Regresando al caso
Niehous…
Siete hombres armados irrumpieron en la
quinta Betchirro de la calle Isla Larga de la urbanización Prados del Este en
Caracas y con pañuelos empapados en éter adormecieron a Niehous, a su esposa
Donna y a la empleada del servicio doméstico, en presencia de sus hijos, Craig,
Mark y David, quienes con su mamá al día siguiente del secuestro, se fueron de
Venezuela sin saber si dejaban a su padre vivo o muerto. “No
cobraremos rescate. Será ejecutado. Lo consideramos enemigo de Venezuela”: era el contenido de una nota enviada a José
Emilio Castellanos, reportero de “El Nacional”, pero él, quizás por fortuna no
la recibió a tiempo porque estaba de viaje.
El industrial del vidrio, William Frank
Niehous fue secuestrado por la izquierda que aseguraba que Niehous era agente
de la CIA y había trabajado en Chile en 1973 durante el mismo tiempo que su
amigo el embajador de Estados Unidos, Harry Shlaudeman a quien sindicaban de
haber colaborado con los militares para el golpe y muerte del presidente
Salvador Allende. El secuestro de Niehous se produjo en el
gobierno de Carlos Andrés Pérez y se despejó en el de Luis Herrera Campíns.
Tres años cuatro meses y dos días duró secuestrado… “Lo escondieron en varias partes
del país, lo movilizaban de guarida”. “Sólo
le hablaban de política y siempre estuvo en cuartos pequeños”. “Un
año y tres meses llevaba Niehous en ese hato, El Dividive, cerca de Maripa”. La
“Operación Argimiro Gabaldón” se resolvió porque uno de los implicados, Iván
Padilla Bravo denunció a sus compañeros del Comando Revolucionario, brazo
armado de la Liga Socialista.
Otro de los implicados, David Nieves,
quien salió de la cárcel en 1978 al ser electo diputado (los gobernantes de
entonces respetaban la voluntad popular), también relató la historia del
secuestro. Desde Vigo, donde ejercía el consulado, Nieves reconoció que “el secuestro del industrial norteamericano
fue un auténtico horror político y que debieron soltarlo tras publicar en tres
medios de comunicación del exterior las denuncias de corrupción del gobierno de
Pérez en comunicados pagados por la Owens Illinois como parte del acuerdo de
liberación”. Cuando Hugo Chávez asumió la presidencia en el año 1999 llamó
a formar parte de su gobierno a los acusados del plagio.
Cuando la policía inició las
investigaciones, y capturó a Padilla Bravo, él “cantó” todo y delató a sus
camaradas, incluido el secretario general de la Liga Socialista, el dirigente
estudiantil Jorge Rodríguez. También Padilla Bravo, confesaría que Jorge
Rodríguez, no había aguantado la tortura y murió el 25 de julio de 1976; tenía
34 años de edad, y falleció a causa de infarto por hemorragia interna como
consecuencia de los golpes recibidos durante el interrogatorio. Los tres
policías responsables de la muerte de Rodríguez fueron sentenciados y pagaron
cárcel. Según Nieves, entonces cónsul venezolano en Vigo, “la policía cometió un error al asesinar a Jorge Rodríguez (padre) e
incluso hubo quienes querían en venganza ajusticiar a Niehous”.
¿Quiénes se quedaron con los 20 millones
de dólares que pagó la empresa Owens Illinois para liberar al empresario? Supuestamente
es un misterio aun no resuelto. Fernando
Soto Rojas, después del plagio huyó a Francia... De regreso en la era chavista
llegó a ser presidente de la Asamblea Nacional por un período. Mirelis Pérez
Marcano (quien custodió del norteamericano secuestrado) ocupó una curul por el
PSUV en el Parlatino. Hasta al delator, Padilla Bravo: el ministro Farruco
Sesto lo acogió en el ministerio de la Cultura...
De los tres hijos de Niehous, se sabe
que uno falleció y otros dos viven, casados y con hijos en los Estados Unidos. ¿Cómo
los afectó aquel crimen? ¿Se pasaron media vida imaginando las razones de
por qué les tocó vivir todo aquello? Nadie lo sabe, ni se interesa por
saber cuanto sufrieron debido a la desaparición de su padre, un hombre, un
gringo, que fue tan víctima del plagio como lo fue Jorge Rodríguez… De los
hijos del dirigente estudiantil caroreño, la otra víctima de aquel secuestro, si
es posible saber cómo les fue en su vida y donde están en la actualidad (2019).
De ellos, por confesión de parte y relevo de pruebas, su actuación pública es
notoria. Se conoce más de lo que sabemos sobre cualquiera de los miles de
venezolanos que en el país padecen hambre y tragedias, que son torturados a
diario de diversas maneras, sufriendo tormentos sin duda alguna, mucho más
sofisticadas y más crueles que aquel exceso que dejó sin vida a uno de los
secuestradores de William Niehous. Ahora, tras más de veinte años de
“chavismo”, estas son las palabras de Delcy Eloina, la hija de Jorge (padre) el
dirigente asesinado…“La revolución es
nuestra venganza por la muerte de nuestro padre y sus verdugos. Es la
oportunidad de demostrar lo profundamente humano que es el socialismo. No hay
odio”. Oiga pues, quién tenga oídos.
Mississauga, Ontario, miércoles 10 de abril, 2019
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