jueves, 19 de octubre de 2023

Inés y los mapuches


          Hace unos días, conversaba con Miguel Ángel quien me recordó la figura histórica de Inés Suárez a propósito de una charla sobre nuestros aborígenes wayuu y hablábamos de la lucha en territorio chileno de los mapuches, destacando la importancia que para la ciudad de Santiago tuvo la terrible decisión de aquella aguerrida mujer. Hoy quiero recordar ese episodio…

Inés Suárez nació en Plasencia en 1507. En 1526, a la edad de 19 años, conoció a quien sería su primer esposo, Juan de Málaga. De este matrimonio, influenciado por su abuelo, no nacieron hijos.  Entre 1527 y 1528 Juan, su esposo, se embarcó con rumbo a Panamá e Inés permaneció en España esperándole. Pasaron los años y sólo recibió noticias de él desde Venezuela. En 1537 consiguió la licencia del rey y se embarcó hacia las Indias en busca de su marido. 

En 1537, cuando contaba con algo menos de 30 años de edad, llegó a América en búsqueda de su esposo del que sólo tuvo información con motivo de su muerte en la Batalla de las Salinas. Como compensación por ser viuda de un soldado español recibió más tarde una pequeña parcela de tierra en el Cuzco, donde se instaló, así como una encomienda de indígenas.

En Cuzco conoció a Pedro de Valdivia, quien era maestro de campo de Francisco Pizarro y posteriormente seria conquistador de Chile. Valdivia estaba recién vuelto tras la batalla de las Salinas (1538) y su encomienda era colindante con la de Inés. Se dice que esto los habría llevado a ser amantes, sin que existan evidencias de que llegasen a conocerse antes de 1538.

A finales de 1539, Inés decidió marchar junto a Pedro de Valdivia en su expedición a las tierras de Chile. Para ello Valdivia solicitó autorización para ser acompañado por Inés, la que Pizarro concedió mediante carta, aceptando que la mujer le asistiese como sirviente doméstico, para evitar que la Iglesia hubiese objetado a la pareja. En el viaje, Inés prestó diversos servicios a la expedición, por lo que fue considerada entre sus compañeros de viaje, como “una mujer de extraordinario arrojo y lealtad, discreta, sensata y bondadosa, y disfrutaba de una gran estima entre los conquistadores”.

Tras un viaje de meses, en diciembre de 1540, la expedición llego al valle del río Mapocho, donde fundaron la capital del territorio sobre una ciudadela inca; con el nombre de Santiago de Nueva Extremadura. Ante la hostilidad de los naturales, la ciudad se estableció entre dos cerros (Cerro San Cristóbal y el Cerro Santa Lucia) que facilitaban disponer posiciones defensivas, contando con el río Mapocho como barrera natural. 

Michimalonco (1500-1550) fue un toqui picunche originario del valle de Aconcagua, que en principio opuso una tenaz resistencia a la conquista de sus territorios por los españoles. Nació en torno al año 1500, probablemente en el valle del Aconcagua, y recibió educación en la ciudad del Cuzco, la cual a la sazón era la capital del Imperio incaico. Fue investido como curaca junto con su hermano Trangolonco. Ambos señoreaban buena parte del valle del Aconcagua como jefes locales, en conjunto con el gobernador incaico Quilicanta.


Gonzalo Calvo de Barrientos, fue el primer español en llegar a la zona central del actual territorio chileno, quien había abandonado el virreinato del Perú afrentado por Francisco Pizarro, quien lo hizo azotar y desorejar como castigo por hurto.  Michimalonco se enfrenta a los loncos que continuaban al servicio del imperio incaico, apoderándose así de las tierras de Naglonco en el Maipo. Más tarde, tras el arribo y la partida del español Diego de Almagro, Michimalonco se enfrentó y expulsó a Quilicanta, quien escaparía hacia el sur hasta instalarse en el Mapocho. Tras haber sido enviado por Francisco Pizarro desde el Perú y realizar una larga travesía desde Cuzco, el conquistador extremeño Pedro de Valdivia llegó al valle del Mapocho, el 13 de diciembre de 1540. 

