Cuando era un muchacho de 9 a 10 años, tuve un profesor de piano… Alvino Solivo, semanalmente me fue instruyendo en descubrir la música en los secretos del Wurtlizer de la casa, el piano que solamente era usado por mamá. Ante una acuarela con un paisaje de Venecia, que enmarcado se sostenía ante el piano, se suponía que yo, ya ducho en teoría y solfeo, debería ejercitarme con Hanon el pianista virtuoso, Czerny y muchos ejercicios de autores que no recuerdo, quizá porque no los estudiaba. Esto me llevó a que sabiendo ya cómo mover mis dedos para sacar los sencillos acordes que llegaban a mi mente, abandonase mis rigurosas clases, lamentablemente.
Entre las sencillas partituras que aprendí a leer y a interpretar, una de ellas recuerdo con especial cariño; era “La canción del toreador” y desde entonces supe que era de “Carmen” la ópera del músico francés George Bizet. El piano siguió en su sitio y lo hacía sonar mamá, interpretando entre otras la Polonesa de Chopin, mientras yo intentaba crear acordes de música popular… Más adelante, ya en bachillerato, nuestro genial compañero “el viejo” Pablo Lasala nos deleitaba con el concierto para piano y orquesta de Serguei Rachmaninoff mientras nosotros soñábamos con la Marilyn del filme “viviendo arriba” y padeciendo todos “la comezón del séptimo año”.
Me parece que ya he contado como fue que en mi primera visita a Budapest, en un hotel de la cadena Internacional, y detrás del telón de acero, estando bajo la regadera con agua tibia, -toallas gruesas con olor a lavanda, lozas con flores azules- mi sorpresa fue grande al escuchar en el televisor encendido, los compases de “la canción del toreador” y corrí secándome hasta el televisor para admirar atónito, a Harry Belafonte y a Dorothy Dandridge cantando en la película Carmen Jones, doblada en un idioma que no entendía -no sabía si era ruso, o húngaro- y recuerdo que sin doblaje en las canciones, Carmen le decía a su amado militar …“You are for me and I am taboo”. Carmen Jones la película musical de 1954 fue protagonizada por Dorothy Dandridge y Harry Belafonte, y estuvo producida y dirigida por Otto Preminger.
Después, o antes y desde siempre, escuché y sabía de “Carmen la que contaba dieciséis años, Carmen la hermosa de la pradera, que linda era, con su sonrisa Carmen de primavera” y puede que siguiera luego con el señor juez que le diga la verdad, que se ido el carnaval y uno escuchaba aquel merengue por Los Cañoneros o Los antaños del stadiun, música muy caraqueña, pero lo cierto es era que esta Carmen, siempre era para mí la imagen de la bella hija de Charles Barry y Ligia Lezama, la inolvidable Mayra Alejandra. La había visto en el cine. Carmen la que contaba 16 años es el título del filme de 1978 de Roman Chalbaud representando a la famosa -allí tropicalizada- Carmen de Bizet, con un Miguel Ángel Landa de Guardia Nacional celoso y William Moreno el torero que no era Escamillo, ni el ambiente era otro que el característicamente sórdido del cine de Chalbaud.
Días atrás (https://tinyurl.com/puy3tn2h) hablaba del Monte Carmelo y de la virgen del Carmen y entre tantas doctoras de cuantas me tocó conocer durante mi “exilio capitalino” en el IAP de la UCV, formando “los anatomopatólogos del futuro”, conocí muchas colegas, todas hermosas y recuerdo a varias Carmelas, una era Camauta y otra de estirpe hispana, era Carmenchu, quien usaba rímel en su ojos negros y a veces dejaba el rastro de su mirada en los oculares de los microscopios, pero hay una muy especial que es primerísima, la única neuropatóloga de Venezuela. Carmen Lara, quien siempre fue una brillante y competitiva estudiante y es ahora la heredera de los conocimientos de Jesús Enrique, -Henry- González Afonso. Contamos con ella en Neuropatología.
En mi adolescencia conocía a una Carmencita que era muy querida de todos y tenía una mamá que se vestía de andaluza llena de pepas y faralaos y usaba “robacorazones” en sus peinados. Íbamos siempre a sus cumpleaños en los predios de la avenida Rafael María Baralt, pero con los años fue una muy triste noticia cuando supe que había fallecido en el terremoto de Caracas del año 64.
Hace unos días en el mes pasado(https://tinyurl.com/536jjj5b) hablábamos en este blog del “El Arreglito” una habanera creada por el músico vasco Sebastián Iradier y de cómo fue que Bizet la tomaría “prestada” para su ópera Carmen. Ahora todos podemos por YouTube escuchar en la voz de Maria Callas la melodía de la famosa habanera de Carmen “El amor es un pájaro rebelde” y así es como he regresado mentalmente al piano de mi casa, a mi madre y a la canción del toreador.
Georges Bizet(1838-1875) fue un compositor francés muy exigente, nacido en una familia de músicos, ingresó en el Conservatorio de París con tan sólo nueve años. En 1857 gano un prestigioso Premio de Roma que le permitió proseguir su formación en Italia. De regreso a Francia, compuso las óperas Los pescadores de perlas (1863), La hermosa muchacha de Perth (1867), y La arlesiana (1872), sin mucha suerte hasta Carmen (1875) considerada obra maestra del teatro lírico galo.
La caracterización musical y dramática de Carmen (1874-1875), la convertiría en una de las obras de más éxito en la historia de la ópera, y aunque el estreno de Carmen fue casi un fracaso, seria precisamente este mismo realismo el que liberó el genio de Bizet. Profundamente afectado por violentas e injustas críticas, Bizet falleció la noche de la trigésimo tercera representación de Carmen. Poco antes había destruido la mayor parte de sus manuscritos que vacilaba en confiar a un editor…
NOTA: Para mis consecuentes lectores; aunque este blog anda desde 2013 y a diario he tratado de escribir desde el 2019, debo ausentarme al hermano país para gestionar la visa americana en el pasaporte, y esto me obligara a hacer un receso de unas dos semanas. Espero regresar a mediados de este mes de septiembre.
Maracaibo, sábado 9 de septiembre del año 2023
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