y publicar la mayoría de las cosas que ha escrito.
Gabriel Payares nacido en Londres en 1983 pero criado en Caracas, decidió emigrar a Argentina hace siete años, buscando el tiempo y espacio para continuar con su escritura afectada entre tanta incertidumbre. Licenciado en Letras de la Universidad Central de Venezuela, magíster en Literatura Latinoamericana por la Universidad Simón Bolívar y magíster en Escritura Creativa por la Universidad Tres de Febrero de Argentina, había publicado el libro de relatos Cuando bajaron las aguas (Monte Ávila, 2009) y su relato Las Ballenas recibió una mención en el XIII Concurso Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar de La Habana, en 2014. Ya tengo siete años en Argentina., decia Gabriel: aprendí mucho sobre Argentina y sobre quiénes somos. Siguió un proceso muy largo en el que no escribí nada. ¿A quién le escribe uno? Siempre se escribe para alguien o de algo. Y ese vacío, como decía Fedosy, es la sensación de emigrante, de desaparición de la vida reciente, de lo que uno había acumulado a lo largo de tantos años, especialmente para quienes son mayores, debe ser más dramático…
Finalmente la joven escritora y poeta Enza García Arreaza (Puerto La Cruz, 1987) quien en 2004 obtuvo el VII Premio Literario Cuento Contigo: Nuevas Voces Literarias de Casa de América de Madrid, y tres años después ganó el concurso para obras de autores inéditos de la editorial venezolana Monte Ávila con el libro de cuentos Cállate poco a poco, y en sus libros de poemas destaca Cosmonauta (Fundación La Poeteca, 2020), Escarbar en la nada, es el recuerdo más sentido de sus últimos años en Venezuela. Desde el sur de Estados Unidos, Enza también conversó con Francisco Olivares, un año atrás, cuando se dio la Feria del Oeste…
Francisco Olivares nos informaría que “La última Encuesta Nacional de Juventud (ENJUVE 2021) realizada por la UCAB indica que en los últimos 8 años la población venezolana de entre 15 y 29 años se redujo un 38%... …El 30% de la población joven venezolana culminó sus estudios en 2013. Gran parte de esa juventud con formación de nivel profesional conforman estos escritores, poetas, músicos, artistas plásticos y otras profesiones en las que comienzan a destacarse en distintos países”. Son aquellos venezolanos que encontraron en la literatura, el ensayo o el periodismo, una forma de renacer.
Maracaibo, domingo 11 de diciembre del año 2022
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