lunes, 21 de abril de 2025

Binomio diabólico

 

Daniel Ortega se casó en 1979 con Rosario Murillo Zambrana (Managua,1951), quien es la Vicepresidente de Nicaragua. El binomio político de Ortega-Murillo es un elemento indispensable para entender a este dictador. Con Rosario Murillo, Ortega tuvo una relación que fue evolucionando en la medida en que él sufriría ciertos golpes.

 

Cerca de las elecciones de 1990, supuestamente Murillo le advirtió a Ortega (https://surl.li/gflmoq) que iba a perder, mientras él la apartaba por completo de su campaña, pero sería desde aquella derrota, cuando él regresó a refugiarse en ella y ese refugio en Rosario se incrementaría con un infarto y paradójicamente se consolidaría tras la denuncia por abuso sexual de Ortega a la hija de Rosario.

En marzo de 1998 Zoilamérica Narváez Murillo, hijastra de Daniel Ortega, por entonces diputado en la Asamblea Nacional, denunció en varios medios de prensa que este le había infligido abusos sexuales y agresiones físicas y psicológicas desde los doce años hasta fecha reciente a la denuncia…

 

Actualmente, Daniel Ortega desde la presidencia de Nicaragua con Rosario Murillo dirige una severa represión con muchos muertos confirmados; “el problema es que Daniel Ortega ya se manchó las manos de sangre en su Gobierno”…

 

El jueves 3 de abril este año 2025, un informe del Grupo de Expertos en Ginebra concluiría en que todos los funcionarios señalados desempeñaron un papel fundamental en la ejecución de políticas de represión, vigilancia, tortura, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, despojo de nacionalidad y confiscación de bienes. Todos actuaron con la coordinación de Daniel Ortega y Rosario Murillo, quienes dirigen el aparato de mando represivo, que tan solo en 2018 ejecutó a más de 350 personas con disparos letales dirigidos a sus cabezas, cuellos y tórax. Además, se suman casi 900.000 nicaragüenses desplazados a otros países en los últimos siete años como consecuencia de la persecución política y la precariedad económica aparejada a la falta de libertades.

He aquí la lista de los represores del dictador Ortega señalados por Naciones Unidas: 

1Marvin Ramiro Aguilar, magistrado, presidente en funciones de la Corte Suprema de Justicia; 2Venancio Miguel Alaniz Ulloa, subdirector administrativo en la Dirección del Sistema Penitenciario; 3Ramón Antonio Avellán Medal, subdirector general de la Policía Nacional; 4Julio César Avilés Castillo, comandante en jefe del Ejército Nacional; 5Luis Roberto Cañas Novoa, viceministro del Interior; 6Leónidas Nicolás Centeno Rivera, alcalde de Inotega; 7Karen Vanessa Chavarría Morales, jueza; 8Evertz Delgadillo Moreno, execretario político departamental del Frente Sandinista en León; 9Nahima Janett Díaz Flores, directora general del Instituto de Telecomunicaciones y Correos; 10Francisco Javier Díaz Madriz, director general de la Policía Nacional; 11Manuel Salvador Gaitán, general de brigada; 12Roberto Clemente Guevara Gómez, alcaide de la Penitenciaría de Máxima Seguridad La 300; 13Ana Julia Guido Ochoa, fiscal general; 14Leonel josé Gutiérrez López, jefe de Inteligencia y Contrainteligencia del Ejército; 15Denis Manuel Hernández Martínez, coronel de infantería; 16Roberto José López Gómez, presidente del Instituto Nicaragüense de la Seguridad Social; 17Adolfo Joel Marenco Correa, exsubdirector de la Policía Nacional; 18Vladimir Ilich Martínez Jarquín, coronel de artillería; 19Juana Méndez Pérez, magistrada; 20Néstor Moncada Lau, asesor presidencial de Seguridad e Inteligencia; 21Henry Antonio Morales Olivares, exmagistrado; 22Wendy Carolina Morales Urbina, procuradora general de la República; 23Javier Antonio Morazán Chavarría, fiscal; 24Fidel Antonio Moreno Briones, secretario general de la Alcaldía de Managua; 25Rosario María Murillo Zambrana, vicepresidenta de Nicaragua; 26Julio Guillermo Orozco, director general del Sistema Penitenciario Nacional; 27Pedro Amílkar Orozco, excoordinador de la Juventud Sandinista; 28José Daniel Ortega Saavedra, presidente de Nicaragua; 29Marvin Antonio Paniagua Pineda, general de brigada; 30Álvaro Martín Peña Núñez, coronel; 31Luis Alberto Pérez Olivas, comisionado general; 32Gustavo Eduardo Porras Cortés, presidente de la Asamblea Nacional; 33Alba Luz Ramos Vanegas, expresidenta de la Corte Suprema de Justicia; 34Álvaro Francisco Rivas Castillo, coronel de infantería; 35José Hilcias Rizo Rizo, coronel de infantería; 36Farle Roa Traña, comisionado mayor; 37Horacio Sebastián Rocha López, comisionado general de la Policía, exministro asesor del presidente; 38Filiberto Jacinto Rodríguez López, diputado; 39Ernesto Leonel Rodríguez Mejía, magistrado; 40Luis Gerardo Rodríguez Olivas, magistrado; 41Bayardo Ramón Rodríguez Ruiz, jefe del Estado Mayor del Ejército; 42Octavio Ernesto Rothschuh Andino, magistrado; 43Milton Ruiz García, excoordinador de la Juventud Sandinista; 44Juan Victoriano Ruiz Urbina, de la Policía; 45Gloria María Saavedra Corrales, jueza; 46Zhukov Serrano Pérez, subdirector de la Policía Nacional; 47Nadia Camila Tardencilla Rodríguez, jueza;48William Trujillo Vega, subcomisionado del sistema penitenciario; 49Justo Pastor Urbina, jefe de Operaciones de la Policía Nacional; 50Franya Ya-Rue Urey Blandón, del Ministerio de Gobernación; 51Juan Antonio Valle Valle, jefe de Vigilancia y Patrullaje de la Policía Nacional; 52Douglas Roberto Vargas Flores, inspector del Ministerio Público; 53Sadrach Zeldón Rocha, alcalde.