El 12 de febrero de 1541, Valdivia fundó oficialmente la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo . Valdivia encomendó el trazado de la nueva ciudad al alarife Pedro de Gamboa, Apenas fundó Santiago, Valdivia se dirige contra Michimalonco, conquistando su fortaleza de Paidahuén. Como rescate para recuperar la libertad, este le ofrecerá los lavaderos incas de oro de Marga-Marga, pero las condiciones paupérrimas en las que se desarrollaba dicho trabajo además de las insaciable sed de oro de los españoles generaría un descontento severo entre los picunches. Trangolonco se sublevó en Quillota y mató a los españoles, negros e indios peruanos, escapando solo Gonzalo de los Ríos con un esclavo negro. 

El 9 de septiembre de 1541, Valdivia con cuarenta jinetes y tropas auxiliares incas abandonaron la ciudad de Santiago para sofocar una rebelión de los indígenas cerca de Cachapoal y la mañana del día siguiente, una joven yanacona les informaría que los bosques alrededor  del asentamiento estaban llenos de indígenas hostiles. Al preguntar a Inés si consideraba que siete prisioneros debían ser liberados en señal de paz, ella lo consideró como una mala idea y el capitán Alonso de Monroy, a quien Valdivia había dejado al mando de la ciudad, consideró acertada la suposición de Suárez y decidió convocar un consejo de guerra.

Antes del alba del 11 de septiembre, jinetes españoles salieron de la ciudad para enfrentarse a los indígenas, en un principio se estimaban en 8000 hombres, y posteriormente en 20 000. Al anochecer lograron que el ejército rival se batiese en retirada para refugiarse de nuevo en la plaza. Los indígenas, lanzando flechas incendiarias, consiguieron prender fuego a buena parte de la ciudad. El sacerdote local, Rodrigo González Marmolejo, afirmó que era el Día del Juicio Final y que tan solo un milagro podía salvarlos.

Durante el ataque, Inés había atendido a heridos y desfallecidos, con palabras de ánimo, llevaría agua y víveres a los combatientes y ayudando incluso a montar a caballo a un jinete cuyas serias lesiones le impedían hacerlo solo. Pero viendo en la muerte de los siete prisioneros la única esperanza de salvación, Inés propuso decapitarlos y arrojar sus cabezas entre los indígenas para causar el pánico entre ellos.

Muchos hombres daban por inevitable la derrota y se opusieron al plan, ya que mantener con vida a los líderes indígenas sería importante para sobrevivir, pero Inés insistió en continuar adelante y se encaminó a la vivienda que protegían Francisco Rubio y Hernando de la Torre, dándoles la orden de ejecución. De la Torre, al preguntar la manera en que debían dar muerte a los prisioneros, recibió por respuesta “De esta manera” y, tomando la espada del guardia fue decapitando ella misma, primero al gobernador inca del Collasuyo, Quilicanta, y después a todos los otros tomados como rehenes, y por su propia mano, arrojando luego sus cabezas entre los atacantes. 

No obstante, el historiador Benjamín Vicuña Mackenna niega que haya sido Inés Suárez quien realizó esta sangrienta acción y afirma un testimonio que Inés salió a la plaza y se dispuso frente a los soldados, enardeciendo sus ánimos con palabras de tan exaltadas alabanzas que la trataron como si fuese un valiente capitán, y no una mujer disfrazada de soldado con cota de hierro”. Avivado el coraje de los españoles, estos aprovecharon el desorden y la confusión causada entre los indígenas al topar con las cabezas decapitadas de sus caciques, logrando poner en fuga a los atacantes.

La acción de Inés en esta batalla sería reconocida tres años después (1544) por Valdivia, quien la recompensó concediéndole una condecoración. En la defensa de la ciudad, siempre se señaló a doña Inés de Suárez quien no dudó en dar muerte al jefe Quilicanta y a siete prisioneros picunches. Yo, recuerdo haber visto en televisión un documental o película sobre estos hechos en medio de la lucha de los mapuches por conservar sus territorios; igual recuerdo a Lautaro como un héroe mapuche de mis lecturas juveniles de la revista El Peneca (https://tinyurl.com/5n7dsvvb).

Lautaro (1534-1557) resultaría igualmente una figura legendaria, como uno de los líderes indiscutidos de la Guerra de Arauco. Tras vivir como indio de servicio con los españoles, jugó un importante rol al aplicar sus conocimientos sobre la cultura hispana a favor de la resistencia mapuche. Seria contra Lautaro y Caupolicán, los caudillos mapuches que más se distinguió en la lucha contra los conquistadores, contra quienes combatió bravamente a Pedro de Valdivia en una guerra que se extendería por largos años.

Maracaibo, jueves 19 de octubre del año 2023

 

 

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