ADN mitocondrial: si se puede…
A través del artículo recientemente publicado por
el doctor Pedro Grases, hablábamos de que además del ADN nuclear cada una de
nuestras células contiene miles de copias de ADN mitocondrial y de cómo
en humanos, al igual que en la mayoría de mamíferos, la herencia del ADN
mitocondrial es materna, debido a que durante la fecundación el gameto que
aporta las mitocondrias es el óvulo (https://bit.ly/2Z1bEya). Así ocurre en la mayoría de los casos, pero un
reciente estudio publicado en Proceedings
of the National Academy of Sciences acaba demostrar que existen
excepciones a la norma general de que el ADN mitocondrial se hereda de la
madre. El equipo de investigadores responsable del trabajo encontró, en
contadas ocasiones que también se
produce una contribución paterna.
En general cada persona tiene un único genoma
mitocondrial, sin embargo, en ocasiones se puede observar un fenómeno
denominado heteroplasmia, que consiste en que una
misma célula tenga mitocondrias con diferentes moléculas de ADN. Por ejemplo, unas mitocondrias con mutaciones
y otras sin ellas. Esa característica del ADN mitocondrial, la heteroplasmia,
resulta ser un fenómeno que se puede presentar tanto en personas sanas como
asociado a algunas enfermedades humanas, en las que la carga de moléculas de
ADN mitocondrial con una mutación patológica es crucial. Por esta razón, cuando
a partir de los síntomas del paciente se sospecha de la existencia de una
enfermedad mitocondrial, es posible secuenciar el ADN mitocondrial para ver si
tiene mutaciones patológicas responsables.
Los investigadores hallaron un paciente que
presentaba síntomas compatibles con una enfermedad de herencia mitocondrial
pero cuyos resultados de secuenciación eran anómalos. El análisis preliminar
del paciente no había encontrado ninguna mutación patológica, sin embargo,
presentaba múltiples variantes heteroplásmicas, a un nivel anormalmente alto.
Al analizar diferentes miembros de la familia, los investigadores encontraron
que se había producido una transmisión biparental del ADN mitocondrial en la
familia en algunos de los miembros, incluyendo la abuela del paciente. Es
decir, que estas personas habían recibido ADN mitocondrial tanto de sus madres
como de sus padres. El método utilizado por los investigadores además, para
excluir cualquier error técnico asociado al laboratorio, la secuenciación de
ADN se repitió en tres laboratorios diferentes, con distintos profesionales
técnicos y con muestras de sangre independientes. El equipo confirmó los
resultados en dos familias similares a la primera analizada, y en ambas
familias los investigadores encontraron que en algunos de sus miembros se había
producido transmisión biparental del ADN mitocondrial.
Si bien la herencia materna del ADN mitocondrial
sigue siendo la predominante los resultados del trabajo demuestran que el ADN
mitocondrial también puede ser transmitido por el padre, algo que hasta el
momento se pensaba que no ocurría. Por
último, el trabajo también presenta interesantes aplicaciones médicas al abrir
una nueva vía de investigación sobre cómo evitar los efectos de la transmisión
de ciertas mutaciones en el ADN mitocondrial materno. De momento, la única
posibilidad para evitar la transmisión de ADN mitocondrial con mutaciones a la
descendencia es recurrir a técnicas de reemplazo mitocondrial. Esta
aproximación, utilizada con éxito hace dos
años para evitar el síndrome de Leigh, no está disponible en todos
los países, además de ser compleja y costosa.
Referencia: Luo S,
et al. Biparental Inheritance of Mitochondrial DNA in Humans. Proc Nat Ac Sci.
2018. Doi: https://doi.org/10.1073/pnas.1810946115
Mississauga, Ontario, martes 9 de abril, 2019
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