domingo, 26 de noviembre de 2023

El reino de Elam y Hamurabi


La historia del antiguo reino de Elam, nos lo muestra como un estado, contemporáneo del antiguo Egipto, Babilonia y Sumeria y gracias a las excavaciones realizadas en Susa sabemos que esa ciudad fue su antigua capital. Elam es en la actualidad la provincia de Juzestán, donde está el grueso de la industria petrolera iraní, pero la historia del antiguo reino de Elam se divide en tres etapas: protoelamita, elamita antiguo y neoelamita.

El nombre de Elam ya era conocido gracias a la Biblia. En el Génesis menciona a Elam como uno de los hijos de Sem, lo que relacionaba presuntamente a los elamitas con la patria de los semitas, que es Mesopotamia y Arabia oriental. El idioma de este pueblo no está emparentado con el de sus vecinos, camito, semítico, sumerio e indoeuropeo y se asocia con las lenguas drávidas del sur de la India.

Hasta el siglo XIX poco se sabía de su historia y cultura de Elam. Gracias a los descubrimientos de ciudades elamitas se pudo profundizar más en su historia, y en el año 1874 aparece por primera vez el término elamita. En 1884 se descubre la ciudad elamita de Susa, llevado a cabo por una expedición francesa que dio a conocer la civilización elamita, diferenciándola de los vecinos sumerios, acadios y babilonios. A partir de entonces se han sucedido los estudios sobre la historia de los elamitas, su geografía y su lengua.

El antiguo Elam estaba emplazado en el Suroeste de la actual Irán. Su territorio era la zona rodeada por los Montes Zagros por un lado y por el Golfo Pérsico por el otro. Entre los territorios, conviene destacar dos de ellos: Susiana, en el Oeste de Irán haciendo frontera con Iraq, cuya principal ciudad fue Susa y La Región de Fars, en el Suroeste de Irán, al Sur de la Susiana. A partir del 3200 a.C. la influencia de Mesopotamia se haría visible y el periodo protoelamita terminó en el año 2700 a.C. cuando la dinastía Awan se impuso en Susa.

Según inscripciones sumerias, Elam fue sometido por el rey Mebaragesi de Kish alrededor del 2650 a.C. En el XXII a.C., la región cayó bajo poder de Acadia, quien mantuvo sus instituciones locales, pero tras la caída de Acadia, Ur estableció un imperio y controló a Elam (2094-2047 a.C). A mediados del siglo XIX a.C. La dinastía Awan dio paso a la Eparti, cuando Hammurabi atacó Elam en el siglo XVIII a.C. .

Hammurabi (1810 a. C.-1750 a. C.), ascendió al trono después de la abdicación de su padre, Sîn-Muballit y creó el Imperio Babilónico extendiendo el control de Babilonia sobre Mesopotamia venciendo en varias guerras contra los reinos vecinos. Aunque su imperio controlaba toda Mesopotamia en el momento de su muerte, sus sucesores fueron incapaces de mantenerlo.

Hammurabi es sobre todo conocido por el conjunto de leyes llamadas Código de Hammurabi, uno de los primeros códigos de leyes escritos de la Historia, que actualmente se conserva en el Museo del Louvre de París. Estas leyes fueron inscritas en una estela de piedra de 2,4 m de altura, encontrada en Persia en 1901 pero de procedencia desconocida. Hammurabi logró separar la política de la religión, algo que fue evidente en el campo jurídico, a pesar de tener algunos planteamientos religiosos.

Hammurabi fue rey durante el imperio paleobabilónico de la ciudad-estado de Babilonia y heredó el poder de su padre, Sîn-Muballit, hacia el año 1792 a. C.3​ Babilonia era una de las muchas antiguas ciudades de la llanura mesopotámica que periódicamente declaraba la guerra a otras urbes por el control de las fértiles tierras agrícolas. Aunque en Mesopotamia convivieron varias culturas, la de Babilonia se ganó un gran prestigio entre las clases alfabetizadas de todo Oriente Medio. Los reyes anteriores a Hammurabi habían empezado a consolidar el dominio de Babilonia sobre el centro de Mesopotamia y, en la época de su reinado, ya había logrado la hegemonía sobre las ciudades-estado de Borsippa, Kiš y Sippar.

