La Oclocracia
Aldo Mariátegui, un periodista peruano se preguntaba hace poco por “las redes”: “¿Por qué somos tan estúpidos?” para finalmente rematar un interesante artículo preguntándose de nuevo, si acaso estamos destinados a ser una segunda URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Suramericanas) y al concluir en que Iberoamérica es el mejor ejemplo de que el concepto de OCLOCRACIA se transforma en algo absolutamente válido en Ciencias Políticas, finalizaba “
en palabras más rústicas preguntándose ¿Por qué somos tan pendejos”…Oclocracia o gobierno de la muchedumbre (en griego es ‘el poder de la turba’) es una de las
formas de degeneración de la democracia,
así como la monarquía puede
degenerar en tiranía, o la aristocracia en oligarquía. A veces se confunde a la olocracia con la tiranía de la mayoría, dado que ambos términos
están íntimamente relacionados.
Por ello es importante destacar
lo que el filósofo Mackintosh, recordaba, y es que existe la anaciclosis (una teoría cíclica de la sucesión de los
sistemas políticos, ya mencionada por Maquiavelo),
donde la oclocracia parece ser el
peor de todos los sistemas políticos, constituyendo el último estado de la
degeneración del poder.
Polibio llamó “oclocracia” al fruto de la acción demagógica: “Cuando la democracia, a su vez, se mancha de ilegalidad y violencias,
con el pasar del tiempo se constituye la oclocracia”. Polibio describe un ciclo
de 6 etapas que hace volcar la monarquía en la tiranía, a la que sigue la
aristocracia que se degrada en oligarquía, luego de nuevo la democracia piensa
remediar la oligarquía, pero zozobra, ya en la sexta fase, configurándose como
oclocracia, donde no queda más que a esperar “al hombre
providencial” que los reconduzca a la monarquía.
Durante la Edad Media se diferenció el
concepto de “pueblo” del de “muchedumbre” promovido por Thomas Hobbes(1588-1679) e
imperante hasta nuestros días. Según Hobbes el conjunto de ciudadanos queda
simplificado en una unidad como cuerpo único con voluntad
única, aunque sea una muchedumbre puede ser
considerada como pueblo,
mientras que el concepto de multitud rehúsa de esa unidad conservando su
naturaleza múltiple. De manera que no hay que confundir el concepto de “muchedumbre”
con la noción de “multitud”
promovida fundamentalmente por Baruch Spinoza.
Jean-Jacques Rousseau, en “El contrato social” define
oclocracia como "la degeneración de la democracia", y según el
“Vindiciae Gallicae” de James
Mackintosh (1765-1832) la oclocracia es la autoridad de un
populacho corrompido y tumultuoso, algo como el despotismo del
tropel, nunca el gobierno de un pueblo.
Aldo
Mariátegui nació en Lima en diciembre de 1964. Estudió
primaria en el Colegio Inmaculado Corazón y secundaria en el Colegio Santa
María Marianistas de Lima. Luego estudió Derecho en
la Pontificia Universidad Católica del
Perú; e hizo cursos del doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid;
tras concluir una maestría de periodismo del diario El País,
en convenio con la Universidad Autónoma de Madrid en España.
Mariátegui es un personaje
controversial para los medios peruanos. En noviembre de 2015 publicó el
libro El octavo ensayo, libro que es tanto una historia
pormenorizada de la izquierda peruana como una dura crítica contra ella. En
2016 Mariátegui empieza a conducir por primera vez en radio un programa
llamado Aldo Mariátegui en Capital en Radio Capital.
Fue
editor de la sección de Economía del diario peruano El Comercio, subdirector
del diario peruano Expreso y director
del diario peruano Correo.
En Latina en 2010 estuvo en el noticiero
matutino A primera hora; condujo, desde 2011 hasta enero de 2017,
el programa Sin medias tintas. A pesar de tener contrato vigente
hasta diciembre del 2017, Latina no solo rescindió sin motivo sus
servicios, Mariátegui los demandó en el Poder Judicial en lo laboral por su
contrato aún vigente y el proceso legal acabó en una transacción extrajudicial
a favor de Mariátegui.
En
sus columnas Mariátegui popularizó el término caviar para
referirse a los izquierdistas que no proceden de la clase trabajadora. Como director de Correo escribió
diariamente una columna de opinión que por sus frases mordaces contra la izquierda
resultaría muy polémica. Actualmente trabaja en el diario peruano Perú.21
En 2019 inició un programa de opinión llamado La Hora Caviar que fue transmitido por Willax Televisión y actualmente dirige su
microprograma Yo Caviar,
transmitido por Willax.
Para presentar ante ustedes a
Mariátegui como un periodista combativo, regreso a copiar una parte del prólogo
de mi novela “Ratones Desnudos”
donde hablaba sobre el
trabajo profesional de un periodista, “Él
se esforzó durante un par de años por indagar sobre el meollo de esta historia,
se acercó a ella buscando una aproximación íntima, y fue bebiendo de las
propias fuentes. Le vi,“ir a por ellas” como me decía él riendo, una entrevista
tras la otra, con la constancia y la pasión de un verdadero periodista
(“comunicadores sociales” les dicen ahora, y años atrás eran, “el cuarto poder”).
Hernando luchó denodadamente por esclarecer la verdad. En nuestros tiempos estos
hombres y mujeres, han pasado a ser casi los únicos que afrontan la realidad de
los hechos cambiantes. Ellos libran sus batallas en el plano profesional,
plenos de valentía, algunas veces corren más peligros que un reportero de
guerra en los Balcanes, pero salen adelante”.
Confiaremos en que
los periodistas que puedan decir y escribir lo que piensen han de sobrevivir a
este desparrame de populismo desbordado ya y desde hace años de las marmitas
del Foro de Sao Paulo.
NOTA: La referencia al artículo es de: “La Nueva antorcha” Periodismo de
verdad.com
Maracaibo,
miércoles 22 de junio del año 2022
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