viernes, 5 de mayo de 2023

Los Rabipelados


Los didelfimorfos (Didelphimorphia), zarigüeyas, tacuacines, raposas, calatrupas, carachupas, tlacuaches, chuchas, faras, zorras pelonas, zorras rabipeladas, chichicoalastos, o zarzaparrillas son un orden de mamíferos  marsupiales que agrupa a la mayor parte de los que pueblan en la actualidad el continente americano, que incluye 92 especies vivas, todas en la familia Didelphidae.


1-En la Argentina: les dicen “comadrejas” (un término equívoco, ya que las comadrejas son otros mamíferos placentarios) y también les dicen “mykurẽ” en el guaraní hablado en zonas del nordeste argentino. 2-En Bolivia: son las “carachupas”, equivocadamente igual les dicen “comadrejas”.3- En Colombia: se llaman zarigüeyas, faras, faros, runchos, raposas, chuchas o zorrochuchos. 4-En Costa RicaPanamáNicaragua y algunas partes de México (como Yucatán): son zorros o zorras. 5- En Chilellacas, kunguumas, comadrejitas. 6- En Ecuador: raposas, o huanchacas. 7- En El Salvadortacuazines o guasalos. 8- En España y Guinea Ecuatorialzarigüeyas. 9-En Guatemalatacuacines. 10-En Hondurastacuazines o guasalos. 11- En Méxicotlacuaches o tacuaches. ​12- En Nicaragua: zorros de cola pelada. 13- En Paraguaymykurẽ (en guaraní).14- En Panamá: zorras.15- En Perú: carachupas, muecas, huanchacos, o calatrupas. 16-En Uruguay, comadrejas overas. 17-En Venezuela: rabipelaos, churros,  quengues, faros o «zorros».

 

Los didelfimorfos son de los marsupiales más antiguos que han llegado hasta nuestros días, sin sufrir grandes variaciones anatómicas, por lo que pueden considerarse como fósiles vivientes. Aunque no hay datos de la existencia de estos animales en Australia y la Antártida, se supone que debieron habitarlas, pues ambos continentes estaban unidos a Sudamérica. El orden y la familia está clasificado desde hace años asi: Orden Didelphimorphia (Gill, 1872), Familia Didelphidae (Gray, 1821). Los didelfimorfos colonizaban prácticamente todos los ecosistemas, y entre ellos había especies con diferentes tipos de hábitos alimenticios.

 

A pesar de su capacidad de adaptación, estos animales prefieren los ambientes húmedos de la selva y el bosque templado, si bien son capaces de sobrevivir en diversos ecosistemas, incluyendo espacios relativamente áridos o bastante fríos. Es importante luego de mostrar su presencia y el continente centro y suramericano, hay que destacar que son los únicos marsupiales que aún pueblan la región del sur del subcontinente norteamericano. La zarigüeya de Virginia (Didelphis virginiana), cuyas poblaciones se extienden por numerosos hábitats de la mitad sur de Estados Unidos hasta Costa Rica. El resto de las especies del género se distribuyen únicamente por la región neotropical.

 

Los rabipelados son animales de mediano tamaño con dimorfismo sexual acentuado, pudiendo los machos alcanzar el doble de peso que las hembras. Su cuerpo está cubierto por una capa de pelo largo áspero de color variable bajo la cual existe otra de pelo blanco más corto y denso. La cabeza muestra un hocico acuminado con largas fimbrias extremadamente sensibles al tacto. La cara es pálida, y está surcada por una línea media negruzca sobre la frente. Otras bandas de tono similar cruzan los ojos, negros y redondos, que reflejan tonos rojizos cuando les da la luz directamente. Las orejas son estrechas y completamente negras en los adultos. Las extremidades son negras. La cola, con capacidad prensil es larga, de mayor longitud que el cuerpo. Las hembras poseen un marsupio bien desarrollado en cuyo interior se disponen un número variable de pezones (hasta trece) formando un círculo, además de otro pezón en el centro del mismo. Todas las especies son omnívoras, aprovechando prácticamente cualquier tipo de material comestible que encuentran en su constante deambular nocturno. Se alimentan de frutosgranosinsectos y otros artrópodos, de pequeños vertebrados o de carroña  como parte habitual de su dieta.

 

A pesar de la agresividad y el aspecto feroz que caracteriza a las especies de este género, con una boca capaz de abrirse más de 80º y bien armada de afilados dientes, cuando se sienten amenazados, al igual que otros didélfidos, en ocasiones fingen estar muertos en un estado catatónico tendiéndose lateralmente y dejando completamente flácida la musculatura. Con un electroencefalograma se puede evidenciar el estado de extrema alerta en el que realmente se encuentran. La hembra suele transportar a sus crías sobre el dorso, manteniendo el contacto con la cola, aunque se trata de un mito, la creencia generalizada de que cuelgan de ella como si fuesen racimos cuando la madre la coloca sobre el tronco, paralela al mismo.


 

Las hembras de estas especies son poliéstricas, o sea que tienen varios estros al año. Usualmente tienen dos partos anuales. Algunas hembras, pueden tener una tercera camada en el último trimestre del año. El periodo de gestación es de 12-13 días, tras los cuales pueden nacer hasta 20 crías, por lo que pueden ser más de las que se pueden acomodar en su bolsa o marsupio, que tienen un promedio menor de pezones (nueve las hembras de D. marsupialis y trece las de D. virginiana), siempre dispuestos en círculo.

 

El grado de desarrollo de las crías al nacer es ínfimo, pesando alrededor de 0’15 g de media. Sin embargo las uñas de las manos adquieren un gran desarrollo, ayudándose de ellas para aferrarse a la piel del vientre de la madre hasta alcanzar el marsupio. Aquellas crías que logran pegarse a los pezones, pueden mantenerse ahí, por al menos 60 días. Los jóvenes son destetados cerca de los 100 días de edad. Las hembras pueden alcanzar la madurez sexual entre los 6 y 8 meses de edad, por lo que la mayor parte de ellas podrán parir antes del primer año de vida. Parece ser que solo son activas sexualmente durante los dos primeros años de vida.

 

Algunas de las especies del género, como ocurre con D.marsupialis son portadoras de Trypanosoma cruzi, agente causal de la enfermedad de Chagas, asociándose también a estos marsupiales la chinche Triatoma dimidiata que es un insecto heteróptero de la familia Reduviidaehematófago y considerado uno de los vectores más importantes en la propagación de la enfermedad de Chagas.

 

Como un dato adicional, la carne de zarigüeya se ha convertido en un novedoso mercado al menos en Australia. Por su textura y sabor resultan agradables, poseen un bajo contenido de grasas, que la convierte en una carne magra y limpia. Su porcentaje proteínico está entre 14 % y 16 %, La carne de zarigüeya puede optimizarse a través de la adición de extensores y proteínas vegetales, así como de algunas especias y condimentos naturales.

 

Finalmente, para preservar la existencia de este marsupial, que se encuentra en peligro de extinción, la Universidad Nacional de Colombia ha impulsado un proyecto destinado a la incorporación de la chucha en el Pacífico Colombiano, con el objetivo de brindar nuevas estrategias alimenticias para la región.

Maracaibo, viernes 5 de mayo del año 2023.

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