Una fotografía muestra a Rosario Murillo, Daniel Ortega y el General Julio César Áviles Castillo en septiembre del 2020. Ahora en abril de 2025, la “copresidenta” asumió la semana pasada el control directo de las Fuerzas Armadas del país centroamericano a través de una “reforma exprés” aprobada por unanimidad por la Asamblea. Nombrada como jefa suprema del ejército, Murillo tendrá según el nuevo Código Militar, el mismo margen de acción ante los militares que su esposo.

La medida pone en manos de la pareja presidencial cualquier decisión sobre las operaciones militares, y evidencia la ausencia absoluta de contrapesos institucionales en Nicaragua. El poder legislativo, el judicial y la arquitectura electoral convertida en un sistema de partido único responden a la voluntad de los “copresidentes”, una figura oficializada el pasado noviembre en la última reforma de la Constitución. 

La promulgación del nuevo Código Militar llega acompañado de otra decisión de la pareja presidencial dando carta a otro ejército con capacidad para operar al margen de las Fuerzas Armadas con la juramentación de 76.800 paramilitares, una legión, conformada en su mayoría por empleados públicos con pasamontañas, que tienen la misión de proteger a la cúpula sandinista ante cualquier amenaza para su permanencia en el poder.

Estos funcionarios obligados a asistir a campos de entrenamientos para prepararse ante “cualquier intentona golpista” son similares a los “círculos de escuadristas” que llevan años al servicio de Ortega y Murillo y que en 2018 fueron los principales responsables del asesinato de 350 manifestantes opositores en la última gran oleada de protestas contra el régimen. ¿Le ven alguna similitud con algo que conozcan?

La pareja presidencial obsesionada con la posibilidad de un levantamiento social, mantiene un estado de vigilancia obsesiva que imposibilita no solo cualquier intento de mediación para explorar una vía de diálogo, sino que ha aumentado la represión de los disidentes y el aislamiento del país. Una situación cada día más insostenible que aumenta el profundo el dolor de los nicaragüenses.

En Managua se dicen que ahora “hay chinos como arroz picao”… En memoria de mi querido primo Ernesto, me toca recordar que: “quien tenga oídos que oiga y quien tenga ojos, que vea...

Maracaibo, lunes 21 de abril del año 2025

 

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