El doctor José de Briceño
Esta historia, poco conocida, podría titularse como la de “el abanderado del batallón “Tiradores” y es la del niño que estuvo presente en la batalla de Carabobo. Cuando en 1821, el Libertador visitó Maracaibo, estuvo en la casa del Licenciado Domingo Briceño y Briceño y conoció a su hermana Narcisiana y a su hermano Antonio Nicolás apodado “el Diablo”, quien fuera fusilado en junio de 1813 en Barinas por el realista Tiscara.
Los Briceño eran oriundos de Mendoza y pertenecían a familias de Mérida, Barinas, Trujillo y del Zulia. Don Domingo había hecho esfuerzos por apoyar la causa patriota con la idea de sumar a el Zulia a la causa de la Independencia. En 1808, con el médico Dionisio Torres comandó intentonas revolucionarias y con el mismo Dionisio, estuvo en la célebre “Escuela de Cristo”. Cuando Bolívar salió de Maracaibo, se llevó con él al pequeño José, quien pasaría a ser el abanderado del Batallón Tiradores y sería así como José pudo asistir el 24 de junio de 1821 a la edad de 14 años a la memorable jornada de Carabobo donde quedó sellada la independencia de Venezuela.
Después de estas situaciones del destino, su padre don Domingo, decidió enviarlo a educarse y estudiar en los Estados Unidos y luego se fue a Europa donde estudiaría Matemáticas y Química. Cuando regresó al país se dedicaría a estudiar Medicina en la Universidad Central de Caracas, donde el Dr Vargas regentaba la Cátedra de Anatomía. José se consagró al estudio con tesón y adquirió reputación como científico y esto valdría para que sustituyese a su maestro en la Cátedra de Anatomía durante seis lustros.
Francisco Antonio Rizquez quien fuera uno de sus discípulos, nos diría: entre 1853 y 1883, aquel viejo de voz recia -el doctor José de Briceño- de mirada escudriñadora, de hablar ameno, ocupaba la curul donde se había sentado aquel que él llamaba respetuosamente “ el Señor doctor Vargas”, y así, “Pepe Briceño, como familiarmente le llamábamos a espaldas de sus discípulos era un catedrático sugestivo, hasta donde podría serlo en aquella materia cuando no se acostumbraban las “prácticas anatómicas de obligación”.
José de Briceño se graduó de Doctor en Medicina el 28 de octubre de 1838 y pronto se haría de una gran clientela en el ejercicio profesional; aceptaría el cargo de Rector del Colegio de Calabozo y al regresar a Caracas se dedicó por entero a su carrera profesional mientras publicaba numerosos artículos donde su espíritu de sagaz investigador ofreció interesantes apreciaciones sobre la etiología y patogenia de diversas enfermedades con buen sentido en cuanto a sus tratamientos. Algunos de los trabajos serían “El vómito prieto”(La fiebre amarilla) y La fiebre remitente biliosa. “Thesis circa tetanum-Cólera morbus”: medidas preventivas del mal y métodos curativos. Fisiología:experimentos sobre el nervio glosofaríngeo en el sentido del gusto. En un artículo titulado “La espada redentora”, se refiere a la espada que le regalara al Libertador el general José Antonio Páez a su regreso en el año 1827 en el Perú. El 3 de agosto del año 1871 ofrecería el discurso de instalación para anunciar grandes reformas en la Facultad Médica de Caracas, situación apremiante ya que las continuas contiendas políticas habían llevado casi a la disolución de los estudios médicos. El 23 de agosto de 1871 el doctor José Briceño presidiría la Gobernación del Distrito Federal y sería el presidente de la Facultad Médica de Caracas. Además de ser durante 30 años, el profesor de Anatomía, sería Catedrático de Higiene y de Fisiología…
Quizás la revisión de la historia de este insigne médico y profesor zuliano, pueda servir para que en el futuro se recuerde su labor tal vez con la designación de su nombre para algunas de las promociones médicas que egresan de LUZ.
Wimblendon, Londres en Julio del 2022
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