Antes de Cajal y de Golgi,
la disciplina que hoy conocemos como Neurociencia no existía. La teoría celular
fue enunciada a principios de 1839 por el botánico M. J. Schleiden y el zoólogo
T. Schwann, y establecía que todos los tejidos del cuerpo están compuestos por
células individuales. Sin embargo, fue R. Virchow quien introdujo el concepto
de individualidad biológica, considerando la célula como el componente
elemental que especifica la materia viva. Además, Virchow y Remak eran los
científicos por excelencia.
Juan A. De Carlos, y
José Borrell en agosto del 2007, publicarían en el Volumen 55,
Número 1 de la Revista “Reseñas de
investigación cerebral ”un artículo en el cual regresan a
examinar las circunstancias que llevaron los dos investigadores Camillo Golgi y
Santiago Ramon y Cajal a compartir el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1906.
En 1906, el español
Ramón y Cajal y el italiano Camillo Golgi ambos eran científicos reconocidos
que habían realizado numerosos descubrimientos importantes sobre la anatomía
del sistema nervioso, cada uno defendía una postura diferente y además
contradictoria en relación con la organización íntima de la substancia gris que
compone el cerebro.
Cajal compartió el honor del Premio
Nobel con Camillo Golgi, científico italiano de la Universidad de Pavía. Según
el Instituto Karolinska, ambos científicos fueron galardonados con este premio
en reconocimiento a su trabajo sobre la estructura del sistema nervioso, sin
embargo, hay que destacar que cada uno de ellos tenía su propia concepción del
sistema nervioso.
Mientras que Golgi creía que el
sistema nervioso estaba compuesto por una red difusa formada por la anastomosis
de los procesos axónicos, Cajal defendía la individualidad de la célula
nerviosa. Como resultado, las conferencias Nobel correspondientes representaron
una defensa de estas dos teorías contradictorias, la doctrina reticular y la
doctrina neuronal
El otorgamiento del premio Nobel fue
posible gracias al descubrimiento por parte de Golgi de un nuevo método
histológico para impregnar tejido capaz de teñir toda la célula nerviosa
(Golgi, 1873). Desafortunadamente, este método (“La reazione nera”) no
tuvo un gran impacto en el mundo científico de la época, ya que los científicos
franceses y alemanes seguían una disciplina severa por la cual los
especialistas eran deshonrados al trabajar con métodos ajenos,
Cajal aprendió a usar el método de
Golgi en 1887 cuando
ejercía como catedrático en la Universidad de Valencia, y Cajal tuvo que viajar
a la capital española. Aprovechó su viaje para visitar al doctor Luis Simarro,
reconocido psiquiatra y experto en histología quien solía impartir clases en un
laboratorio que había instalado en su propia casa y le mostró a Cajal algunas
preparaciones impregnadas con la tinción
histológica de Golgi.
Cajal quedo muy impresionado con
estas preparaciones y comenzó a usar el método de Golgi en su propio
laboratorio. Sin embargo, aunque este método tiene ventajas inexplicables, era
demasiado impredecible. Por lo que Cajal llegó a la conclusión de que, si
deseaba comprender mejor el sistema nervioso, tendría que definir las
condiciones de la reacción cromo-plata de forma más estricta y adaptarla a cada
circunstancia particular.
Cajal modificó el método, variando la
duración de la inmersión del tejido en la solución de osmio bicrómico, según la
estructura nerviosa que deseaba estudiar, el animal utilizado y su edad, e ideo
el método de la doble impregnación, con resultados impensables. Al comprobar
que la mayoría de las fibras mielinizadas no estaban impregnadas, Cajal decidió
utilizar animales jóvenes e incluso embriones, cuya mielinización aún no se
había producido y este habría de ser su método ontogenético o embriológico, que
resultó enormemente fructífero y le ayudó a realizar innumerables
descubrimientos.
“Si se elige bien la etapa de
desarrollo, las células nerviosas, relativamente pequeñas, sobresalen por
completo en cada sección. Las ramificaciones terminales del cilindro axial se
representan con mayor claridad y se aprecian perfectamente libres. Los nidos
pericelulares, que son las articulaciones interneuronales, parecen simples,
adquiriendo gradualmente complejidad y extensión. En resumen, el plan fundamental
de la composición histológica de la materia gris se presenta ante nuestros ojos
con admirable claridad y precisión (Cajal, 1917).
El método descubierto por Camillo Golgi fue
publicado en 1873 (Golgi, 1873) y como se ha señalado anteriormente, fue popularizado
por Cajal quien lo modificó e introdujo una serie de refinamientos relativos a
las especies y edades de los animales a estudiar, así como a las estructuras
cerebrales a examinar. Ya hemos comentado en este
blog como el doctor Achucarro (https://surli.cc/mqcevo) y posteriormente Pio de
Rio Hortega continuarían
perfeccionado (https://surl.li/lygljs) estas técnicas de impregnación argéntica, hasta un día de octubre de 1906,
cuando Cajal recibió en su casa un telegrama enviado desde Estocolmo y escrito
en alemán que decía simplemente “Carolinische Institut verliehen Sie
Nobelpreiss”. Lo demás es historia.
Cajal recibió el Premio Nobel de Fisiología o
Medicina y lo compartió con su "enemigo
científico" Camillo Golgi en reconocimiento a sus trabajos sobre la
estructura del sistema nervioso. En palabras del propio Cajal: " Qué
cruel ironía del destino emparejar, como siameses unidos por los hombros, a
científicos”...
Maracaibo, sábado 19 de
abril del año 2025
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