En aquel avión, venía regresando de
un largo viaje, cuando escribí el borrador de estas cosas, algunas de ellas
referidas en mi novela “La Entropía
Tropical” donde escribí: “Tan solo eras un muchacho… Con tus
audífonos ahora, estás viendo tu película musical en el Baralt, y Zizi baila ballet vestida
de rojo sangre, ella gira, y luego regresa en puntas de pie. Hoffman resuena
profundamente”. Regreso a la página 254 de La
Entropía Tropical, y leo… “Tú has venido
escuchando los Cuentos de Hoffman, de Offembach, en tus audífonos personales,
los del 727, sin mucho volumen, has oído cantar a Joan Sutherland y a Plácido
Domingo, has cerrado los ojos…
Era que estabas en otra cosa,
andabas viajando sobre el Danubio, pensando en las extrañas circunstancias de
la vida que te habían aventado hasta la Viena de Strauss, donde habías
presentado un trabajo sobre las lesiones producidas en el cuello uterino por el
virus del papiloma humano, y ahora, con las notas de la barcarola de Weber
estás siendo transportado a tu juventud, a épocas de escolar, adolescente tal
vez, y puedes ver la gran lámpara facetada de vidrio y barras de plomo en el
centro del techo de multicolores retazos, puro Art Déco, lo que señala que
estás en el Teatro Baralt, y con las notas musicales de Hoffman,
escuchas su barcarola y vuelves a ver a Zizi JeanMarie, bailando.
Ella danza, baila ballet en el
escenario y todo esto aflora desde lo profundo de tus circunvoluciones
cerebrales, donde de momento te encuentras, en el aire, sobre el océano
Atlántico, en un avión suizo, de regreso después de seis días de trabajo, pero
tan solo eres un muchacho, con tus audífonos ahora, estás viendo tu película
musical en el Baralt, y Zizi baila ballet vestida de rojo sangre, ella gira, y
luego regresa en puntas de pie, Hoffman suena profundamente”.
Aunque regresas con tus recuerdos, no entiendes por qué veías
bailar a Zizi con unas zapatillas rojas si en el mismo teatro Baralt, vos la habías visto bailar
representado a Doro en el film sobre Hans Christian Andersen protagonizado por
Dany Kaye. No estaba la bailarina francesa danzando en el film homónimo, “Las
zapatillas rojas”, aquel, del año 48, el filme donde sobre un cuento de
Andersen bailaría incansable Moira Shearer bajo la dirección de Michael Powell.
Powell dirigiría en 1951 otro film de factura inglesa, precisamente titulado “Los
cuentos de Hoffman”... (https://bit.ly/3MQOYsi) ¿Casualidades? … “Será en
el Acto Tercero, cuando se escuchará “Belle nuit”, la barcarola de
Offembach que te transportó a tu infancia en el teatro Baralt de Maracaibo”.
Ahora sabes que no era la barcarola
de Carl Maria von Weber, la que escribiera para su ópera “Oberón”, ni era la famosa, la Barcarola en fa sostenido mayor
para piano de Frédéric Chopin. La que escuchabas en tus audífonos era la
música de Offembach en los cuentos de Hoffman, y al reflexionar, años después,
no entiendes por qué veías bailar a Zizi con unas zapatillas rojas si en el
mismo teatro Baralt.
En una ópera cómica,
en “Los cuentos de Hoffman”, veremos
aparecer al personaje, un brujo interesado en la ciencia, uno que construye
muñecas mecánicas y curiosamente se llama Spelanzani, así, con una sola ele; No es el cura (https://bit.ly/3NPpGfA) Lazzaro Spellanzani quien realizaba
experimentos con sapos Bufus marinus
sobre quien el escritor brasileño Rubem Fonseca había
publicado una excelente novela negra, con el título de “Bufo & Spallanzani” (https://bit.ly/3f4dOUB), en Bufo & Spallanzani, Rubem Fonseca reflexiona sobre la
escritura de las novelas, para hablarnos de
lo que va a ocurrir, ya que según él, toda novela sufre una maldición, la de
terminar siempre de mala manera.
Pero el Spelanzani de los cuentos de
Hoffman, con la ayuda del malvado Copelius, y orquestado por la música de
Offembach, ha creado a Olimpia, un maniquí mecánico y Copelius le venderá gafas
mágicas a Hoffman para que vea en Olimpia a un ser humano, aunque de pronto
cantando se detenga y Spelanzani tendrá que correr a darle cuerda. Como en las
zapatillas rojas de Andersen, Olimpia canta y baila sin parar, pero Hoffman
pierde las gafas y comprende que Olimpia de quien él se ha enamorado, no es
humana. Cuando Copelius decide destruir a Olimpia, los invitados de Hoffman se
burlarán de él por el engaño. Será en el Acto Tercero, cuando se escuchará
“Belle nuit”, la barcarola de Offembach que te transportó a tu infancia en el
teatro Baralt de Maracaibo.
Maracaibo, martes 14
de mayo, del año 2022
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