“Laputa” de Swift, Miyazaki, Galileo
y Kepler
Laputa es una isla imaginaria descrita en el libro
Los viajes de
Gulliver, de Jonathan Swift. La isla tiene una base de diamante y
flota en el aire por medio de un gigantesco imán, dispositivo natural que les permite a sus
habitantes dirigirla en cualquier dirección sobre el territorio de Balnibarbi, y de este modo,
dominarlo.
En su visita a la isla, Gulliver descubre que han
descubierto dos satélites de Marte (un siglo antes de su descubrimiento real), que han listado más de
diez mil estrellas fijas y calculado con gran precisión el período de 93
cometas. La descripción de la isla de Laputa y sus gobernantes parece ser una sátira del satírico escritor irlandés, Swift, a la Royal Society. Los habitantes de Laputa están
muy interesados en las matemáticas y la música, pero lamentablemente no saben emplear sus conocimientos
con fines prácticos, ellos se dedican más a pensar proyectos que a ponerlos en
ejecución, son “distraídos”, y así son asistidos por
"golpeadores" que les indican cuando hablar y cuando escuchar. La escasa
habilidad de sus habitantes se pone de manifiesto por la incapacidad para
diseñar adecuadamente la ropa, y las mujeres de la isla, suelen tomar amantes de la isla de
Balnibarbi, y,
ocasionalmente, huyen a tierra firme.
Hayao Miyazaki conocido como “el viejo”, es un experimentado cineasta
japonés quien en homenaje a la isla del libro
de Jonathan Swift realizo el filme animado “Laputa:
El castillo en el cielo” (Japón 1986). El cineasta Miyazaki no sabía el significado de la palabra puta en idioma español, pero la empresa Walt Disney sí lo sabía, y como
distribuidora de las películas de Miyazaki en Estados Unidos y en países de habla castellana en América y en España, le puso el título a El
castillo en el cielo. En el antiguo doblaje español de
la película, cuando se
refieren a la isla flotante la denominan “Lapuntu”. En la versión doblada al español en México sí mencionan la palabra
"Laputa", e igualmente en el nuevo doblaje español
supervisado por Miyazaki para que pudiera ser lo más fiel posible al original.
Los anagramas de Galileo constituyen un sorprendente enigma y
veremos cómo relacionarlos con la isla en el cielo. Swift cuando
escribió Los viajes de Gulliver,
en 1726, a pesar de que cuenta en sus historia que los
astrónomos de la isla volante Laputa han observado dos pequeños satélites
marcianos, y los datos que da sobre sus distancias a Marte y sus períodos de
traslación se aproximan notablemente a las cifras reales. Esto solo es la mitad
de esta historia.
En el año 1610, Galileo le
envió a Julián de Médicis un mensaje cifrado: SMAISMRMILMEPOETALEUMIBUNENUGTTAURIAS, era un anagrama de la frase
que anunciaba su último descubrimiento astronómico. El significado oculto del
mensaje era: ALTISSIMUM PLANETAM TERGEMINUM OBSERVAVI (He observado el planeta más alto en triple forma). Se refería a
Saturno (Urano, Neptuno y Plutón aún no habían sido descubiertos), y Galileo, a
causa de la insuficiente potencia de su telescopio, había tomado los extremos
de su anillo por un par de satélites.
Antes de que
Galileo revelara su significado, Kepler intentó descifrar el anagrama y halló
una solución que él mismo calificó de “bárbaro verso latino”: SALVE UMBISTINEUM GEMINATUM MARTIA PROLES
(Salve,
furiosos gemelos, prole de Marte). De este modo, Kepler llegó a la
conclusión de que Galileo había descubierto un par de satélites marcianos.
Lo asombroso del caso es que Marte tiene, efectivamente, dos pequeñas lunas;
pero ni Kepler ni Galileo podían conocer su existencia ya que no fueron
descubiertas hasta 1877; por tanto, igualmente ni Swif, ni sus “laputienses” msabían de la
existencia de sus dos lunas.
Unos meses
después de enviarle su primer anagrama, Julián de Médicis,
Galileo
le mandó otro : HAEC
IMMATURA A ME IAM FRUSTRA LEGUNTUROY, cuyo significado
oculto era: CYNTHIAE FIGURAS AEMULATUR
MATER AMORUM (La madre del amor
emula las figuras de Cynthia). La madre del amor es Venus, y Cynthia es un
nombre poético de la Luna: Galileo había descubierto que el segundo planeta
mostraba unas fases cíclicas análogas a las lunares (una clara prueba de que
Copérnico tenía razón). También en este caso intentó Kepler descifrar el
anagrama antes de que Galileo revelara su significado, y de nuevo halló una
solución distinta: MACULA RUFA IN JOVE
EST GYRATUR MATHEM ETC (En Júpiter
hay una mancha roja que gira matemáticamente). Y de nuevo,
¡la
“errónea” solución de Kepler resultaba cierta!: en Júpiter
hay, efectivamente, una gran mancha roja que gira de forma regular, y que no
sería descubierta hasta 1885.
La probabilidad
de que dos anagramas de más de treinta letras admitan por puro azar segundas
reordenaciones significativas, y que esos significados se correspondan con
hechos reales desconocidos en el momento de redactar y descifrar los mensajes,
es tan pequeña que invita a buscar algún tipo de explicación. Puesto que no
parece probable que Galileo y Kepler visitaran Laputa, ¿qué explicación se les
ocurre? Carlo Frabetti, escritor y
matemático, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York, es en ElPais.es (el 13
de enero, este año 2017) es quien hace las preguntas. Frabetti, ha
publicado más de 50 obras de divulgación científica para adultos, niños y
jóvenes, entre ellos Maldita física, Malditas matemáticas o El
gran juego. Fue guionista de La bola de cristal.
Mississauga, 16 de enero del 2017
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