Las desdichas de un exitoso escritor
Esta es una historia triste de un joven norteamericano, brillante escritor de cuentos, poco conocido, quien inventó aquello de “República Bananera” y de quien curiosamente, su seudónimo se puede confundir con el nombre de un chocolate con caramelo y maní…
O. Henry fue el seudónimo utilizado por el escritor norteamericano William Sydney Porter. No debe confundirse con Oh Henry!, la barra de chocolate con maní y dulce de leche. Los cuentos cortos de O. Henry son conocidos por su ingenio, juegos de palabras, y cálidas caracterizaciones con finales inesperados. William Sydney Porter (1862-1910) nació en Greensboro, Carolina del Norte, y poco después de nacer, su padre, un médico, y el infante se mudaron con su abuela materna porque Mary Jane Virginia Swaim Porter su madre había muerto por tuberculosis.
Desde niño, Porter leía desde los clásicos y sus obras favoritas eran Las Mil y Una Noches, y el libro, Anatomía de la Melancolía de Burton. En 1881, de 19 años, se licenció como farmacéutico. En la farmacia, esbozaría dibujos de la gente del pueblo. En el rancho de ovejas de Richard Hall, ayudó como pastor, peón, cocinero y niñero. Viajó con Richard a Austin en 1884, donde trabajó como farmacéutico y luego como dibujante, cajero de banco y periodista. En Austin, actuó en los grupos de teatro, él era un buen cantante y músico. Tocó la guitarra y la mandolina. Fue miembro del "Cuarteto de Hill City". Porter comenzó a cortejar Athol Estes, de diecisiete años quien estaba enferma de tuberculosis. En julio de 1887, Porter se fugó con Athol y se casaron. Athol animó a su marido para dedicarse a sus escritos. Athol dio a luz a un hijo en 1888, quien murió horas después del nacimiento, y luego en septiembre de 1889, a una hija, Margaret Worth Porter. El joven Porter continuó sus contribuciones de escritura a revistas y periódicos. Trabajando en la Oficina del Departamento de Construcción, en Austin Texas, comenzó a desarrollar personajes y tramas de cuentos, "El Gobierno de Georgia" (1900), y "Tesoro Enterrado" (1908).
Porter iniciaría su trabajo como cajero y tenedor de libros del First National Bank de Austin. Fue descuidado en mantener sus libros y en 1894, fue acusado por el banco de malversación de fondos. Así perdió su trabajo, pero no fue procesado. Trabajó de tiempo completo en un semanario humorístico llamado The Rolling Stone que incluía sátiras sobre la vida, la gente y la política e incluía los cuentos de Porter y sus bocetos. Se mudaron a Houston en 1895, donde comenzó a escribir para el Washington Post. Estando en Houston, el First National Bank de Austin fue auditado y descubrieron la malversación de fondos que habían conducido a su despido, y fue arrestado. Su suegro de pagó una fianza, pero un día antes de que Porter debía presentarse a juicio, en julio de 1896, huyó, primero a Nueva Orleans y luego a Honduras. Vivió encerrado en un hotel de la ciudad hondureña de Trujillo durante varios meses, y allí escribió Coles y Reyes, cuentos donde acuñó el término "República Bananera" para describir el país de Honduras, que posteriormente se utilizaría para describir casi a cualquier pequeña, e inestable nación tropical de América Latina.
Athol y Margaret de regreso en Austin vivirían con los
padres de Athol, pero por desgracia, ella
nuevamente se enfermó. Cuando Porter se enteró de que su esposa se estaba
muriendo, él regresó a Austin en febrero
de 1897 y se entregó a la corte, en espera de una apelación. Athol Estes Porter
murió el 25 de julio de 1897, de tuberculosis (entonces conocida como tisis). William Sydney Porter, teniendo poco que decir
en su propia defensa, fue declarado culpable de malversación de fondos en
febrero de 1898, y condenado a la cárcel por cinco años. Mientras estuvo en
prisión, llegó a tener catorce historias publicadas bajo varios seudónimos,
llegando a ser más conocido como "O.
Henry", un seudónimo que apareció por primera vez en la historia "Silbando
el Repertorio de Navidad de Dick” en diciembre de 1899 en, McClure Magazine. Porter fue puesto en libertad el 24 de julio
de 1901, por su buena conducta tras cumplir tres años, y se reunió, en
Pittsburgh con su hija Margarita, para ese entonces de 11 años.
En sus días, Porter fue considerado como la presencia
estadounidense de un Guy de Maupassant, en particular por los finales inesperados de sus historias.
Las de O. Henry, en realidad eran mucho más traviesas, y son reconocidas por su narración ingeniosa,
la mayoría ambientadas en su propio tiempo, a principios del siglo 20, tratan,
en su mayor parte, de gente común: empleados, policías, camareras. Muchas
tienen lugar en la ciudad de Nueva York. (En internet pueden leerse
traducciones al español y en “audio-libros”). Algunas de sus mejores y menos
conocidas obras se encuentran en su libro Repollos y Reyes que fue su primera
colección de cuentos, seguida de, Los Cuatro Millones. O. Henry tenía gran afecto
Nueva York, la que calificó de “La Bagdad en el Metro,” y muchas de
sus historias se desarrollan allí, mientras que otras se ubican en otras pequeñas
ciudades. "El Regalo de los
Reyes Magos", trata sobre una joven pareja que está escasa de
dinero; "El Rescate del Jefe
Rojo", en donde dos hombres secuestran a un niño de diez años; "La Policía y el Homeless",
sobre un vagabundo de Nueva York llamado jabonoso, quien se las arregla para
ser arrestado, y evitar así el dormir en la calle en el frío invierno; "Una Reforma Obtenida",
que narra la historia de Jimmy Valentine, ladrón de cajas fuertes…
El período de escritura más prolífico de Porter se inició en 1902,
cuando se mudó a Nueva York para estar cerca de sus editores. Allí, escribió 381 cuentos. Él escribió una
historia a la semana durante más de un año para la revista del, New York World Sunday Magazine. Su ingenio,
caracterizaciones, y tramas inesperadas eran adorados por sus lectores. Porter
se casó de nuevo en 1907, con su novia de la infancia, Sarah Coleman Lindsey,
con quien se reunió de nuevo después de visitar su estado natal de Carolina del
Norte. Él era un bebedor fuerte y su salud se deterioró considerablemente en
1908, lo que afectó su escritura. En 1909, Sarah le dejó, y William Sidney
Porter murió el 5 de junio de 1910, de
cirrosis del hígado, complicaciones de la diabetes, y del corazón, a la edad de
47 años. Después de los servicios fúnebres en Nueva York, fue enterrado en el
cementerio de Riverside en Asheville, Carolina del Norte. Su hija, Margaret
Worth Porter, quien murió en 1927, fue enterrada junto a su padre.
Mississauga,
Ontario, jueves 11 de abril de 2019
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