sábado, 17 de diciembre de 2022

La piedra de la locura


En septiembre del año 2019, había hablado en este blog sobre Jheronimus van Aken, (https://bit.ly/2ULek1P) conocido también como El Bosco (1450-1516), y llamaba la atención sobre la vida de este pintor holandés de finales de la Edad Media, autor de “El jardín de las delicias” al que me referí en el blog como “Las delicias del jardín” en abril 2020 (https://bit.ly/3ivIv6S). Destacaba igualmente, que su vida y su pintura está recreada en mi novela “Para subir al cielo…” (https://bit.ly/2kqHrJN) reeditada en 2016 en Maracaibo.

Se ha dicho que la protagonista de los cuadros de Jeroen Anthoniszoon van Aeken, conocido como El Bosco, parece ser “la humanidad” que incurre en el pecado y es condenada al infierno; (https://bit.ly/3Bbza0n) la única vía que existe para redimirse, parece sugerir el artista en las tablas con vidas de santos dedicados a la meditación -que debieran ser modelos de imitación- aunque estén rodeados por el Mal. El Bosco no fechó ninguno de sus cuadros y solo firmó algunos. El Rey Felipe II de España compró muchas de sus obras después de la muerte del pintor y como resultado, el Museo del Prado de Madrid posee hoy en día varias de sus obras más famosas.

A principios del siglo XVI Hieronymus Bosch, conocido como El Bosco, pintó en una tablita de roble una obra a la que denominó: “La extracción de la piedra de la locura”. Es una pintura que parece contener una crítica a las antiguas tradiciones, entendidas como supersticiones por la modernidad. En la imagen aparece un “cirujano” acompañado de dos personas, extirpando “una piedra” de la frente de un campesino.

La extracción de la piedra de la locura, de 48 x 35 cm, en la pintura original, es de la primera o segunda juventud de El Bosco, hacia 1474-1485 y se conserva en el Museo del Prado. Las pinturas de los sucesores de El Bosco, muestran como lo que el cirujano saca de la cabeza del paciente es una piedra, mientras que el propio Bosco, quizá más gráfico y expresando mejor la verdad de lo que quería representar, sustituye la piedra por una flor, similar a la que yace sobre la mesa del supuesto médico, flor que en el mundo medieval simboliza la reproducción.

Rhazes, médico y filósofo persa del siglo IX y X, fue el primero en hablar del tema de La extracción de la piedra de la locura, ya que denuncia en su obra médica: "a los charlatanes que pretendían curar la epilepsia haciendo una incisión en la frente y aparentando extraer algo que llevaban escondido en la mano", generalmente se representaba una excreción calcárea o una piedra, tras haber horadado el cráneo del paciente, pero el objeto extraído también puede ser una flor, como ocurre en el cuadro de El Bosco. Algunos historiadores defienden que la extracción de la piedra de la locura es una trepanación terapéutica, práctica que se volvió a utilizar en el Renacimiento, que tiene como objeto causar mejoría en un paciente que sufre algún tipo de alteración cerebral o mental. Otros sostienen que la extracción de la piedra no es sino una puesta en escena en la que un hombre, víctima de la lujuria, es reintegrado en los cauces sociales, anulando, con la operación, su deseo sexual.

Piedra, cálculo o flor, extraída verdaderamente del cráneo del paciente u oculta en la mano del falso médico, es presentada en la iconografía como la oculta causa de la locura, que se revela al ser extraída del cerebro por el cirujano, verdadero o falso, como se extraen los cálculos renales o vesicales. Para algunos autores la escena representaría, pues la castración, que se ha practicado en la Edad Media, en forma epidémica, como necesaria para el ingreso en determinadas sectas religiosas, así se piensa que se trataba de obtener una cierta ascesis eliminatoria del cuerpo de lo que pudiese ser fuente de pasión y desvarío.

El círculo de la pintura de Hyeronimus está rodeado de una decoración dorada sobre fondo negro y una leyenda en hermosas letras góticas, igualmente doradas, que enmarca la escena. En la parte superior se lee: «Meester snijt die Keye ras» y en la parte inferior: «Myne name is lubbert das». Está inscripción adquiere diferente significado dependiendo de la traducción de la palabra “lubbert”. Así sería, “Maestro, quítame la piedra, mi nombre es lubbert Das/ tímido o tejón castrado”. El personaje que opera lleva en la cabeza un embudo, tal vez alegoría de la locura, o según Castelli, un emblema fálico. Está acompañado por dos religiosos, un clérigo y una monja, ésta lleva sobre su cabeza un libro cerrado; lo que indica que sean alegorías de la superstición y la ignorancia, de la cual se acusaba frecuentemente al clero.


Otro elemento es el jarro que pende del cinturón del cirujano. Brand Philip ha estudiado las imitaciones del siglo XVI de este cuadro de El Bosco, todas muy semejantes entre sí, donde han desaparecido el embudo y el libro de las cabezas del cirujano y de la mujer; pero en cambio, el jarro continua, no colgado del cinturón del cirujano, sino en un hueco hecho en la mesa, dejándose abierta la portezuela para que veamos en aéreas finuras la inédita concepción del amplio paisaje del fondo, del todo nuevo en el arte holandés, pero no insólito en otras obras juveniles del pintor.

En el periodo que aparecen estos pintorescos cuadros, no existe ninguna referencia escrita en las obras médicas, a esta cirugía craneal. Por lo anterior, hoy entendemos esta iconografía como una puesta en escena de algo exagerado por la caricatura, que servía a los pintores para retratar la sociedad de su época con ironía, y al hacer una crítica mordaz a los falsos médicos, a los charlatanes de su época y también de los abundantes incautos, que nunca faltan, que se dejaban timar por ellos. El cirujano pintado por El Bosco, quien lleva un embudo en su cabeza, le extrae, no una piedra, sino un tulipán del cráneo a su víctima, que aparece amarrada a la silla donde se realiza el peculiar procedimiento mágico-quirúrgico.



No se conocen precedentes de esta muy particular iconografía, que pueda interesarnos a los interesados en la historia de la medicina, o en la Historia del Arte de la Antigüedad, que además, solo existe en cuadros pintados al óleo, todos flamencos y en un lapso que va de finales del siglo XV hasta el siglo XVIII, llegando a su esplendor en los siglos XVI y XVII. Así que, la pequeña tabla pintada al óleo por El Bosco a finales del siglo XV, titulada Extracción de la piedra de la locura, que se encuentra en el Museo del Prado, es la primera representación del tema. El Prado cuenta con otro óleo sobre tabla de Jan Sanders Van Hemessen, titulado El cirujano, de 1550 (ver). El tema lo abordan en Francia, en 1557, Pieter Brueghel el Viejo y, en 1561, Pieter Huys. En Holanda también se destaca en 1670, el pintor Jan Steen, con su obra titulada Extracción de la piedra.

Maracaibo, sábado 17 de diciembre del año 2022

 

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