Por lo tanto, Hammurabi ascendió al trono como el rey de un reino menor en medio de una compleja situación geopolítica, pues Ešnunna controlaba la parte alta del río Tigris y Larsa el delta del río. Al este Babilonia lindaba con el reino de Elam, mientras que al norte el rey asirio Šamšiadad I estaba llevando a cabo guerras expansionistas, aunque su prematura muerte provocaría la fragmentación de su recién conquistado imperio semítico.​

Las primeras décadas del reinado de Hammurabi fueron bastante pacíficas, y utilizó su poder para llevar a cabo una serie de obras públicas, incluida la mejora de las murallas de la ciudad para propósitos defensivos y la ampliación de los templos. Hacia el 1801 a. C. el poderoso reino de Elam, que dominaba importantes rutas comerciales a lo largo de los montes Zagros, invadió la llanura de Mesopotamia y, con la ayuda de aliados de la planicie, destruyó el imperio de Ešnunna y arrasó varias ciudades para imponer su dominio por primera vez en varias zonas del llano.​

Para consolidarse, Elam intentó provocar una guerra entre el reino babilónico de Hammurabi y el reino de Larsa, pero los soberanos de ambos reinos firmaron una alianza que consiguió aplastar a los elamitas. A pesar de ello, Larsa no hizo una gran contribución al esfuerzo de guerra, enfurecido por la deserción de su aliado en la prestación de ayuda, Hammurabi extendió su poder al sur y se hizo con el control de toda la parte meridional de la llanura mesopotámica en torno al 1763 a. C.24

Hammurabi se había servido de soldados del norte en su campaña hacia el sur, lo que llevó a la sublevación y en su expansión, Hammurabi volvió su atención hacia el norte, sofocó las revueltas y aplastó a Ešnunna. Asi los ejércitos babilónicos conquistaron el resto de los estados norteños, incluida Mari, su antigua aliada. En solo unos años, Hammurabi había unificado con éxito toda Mesopotamia bajo su dominio. De todas las grandes ciudades-estado de la región, solo Alepo y Qatna en Siria, al oeste, mantenían su independencia. Una estela de Hammurabi fue encontrada al norte, en Diyarbakır, donde él reclama el título de “Rey de los Amorritas”.​

Se han hallado un gran número de tablillas de barro de contratos, datados en los años de reinado de Hammurabi y sus sucesores, así como cincuenta y cinco cartas suyas. Estas cartas dan una idea de las labores diarias para gobernar un imperio, desde hacer frente a inundaciones a ordenar cambios en un calendario erróneo o el cuidado de los enormes rebaños de ganado de Babilonia. En el mapa se muestra el Imperio paleobabilónico tras las conquistas de Hammurabi, hacia 1750 a. C.


Hammurabi es conocido por la promulgación de un nuevo código de leyes babilónico: el código de Hammurabi, una de las primeras leyes escritas de la Historia. El código fue inscrito con caracteres cuneiformes en una estela de piedra de diorita de forma cilíndrica y 2,4 m de altura. La pieza debió estar expuesta en un lugar público a la vista de todos, aunque pocos estaban alfabetizados para leerla. La estela fue después saqueada por los Elamitas, que la llevaron a su capital, Susa. Allí fue redescubierta en 1901 y en la actualidad se halla expuesta en el Museo del Louvre de París.

Hammurabi dominó muchos templos y los sometía a su voluntad, para perpetuar su plegaria y recibir un culto funerario después de morir. En 1770 a. C. llegó a introducir su propia estatua como rey de justicia. Hammurabi tenía la responsabilidad del funcionamiento del templo, por lo que le asignaba tributos, ofrendas y los mantenía en buen estado de conservación. A la muerte de Hammurabi las riendas del imperio pasaron a su hijo Šamšu-iluna hacia el 1750 a. C.​

En 1160 a.C. el rey de Elam, Shutruk-Nahhunte derrotó a los casitas que dominaban Babilonia y conquistó la región, tras lo cual estableció su primer imperio, que duró poco, pues los babilonios se recuperaron y bajo Nabucodonosor I el reino de Elam cayó bajo su poder en el 1120 a.C. Hacia el 750 a.C. Elam se independizó y trajo un renacimiento cultural de ese pueblo. Comenzaba el periodo neoelamita que duró hasta el 645 a.C. cuando Elam se alió con los caldeos para restablecer la independencia de Babilonia de los asirios. Como consecuencia los asirios vencieron y los conquistaron, poniendo fin a su independencia. Los medos conquistaron Elam a los asirios y posteriormente la dinastía Aqueménida de Persia, hacia el 550 a.C. capturó Susa, la capital elamita y posteriormente conquistó a todo el Imperio medo.

Maracaibo, domingo 26 de noviembre del año 2023

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