viernes, 26 de mayo de 2023

La heroína del ADN


Para volver a hablar de Rosalind Franklin, y considerarla “la heroína del ADN” hay que mencionar a tres individuos que estaban activos para la época. 1-Linus Pauling, del Instituto Tecnológico de California, el químico más sobresaliente del país, como descubridor de la estructura del ADN. Pauling no tenía rival en la tarea de determinar la arquitectura de las moléculas v había sido un adelantado en el campo de la cristalografía de rayos X, una técnica que resultaría crucial para atisbar el corazón del ADN, pero con el ADN acabó convenciéndose de que la estructura era una hélice triple, no una doble, y nunca consiguió llegar a dar del todo con el procedimiento adecuado. 2-Francis Crick, quien había pasado los años de la guerra trabajando con Rosalind Franklin para el Gobierno británico en minas, las que explotaban para producir carbón. 3-James Watson, que era un niño prodigio estadounidense quien ya se había distinguido de muchacho como participante en un programa de radio llamado The Quiz Kids, y había ingresado en la Universidad de Chicago cuando sólo tenía quince años, para doctorarse a los veintidós y ahora estaba trabajando en el famoso Laboratorio Cavendish de Cambridge.

Es necesario señalar que más adelantados que estos tres hombres estaban dos personas quienes eran académicos del Colegio King de Londres, sus apellidos eran Wilkins y Franklin. El doctor M. H. F.Wilkins, era oriundo de Nueva Zelanda, y era una persona retraída. El personaje más enigmático de todos estos científicos era Rosalind Franklin, una mujer joven a quien Watson describió como una mujer muy poco razonable, reservada, quien siempre se negaba a cooperar y eso aparentemente era lo que más lo irritaba pues casi que era deliberadamente antierótica y aunque Watson admitia que “no era fea y podría haber sido bastante sensacional si se hubiese tomado un mínimo de interés por la ropa”, estoque podrían parecer detalles menores frustraban todas sus expectativas. Nunca usaba ni siquiera barra de labios, comentaria Watson asombrado, mientras que, para criticar su sentido del atuendo, diría que “mostraba toda la imaginación de las adolescentes inglesas que se las dan de intelectuales”. Sin embargo, tenía las mejores imágenes que existían de la posible estructura del ADN, conseguidas por medio de la cristalografía de rayos X, precisamente la técnica perfeccionada por Linus Pauling.

James Watson y Francis Crick han pasado a la Historia como 'padres' del uno de los grandes descubrimientos del siglo XX. Hace 70 años, estos científicos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) publicaron en la revista 'Nature' uno de tres artículos, el principal, que explicarían la estructura de la doble hélice de ADN, pero como en todas las cosas de real importancia, existe una leyenda que repite donde el hallazgo solo fue posible después de robarle los datos a Rosalind Franklin, una química física que trabajaba en el King's College de Londres.

Al parecer, Rosalind Franklin había obtenido la imagen de rayos X del ADN y la tenía delante de sus narices durante meses sin ser capaz de descifrarla, hasta que Watson la vio, y sin su permiso ni conocimiento, pudo entender al primer vistazo la famosa imagen, que ha sido considerada la “piedra filosofal” de la biología molecular. Su interpretación llevaría a Watson, Crick y a su colega Maurice Wilkins a ganar el premio Nobel de Medicina en 1962. Rosalind Franklin, quien murió de cáncer de ovario en 1958 a los 37 años, no pudo recibirlo y su contribución no fue reconocida.

“Pero eso no es lo que sucedió”, explican los investigadores Matthew Cobb y Nathaniel Comfort quienes han regresado a escribir recientemente en la revista 'Nature', y aclararían que al menos, no fue del todo así. Los autores, que preparan sendas biografías sobre Watson y Crick, han descubierto en el Churchill College, en Cambridge, el borrador de un artículo para la revista 'Time', escrito por una periodista en colaboración con Franklin, que finalmente no fue publicado y una carta ignorada de uno de los colegas de Franklin a Crick. Juntos, estos documentos sugieren una versión diferente de cómo se gestó el descubrimiento de la doble hélice.

Todo parece indicar que lejos de ignorar lo que estaba viendo, Rosalind Franklin lo comprendió y contribuyó a interpretarlo tanto como sus colegas masculinos. “Franklin tuvo que entender la Foto 51 ya que era una cristalógrafa experta y Watson usó aquel para él, momento dramático, de ver una imagen y de repente comprenderla como recurso literario. “Más allá de emocionar a Watson, esa imagen no era la llave mágica del secreto de la vida y no jugó ningún papel en la resolución real de la doble hélice”, le explicaría Comfort a el periódico. “Franklin merece más crédito. Fue una colaboradora igualitaria del equipo que resolvió la doble hélice, tal como lo describe el artículo abortado de la revista 'Time'”. A juicio de Comfort y de Cobb, la investigadora “dio importantes pasos iniciales hacia una solución, proporcionó datos cruciales y verificó el resultado”.

Para Comfort, la culpa de que la figura de Franklin haya llegado hasta nuestros días como una técnica sin conocimientos la tiene 'The Double Helix' (La doble hélice), el libro de Watson de 1968 en el que describe a Franklin, a la que apenas conocía, según el relato de su compañero Wilkins, quien le profesaba una notoria antipatía. La Fotografía 51 es el diagrama de rayos X de la forma B de las fibras de timonucleato de sodio (ADN). A pesar de su complejidad, se ha convertido en parte de la cultura popular. Es el tema de la obra de teatro 'Photograph 51' de Anna Ziegler, que protagonizó Nicole Kidman en Londres en 2015. La imagen también adorna una moneda británica de 50 peniques que conmemora el centenario del nacimiento de Rosalind Franklin, en 2020. Pero para Cobb y Comfort es injusto que la historia de la mujer que ayudó a interpretarla no se conozca correctamente.

Entender bien qué le ocurrió a Rosalind Franklin es crucial, porque se ha convertido en un modelo a seguir para las mujeres que se dedican a la ciencia. Según los autores, ella “no solo se enfrentó al sexismo rutinario de la época, sino también a formas más sutiles incrustadas en la ciencia, algunas de las cuales todavía están presentes en la actualidad”.

Para los autores, es «tentador» pensar cómo la gente podría recordar la historia del hallazgo del ADN si el artículo periodístico de Time hubiera sido publicado. «Desde el principio, Franklin habría sido representada como un miembro igual del cuarteto “que resolvió el problema, »y la mitad del equipo que articuló la pregunta científica, dio importantes pasos hacia una solución, proporcionó datos cruciales y verificó el resultado”.

La reciente investigación sobre una carta perdida y el artículo no publicado ahora sugieren que la investigadora Rosalind Franklin contribuyó al hallazgo de los fundamentos de la vida tanto como Watson y Crick.

Maracaibo, viernes 26 de mayo, del año 2023

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