Miguel Guaglianone: Venezuela - El peligro del
fracking
Domingo, 08 junio, 2014
El día 21 de Mayo
pasado, en la Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ingeniería Petrolera,
el ministro presidente de PDVSA, Rafael Ramírez en su conferencia declaró que
"Vamos a iniciar una exploración en el campo Concepción para ir a buscar
formaciones de gas Lutita en nuestro Lago de Maracaibo, vamos a ver cómo seguir
aumentando nuestra producción de gas". Agregó que “He autorizado la
explotación de las reservas que acá existen. Los trabajos estarán a cargo de la
empresa mixta Petrowayu.” Refirió que se trata de detectar cuanta
cantidad existe de este gas no convencional para posteriormente informar sobre
las posibilidades de incrementar la producción gasífera desde Occidente para el
resto del país.
Petrowayu es una empresa mixta de la cual PDVSA
tiene el 60% de las acciones, la brasilera PETROBRAS tiene el 36% y la
estadounidense Williams International Oil & Gas el 4%. Estas declaraciones
se difundieron a través de una noticia de la agencia oficial venezolana AVN y
de un cable de Reuters firmado por su corresponsal Alexandra Ulmer.
Lo que queremos
mostrar aquí, es que estas son afirmaciones muy preocupantes por parte de un
vocero oficial del alto gobierno venezolano.
Cuando se habla de
gas Lutita, se refiere a una forma elegante de nombrar al gas de esquisto, un
hidrocarburo que a diferencia de los convencionales, no está libre entre los
estratos del suelo sino que se encuentra atrapado dentro de rocas porosas. La
única forma conocida para obtener ese gas (o el crudo de este tipo), es
utilizando la técnica llamada fracturación hidráulica, fractura hidráulica o
estimulación hidráulica, más conocida por su nombre en inglés de “fracking”.
El fracking
Al estarse agotando
las reservas de hidrocarburos convencionales en el territorio de los Estados
Unidos, y frente a su progresiva dependencia de la importación, las autoridades
de ese país hace unos años decidieron buscar en su geografía hidrocarburos “no
convencionales” para eliminar esta dependencia energética que corre el
constante riesgo de convertirse en dependencia política.
Para ello
estimularon la investigación a través de las grandes corporaciones,
establecieron la existencia de los hidrocarburos incrustados en formaciones
rocosas, y desarrollaron la técnica del fracking para poder explotar estos
nuevos recursos.
Esta técnica
consiste fundamentalmente en una perforación vertical convencional que luego se
continúa en forma horizontal, hasta llegar a las capas de esquistos que van a
ser intervenidas. Se aplica entonces horizontalmente a (muy) alta presión una
mezcla de agua y otras sustancias corrosivas que pulveriza las rocas (las
fractura), permitiendo la salida del hidrocarburo que estaba en su interior,
que al quedar libre se extrae de forma convencional.
El problema es que
como siempre, la necesidad económica se impone al sentido común, y esta
tecnología de la fracturación hidráulica es altamente perjudicial, ya que deja
“daños colaterales” muy graves.
1)
Se trata de una tecnología de muy altos costos, por lo cual los hidrocarburos
que se obtengan a través de ella tendrán precios muchos más altos que los
convencionales.
2)
La mayor parte del agua utilizada en muy grandes volúmenes no se recupera sino
que se pierde, reduciendo inevitablemente la disponibilidad de este líquido
vital.
3)
El residuo que queda en los suelos (y asciende a través de los estratos
superiores, aún hasta llegar a la superficie) es altamente contaminante, ya que
está compuesto por sustancias agregadas al agua (ácido hidroclórico, benceno,
metano, isopropanol, etilenglicol, etc.) que son altamente tóxicas y
cancerígenas, y que al ascender contaminan no solo los suelos a su paso sino
sobre todo las reservas acuíferas (subterráneas o superficiales) que encuentran
en su camino. La contaminación puede llegar inclusive hasta la atmósfera. El
número de aditivos de este tipo oscila entre 12 y un centenar, y la alta
toxicidad de algunos de ellos es reconocida por las propias empresas que
utilizan el fracking, que solo argumentan en su descargo el pretexto que otros
productos de uso doméstico como limpiadores o desmaquillantes también los
utilizan.
4)
Finalmente, los hidrocarburos convencionales (gases y crudos) se hallan en la
naturaleza en “bolsones” que están entre estratos más rígidos. Se trata de
capas geológicas “blandas” o fluidas (aún las de aquellos crudos bituminosos
como los de nuestra Franja Petrolífera del Orinoco). La extracción de los
hidrocarburos convencionales se realiza a través de los pozos en forma
progresiva, lo que unido a la elasticidad de la capa que se está extrayendo
permite que las otras capas geológicas que se encuentran por encima vayan
compensando en forma natural el vacío que se produce, y se reacomoden sin
producir convulsiones. Cuando se usa el fracking, se hace desaparecer en forma
violenta una capa geológica sólida, arriesgando a producir convulsiones del
terreno por encima, que según algunos científicos puede ir desde la aparición de
grietas y huecos repentinos, hasta la generación de terremotos.
