Ascensor
para el cadalso
“Ascensor
para el cadalso” es una novela de Noël Calef, que fue ganadora del Premio Louis Delluc, quien había sido el primer periodista francés
especializado en cine, y fundador de los llamados Cineclub.
Fue llevada al cine y
recuerdo haberla visto en el cine Venecia; como “Las diabólicas”, o “Rififí”,
o “El salario del miedo”, representa un excelente ejemplo de las
características del cine francés en aquellos años de la nouvelle vague.
Nissim Calef,
conocido también como Noël Calef,
nació en septiembre de 1907 en Plovdiv (Filippopoli), Bulgaria. Fue un escritor de habla francesa quien se graduó de la escuela secundaria francesa de Alejandría y realizó estudios de posgrado en Viena, Austria. Hablaba varios idiomas con fluidez: búlgaro,
italiano, alemán, francés, español, e inglés. Se mudó a Francia en la década de 1930, donde comenzó a trabajar en una compañía de
cine. Durante la Segunda Guerra Mundial, fue internado en Drancy antes de ser deportado a Italia. Al final de la guerra,
regresó a Francia. Noël Calef publicaría unas veinte novelas y cuentos,
incluidas seis novelas de detectives. Se hizo famoso gracias a
la película “Ascensor para el cadalso de Louis Malle, adaptación cinematográfica de su
novela homónima. También colaboró en muchas películas como guionista o dialogista . En 1952, hizo una aparición en A Man to Destroy, de Joseph Losey. Noël Calef, murió
en mayo de 1968 en Francia.
En la novela, Julien después de
asesinar a su jefe, descubre que ha cometido un error al olvidarse de
desenganchar la cuerda en la terraza y se queda encerrado en el ascensor
mientras su coche es robado por una pareja de jóvenes, Louis y su novia Veronique,
quienes pasan por el bar donde Florence espera a Julien. Ella reconoce el coche
de su amante, ve que viaja una joven y erróneamente cree que Julien la ha
abandonado. La pareja de jóvenes conoce a un matrimonio de turistas alemanes en
un motel, y beben champagne. Louis se hace pasar por Julien y alardea sobre sus
acciones en la guerra, pero el alemán le desenmascara y se burla de él. De
madrugada, Louis se empeña en robar el lujoso coche de los alemanes, pero
es descubierto y le mata a él y su mujer disparándoles con la pistola de Julien
quien será condenado por un asesinato que no ha cometido (su coche fue robado mientras
estaba en el ascensor). Florence, desencantada creyéndose engañada, aportará una
prueba falsa de su culpabilidad. Cuando Julien salga del ascensor sin ser
visto, la policía encontrará el cadáver de su jefe y en ningún momento pondrán
en duda que ha sido un suicidio (por tanto su crimen será perfecto, pero será acusado
de un absurdo asesinato del que ni siquiera tiene noticia, cuando detenido, se
ve obligado a reconocer que pasó la noche encerrado en el ascensor, y para
exculparse de un crimen debe aportar una coartada que lo implica directamente en
otro. Mientras la pareja de jóvenes delincuentes deciden suicidarse juntos como
Romeo y Julieta para que la policía no les aprese y los ejecuten por separado y
mientras ella cree románticamente que aparecerán en los periódicos al día
siguiente y al leer su historia “todos les comprenderán“, al final ni
aparecen en los periódicos ni mueren, ya que se tomaron una dosis muy pequeña.
Ascensor para el cadalso (Ascenseur pour l'échafaud)
la película francesa de 1957, fue dirigida por Louis Malle,
y protagonizada por Jeanne Moreau, Maurice Ronet,
Georges Poujouly, Yori Bertin,
Lino Ventura,
Charles Denner, Jean Wall,
Ivan Petrovitch, Elga Andersen y Gérard Darrieu en los
roles principales. Pareciera que Malle burla de los personajes ironizando sobre lo
que sucede y si en el cine negro es habitual que existan impedimentos al plan
de los criminales, en Ascensor para el Cadalso todo lo que sucede
es absurdo. El protagonista, que tanto cuidado había puesto en cometer un
crimen y esperaba no ser descubierto, será acusado de otro del que no tiene
nada que ver pero en el que todas las pruebas apuntan hacia él. El film sigue
la estética del cine negro, pero, va algo más allá con situaciones casi
surrealistas. La fantástica fotografía en blanco y negro, con preciosos planos
nocturnos de las calles de París bajo la sobria y eficaz dirección de
Louis Malle y la sugerente banda sonora de Miles Davis, ofrecen un estilo
elegante irresistible. En el reparto, Jeanne Moreau, con su mirada de tristeza
y desolación hacen inolvidable su actuación.
Mississauga, Ontario
5 de diciembre 2018.
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