Viridiana,
la palma y el escándalo de Buñuel
En el 2017 ya se ha
cumplido más de medio siglo del estreno de Viridiana, la
película con la que Luis Buñuel ganó en 1961,la Palma de Oro en Cannes, algo que jamás ha vuelto a
repetirse. El mundo estuvo conmocionado y escandalizado porque se otorgaba la
Palma de Oro y la ganaba una película española, Viridiana, un
hito. El motivo del escándalo no era la
nacionalidad del filme sino su contenido. Luis Buñuel, en la cima de su prestigio, no recogió el premio más
importante del cine mundial porque
estaba enfermo en París y en su lugar lo hizo el director general de
cinematografía de la época, José María Muñoz Fontán, a quien la osadía le costó
el puesto.
Luis Buñuel, fue un genio del cine, como los
verdaderamente grandes Kurosawa, Coppola, Mizoguchi, Bergman, Bresson, Malick,
Antonioni, y Polanski. Buñuel regresaba a España tras un largo exilio mexicano,
cuando el régimen franquista parecía propiciar cierta reconciliación. La estrategia del cineasta para burlar a la
censura fue hacer pasar a la película por una especie de culebrón mexicano
protagonizado por una piadosa Silvia Pinal, que aunque decide abandonar el
convento se empeñará en llevar sus ideas cristianas hasta sus últimas
consecuencias. La
productora, Uninci, vivió con Viridiana su cénit y su final, ya que
se le prohibió tajantemente rodar ninguna otra película. El ministro de
Información y Turismo del Estado español, Gabriel Arias Salgado, ordenó la destrucción de todas
las copias después de que El periódico de la Ciudad del Vaticano L'Osservatore Romano criticó con dureza
la «impiedad y la blasfemia» de la obra, lo
que provocaría una campaña de promoción gratuita para la productora.
Afortunadamente, sobrevivió una copia en París y el productor de la cinta,
Gustavo Alatriste, pudo estrenarla en todo el mundo bajo bandera mexicana. La
"campaña de promoción" sin embargo tuvo numerosos efectos
desoladores. No
sólo Uninci, también el otro productor, Pere Portabella, tuvo que abandonar el
cine debido al escándalo. La película
no se estrenó en España hasta el 23 de Mayo de 1977, dos años después de la
muerte de Franco. Al parecer, el dictador vio la película dos veces y no
encontró ningún motivo para prohibirla. Pero la condena del Vaticano pesó más
que su propio criterio.
Viridiana
está basada en la novela “Halma”, de Benito Pérez Galdós. La
actriz mexicana Silvia Pinal tuvo su primer contacto con Buñuel a través del
actor mexicano Ernesto Alonso, con la intención de protagonizar la versión
cinematográfica de la novela “Tristana”, pero dado el poco éxito
comercial de las películas de Buñuel los productores no aceptarían la idea.
Curiosamente Buñuel filmaría la película Tristana,
otra novela de Benito Pérez Galdós, varios años después en España con Catherine
Deneuve como la protagonista. Años después, Silvia, con ayuda de su segundo
marido, el productor Gustavo Alatriste, buscaron a Buñuel en España y lo
convencieron de filmar Viridiana.
Buñuel se inspiró en una figura religiosa, Santa Viridiana, para delinear la
apariencia de la protagonista.
El guión de Viridiana
lo escribiría Buñuel al alimón con Julio Alejandro, con quien ya había
trabajado en la magistral ‘Nazarín’
(1959) y que también le ayudaría en futuros proyectos. Una novicia
absolutamente casta y pura, sale del convento para visitar a su tío (Fernando
Rey), que le ha pagado siempre sus estudios, y al verla, se enamora de ella, en
parte porque le recuerda a su difunta esposa, y tratará de engatusar a la
ingenua de su sobrina. Le prueba los zapatos de tacón y la obliga a vestirse
con el traje de novia de su mujer. Tratará de violarla mientras duerme y aunque
no lo hace, a ella le dice que lo ha hecho y que, deben casarse. Pero abrumado
por la pena y la culpa, el tío de Viridiana se suicida. La joven Viridiana
sintiéndose culpable renuncia a los hábitos para dedicarse a acoger y cuidar a
los mendigos que rondan las posesiones de su tío, hasta la llegada de Jorge
(Francisco Rabal), heredero directo de las posesiones de don Jaime, quien viene
acompañado de su amante para hacerse cargo de la hacienda… En una escena, unos vagabundos
aprovechan la ausencia de los dueños de la casa y hacen una gran comilona y se beben
el vino, luego, un leproso cita la Biblia cambiando la letra, y se toman una
fotografía en donde posan exactamente como Jesús y los doce apóstoles en el
cuadro de La últma cena de Leonardo,
donde el ciego y más desarrapado de los vagabundos es Jesús. Buñuel era un hombre sensible y generoso a pesar de su aspecto hosco y se encariñó
especialmente con el actor que hacía de leproso, el único vagabundo real de
todo el reparto, e hizo gestiones para que se le pagara lo mismo que al resto.
Asimismo, al parecer se
lamentaba de que en España no hubiese tantos enanos y jorobados como en México.
Cuando la película
fue prohibida en España e Italia, Buñuel, le salió al paso de las
interpretaciones de que su historia mostraba una crítica a la caridad por la
caridad misma y una sátira del idealismo cristiano, y comentó: “...las imágenes se encadenaron en mi
cabeza, unas tras otras, formando una historia. Pero nunca tuve la intención de
escribir un argumento de tesis
que demostrara, por ejemplo, que la caridad cristiana es inútil e ineficaz.
Solo los imbéciles tienen esas pretensiones”.
Maracaibo, 13 de febrero del 2017
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