La técnica del
fracking está específicamente prohibida en Francia, Canadá y Sudáfrica. Está en
estudio su regulación en la Unión Europea. En los Estados Unidos, un decreto
especial del presidente George W. Bush (la "Energy Policy Act of 2005”)
liberó a las corporaciones petroleras del cumplimiento de las leyes federales
que regulan el derecho al aire y el agua limpios de contaminación (otra vez el
poder de las corporaciones). Esta disposición es la que ha permitido el uso
indiscriminado del fracking en el territorio estadounidense.
En el caso
específico que nos ocupa, las características de la región zuliana, en la cual
comenzarían las prospecciones orientadas a la futura extracción del gas, maximizan
las graves consecuencias producidas por la fracturación hidráulica.
A diferencia de
otros suelos del país que tienen bases geológicas muy sólidas (como el Macizo
Guayanés o el Macizo Andino), la mayor parte de los suelos del Noroccidente
venezolano son de origen aluvional, lo que significa que no están asentados
sobre estratos geológicos sólidos.
La utilización del
fracking, haciendo desaparecer violentamente capas rocosas de unos suelos
fundamentalmente aluvionales, apareja el riesgo casi seguro de la aparición
repentina de desniveles, deslizamientos, rupturas, contracciones,
agrietamientos y grandes huecos a nivel de la superficie.
El otro gran
problema de la región zuliana es la debilidad de sus reservas de agua dulce. Ya
los acuíferos zulianos tienen desde hace tiempo pendiente una Espada de
Damocles sobre ellos, con la constante presión de las grandes corporaciones
carboníferas para que el Estado venezolano permita la explotación del carbón en
minas a cielo abierto. Hasta hoy el peligro de la inmediata contaminación de
los dos principales lagos de agua dulce que constituyen casi la totalidad de
las reservas superficiales de agua de la región, ha sido una de las más fuertes
razones para lograr contener esas presiones.
Pero si ahora
nuestra propia empresa petrolera podría manejar la extracción de gas utilizando
la fracturación hidráulica, ya no solo se pondrían en peligro las
reservas superficiales de agua de la región, sino también las subterráneas.
Como vemos, el
riesgo ecológico que produciría la concreción de estas determinaciones por
parte de PDVSA sería de desastrosas consecuencias futuras para una de las
regiones vitales del país.
El aspecto legal
Aún sin considerar
las previsiones sobre la conservación de nuestro patrimonio ecológico que están
asentadas en la Carta Magna, basta considerar la Ley del Plan de la Patria para
descubrir como la utilización de la fracturación hidráulica puede muy
fácilmente ser calificada como ilegal.
El Objetivo
histórico Nº 5 del Plan de la Patria está taxativamente destinado a “Contribuir
con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie
humana”. Todo su articulado está orientado hacia la visión del ecosocialismo, y
condena la utilización de tecnologías depredadoras.
Más aún, tres de
sus numerales parecen estar destinados a la descalificación directa del
fracking como tecnología a utilizar:
5.1.3.1 Promover la
investigación, la innovación y la producción de insumos tecnológicos de bajo
impacto ambiental, así como el rescate de tecnologías ancestrales para la
producción del pensamiento agrícola y pecuario, entre otros, aumentando los
índices de eficacia y productividad.
5.1.3.8 Promover
las prácticas de conservación del ambiente en la actividad socio-productiva,
superando el criterio de la “eficiencia económica” por ser una práctica
desvinculada de la racionalidad en el uso de los recursos naturales.
5.2.1 Promover
acciones en el ámbito nacional e internacional para la protección, conservación
y gestión sustentable de áreas estratégicas tales como fuentes y reservorios de
agua dulce (superficial y subterránea), cuencas hidrográficas, diversidad
biológica, mares, océanos y bosques.
Esperamos que estas
reflexiones puedan contribuir a alertar sobre decisiones respecto al medio
ambiente que serían altamente perjudiciales para el país.
Que cuando el
directorio de PDVSA considere la necesidad de recurrir a hidrocarburos no
convencionales, tenga en cuenta no solo estos hechos y argumentos que
exponemos, sino muchos otros que reafirman la necesidad de prohibir –del mismo
modo que hasta ahora se ha hecho con las semillas transgénicas– la utilización
de la fracturación hidráulica en el país, para preservar la ecología de nuestro
entorno. Así podrán tomar la decisión más justa para todos.
Confiamos que así será.
Del mismo modo que con el carbón, son conocidas las grandes presiones que a
todo nivel ejercen las grandes corporaciones para el logro de su lucro
inmediato, depredando sin medir consecuencias, pero hasta ahora el Proceso
Bolivariano ha logrado resistir esas presiones y ha tomado las decisiones que
lo sitúan como una avanzada de la contrahegemonía corporativa capitalista.
Sigamos adelante y mantengamos el legado del Comandante Chávez.
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