lunes, 2 de enero de 2017

…y los Reyes de España se denominaron “Católicos”


…y los Reyes de España se denominaron Católicos”

Finalizando La edad Media, y en los albores de la Edad Moderna, Granada era el último reducto musulmán de la Península ibérica. La conquista de Granada había sido pospuesta durante los reinados de Juan II y Enrique IV, y los Reyes Isabel y Fernando la considerarían necesaria luego de la caída de Constantinopla en 1453, cuando el emir de Granada Muley Hacén, decidiera apoderarse de varios bastiones en la frontera cristiana, entre ellos Zahara, donde esclavizó y exterminó a los defensores negándose a pagar el tributo estipulado. El Papa Sixto VI apoyó la empresa militar de los Reyes de España instituyendo una Cruzada. Sería la última Cruzada del Occidente cristiano. La asistencia financiera procedía de la nobleza, del alto clero y de las comunidades judías, y fue prorrogándose cada dos años hasta 1492, cuando alcanzaría a 500 millones de maravedíes.

El rey de Granada era conocido como Muhámmad XII miembro de la dinastía nazarí, llamado por los cristianos Boabdil y conocido como “el Desdichado” en el habla granadina cuando su apodo sonaría como Bu Abdil-lah, y de ahí el nombre castellano Boabdil, apodado "el Chico", quien había despojado del trono a su padre, Muley Hacén y durante un tiempo estuvo en disputa por este, tanto con él, como con su tío, “el Zagal”. Los cristianos tenían superioridad numérica y la moral de su lado, pero durante seis años alargaron una guerra de asedios y escaramuzas, una estrategia militar, combinada con un sistema de fiscalidad y administración, que los reyes de la Casa de los Austrias emplearían para lograr la hegemonía en toda Europa. Granada, en los albores del descubrimiento de América, fue el inicio de ese sueño imperial. Entre 1482 y 1484, las actuaciones aisladas de nobles andaluces, marcaron el ritmo, hasta una segunda etapa, donde los ejércitos de Isabel y Fernando conquistaron los valles de Ronda, Loja, Marbella, y de Málaga, puerto imprescindible para la recepción de suministros y refuerzos desde el Norte de África.

En 1482 El emir Muley Hacén había sido destronado desde el año 1482 por su hijo Boabdil, quien a través de su amigo y confidente Gonzalo Fernández de Córdoba, mantenía contacto en secreto con los Reyes de España. En esas fechas la asociación de los Reyes con Boabdil, “El rey chico”, dividiría al bando musulmán, pero Boabdil era esclavo de sus circunstancias. Su poder era muy precario como para salir con vida si rendía la ciudad sin combatir. Él les había prometido a Isabel y Fernando entregar el reino en cuanto su tío hubiera muerto o salido del país, pero Hacén y su hermano Ibn Sad, “El Zagal”, se unieron para combatir a Boabdil, mientras paulatinamente, la ciudad de Granada fue llenándose de refugiados radicalizados.

Las acciones de 1490 demostraron lo precario de la defensa granadinas. Hernán Pérez del Pulgar, entró de noche en Granada con 15 de los suyos, clavó con su daga el Avemaría en la puerta de la mezquita mayor y al salir incendió el mercado de la ciudad. En esas mismas fechas fracasó un intento para liberar a 7.000 cautivos cristianos que estaban encarcelados en las prisiones granadinas. La mayor parte murió de hambre durante el asedio.  En el verano de 1491 la construcción del campamento de Santa Fe, frente a Granada, se creó para el asedio y sin artillería pues no pretendían los Reyes destruir la ciudad.

El 25 de noviembre de 1491, los Reyes firmaron con Boabdil el acuerdo definitivo para rendir la ciudad, donde los monarcas se comprometían a respetar los bienes y las personas que vivían en Granada, a garantizar la libertad de culto, y que se siguiera empleando la ley coránica para dirimir conflictos entre musulmanes. Las capitulaciones, incluían la promesa de que no habría castigo para los tornadizos, elches y marranos refugiados en Granada, a quienes se facilitaría el traslado al Norte de África. A cambio de este acuerdo tan benigno, “El Rey chico” consistió entregar Granada en un plazo de dos meses, una condición complicada de llevar a efecto a causa de la amenaza de un motín generalizado contra el último rey de Granada, por lo que con el permiso del emir, una avanzada cristiana ocupó la Alhambra, adelantándose a cualquier reacción violenta del pueblo, lo que fue seguido por la entrega de la ciudad.

En Roma, el final de la Cruzada fue celebrado con campanadas, encierros y corridas de toros. Los conquistadores recibieron la calificación de «atletas de Cristo», y los Reyes el título de “Católicos” con el que hoy son conocidos en los libros de Historia. No es casual por tanto que Isabel y Fernando eligieran Granada para el reposo de sus restos en la Capilla de los Reyes de la Catedral. El último emir siguió viviendo en la Península, en un territorio asignado por los Reyes en las Alpujarras. Durante su exilio alpujarreño, en la población almeriense de Laujar de Andarax en 1493 falleció Morayma, la última sultana de Granada, esposa de Boabdil, quien ese mismo año, abandonará la península con destino a Fez tras recoger los restos de sus antepasados en Mondújar, junto a Talará (Granada) y vender a los Reyes Católicos los derechos de su señorío.

Mississauga, 2 de enero del año 2017

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