De la poesía, al finalizar el 2018
El sábado 6 de agosto del año
2016, escribiría en este blog sobre “Otros
mundos y las paradojas irreales de la literatura”(https://bit.ly/2aBrULV),
y al mencionar el artículo de Jorge Luis Borges “La flor de Coleridge”
en Otras Inquisiciones, citaba a
Víctor Bravo quien diría que Borges como Lewis Carroll, “aprendería que podemos ser soñados por otros, que es posible invertir
la causalidad y que la paradoja puede crear mundos distintos, extraños, aunque
estén íntimamente ligados a las presuposiciones lógicas del mundo”.
Todo esto a propósito de Samuel
Taylor Coleridge, el poeta, y filósofo inglés, quien junto con su amigo William
Wordsworth, fue uno de los fundadores del Romanticismo en Inglaterra, y quien
en una ocasión habló sobre un hombre que atravesara el Paraíso, en un sueño, se
preguntaba… “¿Y si estuvieses durmiendo? ¿Y si en sueños,
soñaras? ¿Y si en el sueño fueras al cielo y allí recogieras una extraña y
hermosa flor? ¿Y si cuando despertaras tuvieras la flor en tu mano?”. Jorge Luis Borges citará a Coleridge, a
William James, y a HG Wells en su famoso
texto “La flor de Coleridge”.
Percy Bysshe Shelley en A defence of Poetry, (1821), dictaminó
que todos los poemas del pasado, del presente y del porvenir, son episodios o
fragmentos de un solo poema infinito, erigido por todos los poetas del orbe, y
nos ofrece un análisis filosófico del papel del poeta como un tipo especial de
persona, que puede ver las armonías esenciales del mundo debajo de las imágenes
discordantes que las personas encuentran en sus vidas cotidianas. Shelley
insistiría en que la producción de poesía no es simplemente un oficio, ya que
el verdadero poeta es un visionario que está inspirado para crear arte como un
medio para revelar algo sobre la naturaleza del mundo.
Regreso a aquella oportunidad en
2016 cuando también me referí a la literatura y las premoniciones, al mencionar
la novela de Paul Auster “La noche del
oráculo” donde el autor hablaba de la literatura como premonitora de
acciones futuras, donde los personajes se encuentran en una cadena de
paradójicas consecuencias que no son más que ficciones literarias sin sustento
real alguno. Todo surge de la pura imaginación, como tiene que ser como nace
toda la poesía, y en particular como es, una característica resaltante en el
escritor Paul Auster.
El 20 de septiembre de ese
mismo año 2016, en este blog al hablar nuevamente de la poesía, concretamente
mencioné a Elías David Curiel, quien junto a José Antonio Ramos Sucre fue el
precursor de la modernidad literaria en Venezuela.( https://bit.ly/2cIy6cj
). El poeta coriano de origen sefardita, creó una importante obra literaria que
en conjunto fue reunida en tres libros, Poemas
en flor, Música astral y Apéndice lírico. En esta especie de cuadernos
aparecerá algo novedoso en la lírica venezolana, una poesía con elementos de
carácter filosófico, metafísico, de la mitología grecolatina y de la tradición
hermético-cabalística de origen hebraico. Aproveché la ocasión para citar a mi
recordado amigo y Profesor Emérito de la Universidad del Zulia, Enrique Arenas
Capiello (1943–2015) quien en
su libro El azogue ubicuo analizaría
ampliamente la obra poética de Elías
David Curiel, destacando como “en la
tesitura tonal” se percibe “un cierto
registro, oscuro, abrupto, seco”… “no sé
si llamarlo ronroneo o cigarrones sonoros de la mudez o del temblor”… “su decir, su ectoplasma parece chirriar
sobre el verso con un deslizamiento apagado de cancela herrumbrosa, de puerta
quejosa, de alacena o cama rechinante”… “un registro de texto. Según
Enrique Arenas, “la poesía politonal de Elías David Curiel, en el mediodía de
las visiones y en la noche de los silencios, es palabra que quiere hacerse
música, y epifanías que trasmiten atmósferas de pavor silencioso. Al través de mi vida es sin duda, un
texto fundamental en la poesía venezolana contemporánea, que emerge primero hacia el mundo desde los murmullos, las grietas, las
oquedades del verbo”.
De esta manera, al hablar sobre poesía, he querido escribir en el blog,
algo, que pueda ser menos crudo y triste que la realidad que tantos
compatriotas han padecido y sufren confiados esperando que nuestro país, Venezuela
pueda renacer y salir adelante en medio de la tragedia que nos aun embarga, al
cerrar este trágico año 2018.
Mississauga, Ontario, 31 de diciembre del 2018
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